Cap 25-Todo para mí

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Punto de vista de Luna. 

Me encerré en la habitación intentando controlar lo que sentía. Estaba enojada, triste, decepcionada, dolida... 

Porqué Mica no me lo había dicho? Porqué no podía confiar en mí como yo confiaba en él? 

Quité con rabia una lágrima de mi mejilla sintiendo que explotaría. 

Mica estaba muriendo... 

Es que no pensaba decírmelo? 

Más lágrimas se derramaron de tan solo pensarlo, y entendí que no tenía más opción que aceptar la propuesta de los reyes Sila. 

Lo único que se podía hacer para salvar a Mica, era cumplir con su profecía.

"Un hijo del sol. Luz radiante sobre un mundo oscuro. Mirada de ángel y tatuajes de oro, un hijo del sol que pertenece al trono." repetí en mi mente. 

El trono. 

Mica estaba destinado a ser rey, y sus padres estaban dispuestos a darle el trono pero solo si llevaba a cabo aquella guerra que tanto decían necesaria. Porqué no aceptaba para salvarse? Porqué simplemente no aceptaba su destino? Porqué se sacrificaba de aquella manera? Porqué se torturaba? Porqué intentaba destruirse?

Mientras más lo pensaba, menos entendía. Lavé mi rostro quitando el rastro del llanto que había estado en mis mejillas antes. Ya era de noche, me había pasado todo el día en mi habitación, pero decidí bajar a cenar con Victoria.

-Estás bien?-me preguntó en cuanto me senté en la mesa. 

-Si-respondí para tranquilizarla, y ella solo asintió. Lo que mas me gustaba de ella era que no me presionaba, pero siempre estaba allí para escucharme cuando se lo pedía.

-Kaliste me ha llamado. Tus amigos no dejan de preguntar por ti. Estaba pensando que tal vez podrían verse.-

-Si!- me exclamé de inmediato. Había pasado más de una semana desde que me había ido del Fuerte. Extrañaba tanto a Alyssa, Antheia, Elara, Lydia, Alaric, y hasta a Blake. Me preguntaba como le estaría yendo en el equipo Lunar. 

-Hablaré con Kaliste para ver como lo organizamos- respondió Victoria riendo por mi repentino entusiasmo. 

-Muchas gracias, de verdad-dije sonriendo. Le di una mordida a mi trozo de carne y no pude evitar preguntar. 

-Dónde esta Mica?- 

-Dormido-respondió ella sencillamente. Era ahora o nunca.

-Porqué no me dijiste que Mica...está muriendo?-mi voz se quebró lentamente al llegar al final de la frase y sentí como me empezaba a faltar el aire. Victoria me miró con una sorpresa aterrorizada. Eso no se lo esperaba. 

-Quien te dijo eso?-preguntó de inmediato. 

-Lo soñé.-mentí para no mencionar mi conversación con los reyes Silas, los padres de Mica. 

-Y cómo sabes que es cierto?-

-Solo lo sé-dije enojada. No quería que me tratara como una niña. Quería la respuesta. Victoria suspiró, y por primera vez vi su mirada cansada. 

-No me tocaba a mí decírtelo-dijo suavemente. 

-Pero...- 

-Todas las profecías deben cumplirse. Si no se cumplen, el que se menciona en la profecía muere- 

Mi piel se heló al escuchar eso ya que no lo había pensado. Yo también moriría, si mi profecía no se cumplía. 

PUNTO DE VISTA DE MICA. 

Desperté sintiéndome algo desorientado, pero sin duda menos adolorido. Me sorprendí al ver que era de noche, y decidí bajar al jardín a tomar algo de aire, pero cuando abrí la puerta de mi habitación me encontré con Luna que se dirigía a la suya. Sus ojos estaban rojos y ya podía adivinar que había llorado. 

Intentó evitarme e ir directamente a su habitación, pero la detuve de inmediato. 

-Y bien?-pregunté.-Cuando vas a decirme que ocurre?- 

 Vi en  su mirada mucho enojo y supe que esto no terminaría bien.

-Podría preguntarte lo mismo a ti-respondió duramente, y me sentí como la peor persona del mundo al ser el culpable de aquellas lágrimas que habían inundado sus ojos. 

-De que...?- 

-Buenas noches, Mica-dijo para darse la vuelta, pero la detuve nuevamente. Esto no se quedaría así. Halé su cintura y pegué su espalda a la pared como cada vez que sentía que se me escapaba. Podía así ver su delicado rostro de cerca y analizar cada una de sus expresiones. 

-Suéltame- pidió, y yo lo ignoré. No quería soltarla. Nos quería soltarla nunca.

-Dime que pasa-susurré intentando ser paciente. Pensé que luna me empujaría y me enviaría al diablo, pero en vez de eso me abrazó con fuerza y empezó a llorar. Me tomó unos segundos reaccionar al calor de su cuerpo contra el mío. Rodeé mis brazos al rededor de su cintura y la llevé a mi habitación. Luna era una chica fuerte, probablemente de las personas más fuertes que había conocido. Que la había derrumbado?

-Te odio-susurró escondiendo su rostro en mi pecho. Acaricié su cabello suavemente.-Porqué no me contaste?- 

-Contarte que?-pregunté suavemente.

-Porque no me contaste que estabas muriendo- se alejó ligeramente para mirar mi rostro. Increíblemente su pregunta no me sorprendió. Suspiré intentando buscar las palabras para explicarle. Pero como le explicas a alguien que estás listo para morir? Que es en realidad lo mejor para todos? Como podía explicarle que mi muerte era necesaria a una chica que me quería? 

Era algo con lo que había vivido toda mi vida. Vivía sabiendo que mi muerte llegaría antes que la de todos a mi alrededor. Vivía sabiendo que no podría tener hijos, que no podría tener una familia, que no podría cumplir mis mentes. Vivía sabiendo que en realidad estaba a un paso de la muerte, porque estaba preso en una profecía que no quería cumplir. 

-Respondeme!-se exclamó al notar mi silencio. Me dolía verla de esa manera. Destrozada por mí, por alguien que no valía la pena. 

-No te lo dije porque no es importante, Luna-mi respuesta pareció indignarla aún más. 

-Como puedes decir eso?- el dolor en su voz llegaba hasta lo más profundo de mi ser,  y por primera vez en años me sentí débil y vulnerable. Había tanto que quería decirle y tanto que debía callar por su propio bien. 

-Todo va a estar bien, Luna. Tú estarás bien-dije calmadamente. Era casi un juramento. 

-Es que no te das cuenta? No te das cuenta que no me importa nada si tu no estás?! Como puedes hablar de esa forma?! Como si tu vida no valiese nada! Tu vida lo es todo para mí! Tú...eres todo para mí-

Sin Mirar AtrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora