Hopeless? ~ Tercera parte de Loverboy.

Capítulo 23. ~ Nathan.

Después de salir del departamento de seguridad del hospital tuve que pasar la noche en un hotel, ya que dudaba mucho que Roxanne me dejara entrar a su apartamento después de lo ocurrido. Sabía que la había decepcionado a ella tanto como a Jay a mí mismo.

Me quedé en un hotel que quedaba cerca del hospital, para la mañana siguiente poder regresar rápido—si es que me dejaban entrar otra vez. Aunque fue agradable poder descansar en un colchón que simplemente invitaba a dormir bien, esa noche en específico me costó conciliar el sueño.

Seguía pensando en que necestiba hacer algo para cambiar mi actitud sobre las cosas. Era la primera vez que algo así me había pasado, y claramente no sabía como enfrentarme a aquello, así que, naturalmente me defendía con una terrible actitud.

Como si mi propio cuerpo estuviera planeando torturarme toda la noche, las diferentes etapas de Ashley en mi vida pasaron por mi mente.

Recordé la primera vez que la ví, había pensado que no era nada fuera de lo normal, hasta que ella comenzó a sacar su personalidad y entonces chocó conmigo. De repente todo lo que hacía parecía molestarme en maneras extrañas, hasta que un día finalmente me dí cuenta de que me gustaba un poco. Y tenía que evitar eso. No podía permitirme a mí mismo sentir eso. Así que reflejé todos esos sentimientos en la manera más estúpida que pude y—Dios, sí, era jóven y tonto pero no tenía una buena excusa para molestarla.

Tenía que saber que eso ocasionaría su abandono y súbita mudanza a Estados Unidos. Tuve que saber que era lo mejor que ella había podido hacer en su vida, pero no podía aceptarlo.

Eventualmente, continué con mi vida, y justo cuando ya la había olvidado, me topé con ella en Nueva York. ¿Y lo peor? Lo peor es que ella había cambiado, y ahora la tentación era mil veces más fuerte, porque nunca pensé que se podía volver más perfecta de una manera o la otra, pero de nuevo, Ashley Underwood es un misterio siempre cambiante.

El mejor verano de mi vida fue muriendo con las hojas de los árboles cuando me dejó por segunda vez y yo fui impulsado a un vórtice oscuro de perdición, donde el Sol no brillaba y nada sabía a nada. Era como si el destino mismo me devolviera el karma, provocándome el mismo dolor que yo le provoqué a ella una y otra vez.

Luego, llegó el concierto por caridad. Honestamente, ya no sabía si quería volver a amar después de eso, pero maldita sea, cuando la ví de nuevo fue como si todo este universo estuviera conspirando en mi contra. La peor acción que pude haber hecho fue querer ser su amigo, porque aunque yo lo había sugerido, era algo que me mataba cada día más.

Pero de nuevo, de nuevo, ella le dio la oportunidad a este tonto enamorado de entrar a su vida, y entonces yo supe que ya más nuca la podía perder, y entonces el tour llegó y pude hacer memorias y recuerdos con ella y mis cuatro mejores amigos, y la vida nunca pudo haber sido mejor.

Pero estoy aquí, en esta noche de Noviembre, rogando que ella pueda volver a la realidad, deseando que su cerebro vuelva a conectarse con su vida pasada y sus amigos. Estoy aquí, en un hotel barato, después de la 3era vez que me dejó—hipotéticamente—, deseando que mañana cuando despierte ella pueda ver la verdad en mis ojos.

Curiosamente, si pude entrar al hospital de nuevo.

La noche anterior había sido extrañamente fría—la época decembrina estaba muy próxima—y no estar esplícitamente cerca de Ashley me parecía incómodo.

Tomaba un sorbo de café mal hecho mientras caminaba al área de habitaciones privadas del hospital, en donde la enfermera detrás del mostrador me miró de mala manera, hasta que el doctor Robbins puso su mano en mi hombro y dijo: —Está bien Sheril, no tienes por qué ser tan dura con el chico. —Ella se disculpó silenciosamente mientras el doctor y yo nos abríamos paso a la sala común en donde nos sentamos.