Hopeless? ~ Tercera parte de Loverboy.

Capítulo 1. ~ Nathan.

Era la décimotercera vez que canté el verso de la canción al micrófono. No conseguía alcanzar las notas perfectamente. Tal vez todo se debía a que estaba extremadamente cansado, y durante las últimas semanas había tenido a penas un par de horas de sueño. Sentía que estaba viviendo y sintiendo todo de manera automática. Sentía que mi cuerpo dejaba mi alma, algo así como si se estuviera desvanciendo poco a poco. 

Colgué los audífonos en el micrófono. 

—Perdón, Steve —le dije a nuestro productor desde la cabina del estudio—. No creo que pueda lograrlo hoy. Estoy muy cansado. 

Steve apenas sonrió y presionó el botón para poder escuchar dentro de la cabina lo que estaba diciendo. —Está bien, Nathan. Puedes irte. Descansa mucho. Necesitamos las tomas para este viernes. 

Suspiré. —Vale. De verdad lo siento. —me disculpé el nuevo, haciendo todo el esfuerzo posible para que mis párpados no se cerraran mientras hablaba. 

Salí de la cabina y me despedí de Steve, tomé mi bolso y salí del estudio. Miré mi reloj, y no me sorprendí al ver que eran casi las 3 de la mañana. De manera automática, hice el cálculo de diferencia de horarios. En Boston, eran las 11 de la noche. Justamente la hora a la que Ashley usualmente salía de trabajar. Revisé mi teléfono, pero no había ningún mensaje nuevo, a pesar de que hace horas le había dicho que llamara cuando saliera de trabajar. 

No le di mucha importancia y tomé un taxi hacia el hotel en donde nos estábamos quedando. 

Sonará extremadamente patético, pero estar sin ella ha sido la peor tortura por la que he podido pasar. Nunca había sido tan melodramático ni tan co-dependiente, pero debo admitir que tal vez ella era la excepción. Tenía tanto tiempo sin verla, y eso me estaba matando. 

Esa noche fue la primera vez que dormí más de dos horas desde hacía un par de semanas. Mi cuerpo simplemente se fundió con el colchón de la cama y mis ojos no se despegaron hasta pasadas las 12 del mediodía del día siguiente. 

Despertarme habría sido la mejor parte del día, solo si ella estuviera a mi lado. 

Traté de dejar mi tortura psicológica hacia un lado y me forcé a mi mismo a salir de la cama. Después de tomar un vaso de agua e ir al baño, comencé a cambiarme para otro día largo en el estudio. Antes de salir de la habitación, me aseguré de revisar mi teléfono de nuevo. 

Nada había cambiado. Ni una sola llamada perdida, ni un mensaje sin abrir. Tal vez llegó muy cansada anoche, pensé. Sabía que la temporada de fútbol había comenzado y que el restaurant en donde trabajaba se llenaría con estudiantes de cualquier cantidad de universidades. Sonreí al imaginármela con su uniforme. 

Más tarde ese día, marqué su número de nuevo pero la llamada se desvió apenas llevó mi teléfono al oído. No tenía batería y estaba estudiando, pensé de nuevo, solo para no sentir que me estaba ignorando. 

Al menos, esperaba que de verdad no fuera de esa manera. 

—No te preocupes, hermano —dijo Siva, dándome un golpecito en la espalda mientras pasaba a mi lado—, seguro está ocupada. 

—O revolcándose con otro tipo. —dijo Max, y entonces él y Tom rieron. 

—Chicos, no están ayudando. —comenzó Jay, y entonces yo solté un respiro profundo y le agradecí. 

Pero ellos tenían razón, ¿qué más daba? Sabía que ella estaba perfectamente bien, y que cuando estuviera desocupada llamaría. Sabía que necesitaba enfocarse mucho en su último año de universidad, y yo no iba a impedírselo. 

Poco sabía yo que debí haberme preocupado.