Cap 15-Hablar contigo

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Desperté con las mejillas llenas de lágrimas frías, mi corazón palpitaba tan rápido que creí que se saldría de mi pecho. Me senté en mi cama en la completa oscuridad, al principio a penas pude reconocer la habitación que compartía con Alyssa, que dormía tranquilamente en su cama. Intenté calmarme, pero las imágenes de la atrocidad atacaban mi cabeza sin cesar. 

Sangre, muerte...guerra. Esta pesadilla no se comparaba a las que había tenido en el orfanato.

Las palabras de la Gea que había visto bajo el mar me se repetían en mi mente.

Sin pensarlo me puse de pie y me vestí tan rápido como pude, para dirigirme corriendo como un alma a la que la persigue el diablo al único lugar donde me sentiría segura. 

Con Mica. 

Tuve que correr bastante para llegar al edificio principal del fuerte. Era de madrugada y todos dormían...o al menos eso pensé. 

Cuando crucé el jardín que me llevaba de una torre a otra, sentado sobre uno de los bancos y admirando a la luna, se encontraba...Lans. 

Notó mi presencia de inmediato, y al verme en aquel estado se puso de pie y se dirigió hacia mí con toda la preocupación del mundo, como si fuese alguien importante para él. 

-Estás herida?-fue lo primero que preguntó mientras observaba mi rostro. Su tacto era tan cálido y me sentía tan avergonzada de estar en ese estado frente a tanta perfección. 

Hice un gesto con mi cabeza para decir que no, y antes de que pudiese explicarle que me dirigía a la habitación de su hermano, Lans me hundió en un abrazo. 

Definitivamente era algo que no me esperaba, pero si se sentía reconfortante. 

-Todo está bien. Puedes confiar en mí y hablar de los que sea- susurró dulcemente. Su perfume era suave y el tacto de su piel contra la mía era sin duda agradable.

En otro momento me hubiese derretido hipnotizada por su bondad, pero en ese momento necesitaba a... 

-Sueltala-dijo una silueta saliendo de la oscuridad. Su voz había sido más dura de la cuenta, casi autoritaria, lo que me hizo sobresaltar. 

Era Mica. 

Pensé que Lans me soltaría, pero al contrario, me abrazó con más fuerza. 

Esto iba por mal camino. 

-Déjanos solos Mica, no es tu asunto-dijo su hermano. 

Aquello si que se podía mal interpretar. Me soltó suavemente y se paró delante de mí casi en modo de protección. 

-Si, si es mi asunto. Todo lo que tenga que ver con ella lo es. Soy su guardián- 

Quería intervenir, pero nunca había visto a Lans enojado y a Mica tan frío. 

-Ella no está en peligro. Así que si Luna es solo un trabajo para ti, puedes marcharte-

"Solo un trabajo" 

Aquello dolió. Y dolió porque era cierto. Mica me había dejado en claro que no soy para él más que una obligación, una especie de carga que debía llevar porque así se lo habían ordenado. 

Yo no era nada para él. 

Tragué saliva y me digné a interrumpir. 

-Estoy bien, Mica. Lans solo trataba de ayudarme. Puedes irte a dormir- 

Las últimas palabras fueron duras, y mi respuesta pareció sorprender a ambos. La mirada de Mica se oscureció y pensé que tomaría mi mano para arrastrarme fuera de allí como siempre hacia cada vez que se enfadaba, pero esa noche solo se marchó sin decir nada, no sin antes mirarme con toda la decepción que podía contener  el mundo. Lo vi alejarse entre las sombras, y fue solo cuando ya no pude ver su silueta que me di cuenta de que había actuado mal. 

Sin Mirar AtrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora