Cap 3-Devuelta

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Cuando Kaliste terminó su explicación, sentí que todo era un terrible chiste. Algo así como una serie televisiva.

-Entonces son algo así como brujos.- resumí. 

Mica, que era el chico con el que me había topado antes, me había llevado con Kaliste (a pesar de que le había rogado que me ayudara) que me había contado una preciosa historia de cómo entre los humanos vivan otra clase de seres. Entre ellos, los Silas, una especie de brujos mágicos. 

-Brujos no, hechiceros- me corrigió ella tranquilamente  mientras bebía de su copa de sabrá Dios que. 

La miré con una sonrisa que no pude ocultar. Si quería que me creyera eso tendría que hacer más que tatuarme mientras estaba inconsciente. 

-No, no te tatuamos mientras estabas inconsciente- dijo ella. 

Pero yo estaba más que segura de no haber dicho eso en voz alta. Kaliste me guiñó un ojo. 

-Puedes...?- 

-Leer tu mente? Si- respondió. 

-Pero...- tartamudeé sintiéndome temblar.

-También puedo hacer esto- dijo para luego soltar la tasa que traía en las manos. Esperé a ver como se estrellaba sobre el piso...

pero no pasó.

La taza se quedó en el aire, haciendo que se me erizaran los pelos. Abrí y cerré los ojos varias veces tratando de convencerme de que era alguna especie de ilusión óptica.

No podía ser posible. Tal vez no era buena en la escuela, pero estaba más que segura de que eso iba contra las leyes de la física. 

-Tú también puedes hacerlo- me dijo. 

-No, no puedo- contesté frunciendo el ceño. A este punto me preguntaba si ya me había vuelto loca. 

-Tus habilidades no han despertado, pero no tardarán- me aseguró. 

-Quiero volver a mi casa- dije intentando sonar segura, pero mi voz me traicionó al temblar.

-Todo se borró. Esa no es tu casa, Luna. Ya no te recuerdan. Como si nunca hubieses existido allí-

-Eso no puede ser posible!- grité ya harta de aquel circo.-Por supuesto que me recuerdan- 

Serena nunca me olvidaría, verdad?

-Lo siento mucho, Luna. Que te encontraras allí fue un completo error.-

-Déjenme en paz!-grité poniéndome de pie. 

-Luna...- 

No la dejé terminar su frase, porque sin esperar un segundo más, salí corriendo. 

No miré hacia atrás para ver si me perseguían, tan solo corrí por los pasillos bajo la mirada extrañada de otras personas hasta encontrar una inmensa puerta.

Seguí corriendo, y me di cuenta de que corría a una velocidad de la que no me creía capaz. Antes de que pudiese darme cuenta, ya estaba en el bosque. Sin saber a dónde me dirigía ni lo que me esperaba, con el corazón latiendo a mil y mis ojos llenos de lágrimas, corrí y corrí. 

Pero el bosque no se acababa. 

Todos eran arboles idénticos. Cambié de dirección varias veces para intentar llegar a alguna carretera o a algo que me indicase civilización. 

No había nada. 

Cuando me cansé me detuve y me recosté de un árbol para retomar mi respiración. Las lágrimas abundaban en mis mejillas, mi cuerpo dolía, nunca me había sentido tan desesperada. 

Lo único que quería era volver a aquel orfanato del que tanto había deseado salir. 

Y si no volvía a ver a Serena o a Adela? 

Repasé por mi cabeza lo que me había explicado Kaliste. Según ella, habían 5 razas de humanos y no solo una. 

Estaban los Silas, los hechiceros de la luz que obtienen su magia del poder del sol y todas las demás estrellas. Luego estaban los Novas, los hechiceros de la oscuridad que obtenían su poder de la noche. Los Gea y los Volts eran dos especies a parte. Los Gea eran la raza más antigua. Tenían una conexión especial con la naturaleza y la tierra les daba poder. Los Volts, en cambio, eran los que llamaban "los rebeldes". Una especie que solo se alimentaba del dolor de los humanos corrientes, a los que llamaban efímeros. Estaban en la tierra para crear desequilibrio. 

Mientras más recordaba las palabras de Kaliste, más me parecía absurdo. 

Me dejé caer sobre la grama fresca y me permití llorar todo lo que quise. El llanto siempre había sido para mí una señal de debilidad, por lo que en todos mis años en el orfanato, me negué a derramar una sola lágrima. En cambio, ahora no parecia poder detenerme. 

-Al fin- dijo una voz a mi lado. 

Me sobresalté por la sorpresa pero al ver que era Mica y me puse de pie lista para luchar. No me importaba si salía herida. No volvería a aquel lugar. 

Pero él no intentó atacar. 

Se sentó en la grama cerca de donde yo estaba. 

-No voy a llevarte de vuelta si no quieres-dijo tranquilamente. 

-Ayúdame a volver al orfanato entonces- dije aún manteniendo la guardia. No confiaba en él. 

-Está bien. Pero solo voy a advertirte que va a dolerte.- 

-A dolerme?- 

-Siempre duele ver como te olvidan- 

-No sé de que hablas- 

-Solo camina- 

Se puso de pie y se quedó mirando fijamente a lo lejos. Luego cerró los ojos y extendió su mano, lo que me pareció extraño. El aire dejó de sentirse a nuestro alrededor y la tierra tembló ligeramente cuando, justo frente a nosotros, apareció... 

-Un portal-dijo él. 

Era una especie de neblina color azul. Me quedé hipnotizaba sin saber si me parecía fascinante o si estaba a punto de desmayarme. 

-Ven-dijo tomando mi mano. Antes de que pudiese reaccionar, entramos al portal, y en menos de un segundo, estaba devuelta en el orfanato.


Tercer Cap!

Qué creen que pasará? También tengo curiosidad por saber si esta es la primera historia mía que leen, o si ya han leído otras. 

Déjenme saber en comentarios!

No olviden votar-comentar y seguirme<3

Los quiero un mundo

DD


Sin Mirar AtrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora