Capítulo 10. ~ Nathan.

2.2K 100 26
                                    

Cuando el sol finalmente se asomó por las cortinas, supe que era momento de preparar a mi cerebro para otro día de mierda. Entre el momento en que supe que tenía que levantarme y el momento que realmente lo hice solo cruzaron por mi mente pensamientos de no hacer nada y quedarme durmiendo, aunque sabía muy bien que necesitaba regresar al estudio.

Así que primero chequeé mi teléfono por nuevos mensajes o llamadas—los cuales no habían—, luego fui al baño y miré fijamente a mi reflexión al espejo por un rato antes de decidir que definitivamente necesitaba afeitarme, así que cogí la afeitadora y la espuma y lo hice. Traté de mentalizarme a mí mismo, pensando y diciéndome que la vida seguía con o sin ella, por muy difícil que fuera. Finalmente me limité a ir a donde ya todos me estaban esperando.

Era el primer día que me levantaba listo para trabajar después de un par de días. Sabía que por mucho que quisiera ser un inútil todo el día, no podía: al menos tenía un contrato que especificaba lo contrario. No saludé a nadie. De verdad aún no tenía ganas de tener algún contacto con otros humanos. Mi mundo se empezaba a reconstruir pedazo por pedazo y lo menos que podían hacer es darme mi tiempo—por muy dramático que suene, eso es verdad: nosotros también tenemos sentimientos.

—Ya todos saben lo que tienen que hacer, ¿no? —preguntó Nano, sirviéndose un vaso de agua.

—Sí claro. —respondió Tom y los demás simplemente asintieron con sus cabezas.

Yo, en cambio, despegué mi frente de la ventana de la habitación y fruncí el ceño. —No me han dicho nada.

Nano me vio con compasión, caminó hacia mí y puso su mano en mi hombro. —Los demás tienen unos días libres, pero, ehh... tú no. Tienes que seguir grabando tus armonías para el álbum, además de la música también. —se veía apenado—. Sabes, como has estado un poco fueraestos días...

Miré a otro lado mientras ellos recogían sus cosas para irse a sus casas. —Sí, tienes razón. Está bien.

—Hey, Nath, hermano. No es por aprovecharme del momento o nada, pero deberías poner todos esos sentimientos que tienes ahora en canciones. Sabes lo bueno que le viene un despecho de vez en cuando a un cantautor como tú. —Max comentó, algo que sólo hizo que el recuerdo de la sonrisa de Ashley brillara en mi mente, dejando un dolor momentáneo en mí.

Traté de ser cordial y sonreír. —Cierto. Gracias viejo. Trataré de hacer algo.

Dicho esto último, se despidieron de mí y salieron de la habitación. Nano se volteó a verme.

—En 3 días salimos a Los Ángeles. Creo que no te había dicho.

—No... Yo no sabía.

Big Kev me acompañó al estudio, en donde pasé al menos 8 horas metido en la cabina grabando, hasta que mi estómago me pidió un descanso. Salí a comer y a tomar algo antes de regresar de nuevo y grabar un poco más, y traté de mantener mi mente ocupada en todo momento para no tener que pensar en ella, pero la verdad es que no pensar en Ashley es una manera de pensar en Ashley.

Siento que había llegado al punto en el que de verdad deseaba dejar de estar paralizado por mis sentimientos y todo lo referente a una relación. Y eso es lo que nunca te dicen sobre el amor: mientras más fuerte sea, más profundas serán las heridas. Comenzaba a pensar que las agujas del reloj nunca podrían coser las que ella había dejado en mí, y era un tormento saber que este período en mi vida, aunque sea tan remoto como los demás, iba a prolongarse más, iba a parecer infinito sólo porque el dolor así lo desea: matarnos poco a poco, pudrirnos desde el centro de nuestro organismo.

Nunca sabré que fue lo que en realidad hice para quedarme atascado aquí. Tampoco sabré qué pasaba por mi cabeza el día que decidí que no me importaba nada más que ella, porque la verdad es que ahora cada segundo de mi existencia se me iba pensando en ella y en encontrar una solución a la pregunta que me corroía y atormentaba: ¿por qué?

Hopeless? ~ Tercera parte de Loverboy.Where stories live. Discover now