Cap 11-Un libro

370 38 4
                                    


-La playa ha estado increíble-dije como si nada. No sabía porque no le estaba contando lo ocurrido, era sin duda lo que debía hacer, pero las palabras de aquella Gea se habían grabado en mí, sentía que me pertenecían y que debían tan solo quedarse en mi mente. 

Mica me lanzó una toalla y pude secarme un poco. 

-Donde estamos?-pregunté. 

-En mi casa de verano-respondió.

-Y porque tienes una casa de verano al borde del mar si no te gusta la playa?- 

-No seas tan preguntona- 

-Eres un amargado- respondí en un puchero.

Una pregunta vino de repente a mi mente. 

No, era indiscreto preguntar. 

Luna no preguntes. Luna no preguntes. Luna no... 

-Donde están tus padres?- solté sin poder retenerme. Alguien deme un premio por estupida. 

La mirada de Mica se oscureció, como cada vez que se enojaba conmigo. 

-No es tu asunto- respondió fríamente-Tienes que entender que tú y yo no somos amigos. No pretendas que te cuente mi vida y a mí no me interesa que me cuentes la tuya. Soy tu guardián y punto-

Cerré mis puños con fuerza al escuchar sus duras palabras. 

Porque es que siempre sentía la necesidad de herir a las personas? Porque siempre tenía que ser así de frío e insensible? 

Yo era de las personas que pensaban que todos teníamos algo bueno en el fondo, pero Mica solo era indiferencia encarnada.

Pero había también sido mi culpa por meterme donde no me llaman. 

-Lo tomaré en cuenta-respondí con la misma frialdad dolorosa. Toda la felicidad que había sentido antes al descubrir el mar se había eclipsado. Era como si Mica pudiese fácilmente jugar con mis humores, y aquello lo detestaba. 

Porque me afectaban tanto sus malditas palabras? Nunca me habían afectado las de nadie... 

-Vámonos. Kaliste debe estar esperándonos.- 

Quise gritar que no volvería a aquel lugar por ninguna razón. Que no podía obligarme a estar allí y que odiaba esta nueva vida. 

Pero la verdad es que necesitaba investigar. 

No podría aclarar las palabras de aquella mujer si no descubría por mí misma que estaba pasando y que me estaban ocultando. Aún no sabía quién era la Nova que había aparecido en la cafetería ni porque los Novas me buscaban desesperadamente. Habían secretos, y yo debía descubrirlos antes de que esto me ganara. 

-Vamos-dije decidiendo ser fuerte. Tenía que tomar las cosas entre mis propias manos. Vi como mi respuesta sorprendió a Mica. Sin duda esperaba a que me rehusara, pero ya no quería seguir evitando lo inevitable. 

Mica abrió el portal, y junto con aquella extraña sensación que me dejada la tele-transportación,  aparecimos en el jardín del Fuerte. Vi que muchas miradas se giraron hacia nosotros, sobre todo al ver nuestros cabellos y ropa mojada. 

-Kaliste te espera en su oficina- fue lo único que dijo. Se alejó hacia su habitación, que contrariamente a la del resto de nosotros, se encontraba en la torre principal del Fuerte y no en las torres laterales. 

Caminé hacia la oficina intentando pensar un poco. Cuando llegué, toqué la puerta y ella me permitió entrar. 

-Luna! Como estás?-preguntó amablemente. Kaliste era tan amable siempre, y la admiraba por eso. Siempre tenía una sonrisa y sabía lo bien que nos trataba a todos. Me recordaba a Adela.

-Estoy bien-le aseguré. 

-Que te ha parecido la playa?-preguntó.

Pero como sabía que habíamos ido a la playa? Mica y yo habíamos tomado la decisión sin... 

-Mica me ha avisado-dijo al ver mi rostro de confusión. 

Claro. Kaliste sabía exactamente dónde estaba en todo momento. Excepto que no tenía ese control con los demás. Porque conmigo sí? 

-Quería saber cómo has estado con todo esto. Sé que es difícil y que has discutido con tu madre esta mañana. Quiero que sepas que no estás sola. Puedes venir a hablar conmigo siempre que quieras.- 

-Gracias...en realidad tenía unas preguntas.-dije con suavidad. 

-Claro- 

-Quien era aquella Nova? Porque...- 

-Ella no es importante-me cortó.-Los Novas siempre han estado celosos de los Silas por nuestro poder. Buscan perturbar nuestra paz, pero no tienes de que preocuparte. Aquí siempre estarás a salvo-

Eso no era una respuesta. 

Sonreí fingiendo sentirme satisfecha y un escalofrío invadió mi cuerpo.

-Gracias, Kaliste-respondí poniéndome de pie. Me despedí y salí de allí de inmediato. 

Tenia que encontrar que escondían. No podía quedarme de brazos cruzados. Y si lo había dicho esa Gea era verdad? Y sí estaba en peligro? De tan solo pensarlo sentía como algo se rompía dentro de mí. Tenía tantas ganas de confiar, sentirme al fin que pertenezco a un lugar...

Tal vez era momento de descubrir un poco más lo que era realmente el Fuerte. 

En el primer piso estaban la cafetería en la que comíamos cada día, pero también salas de reuniones reservadas para los profesores. 

En cuanto vi una de ellas abierta, no lo dudé un segundo. Entré y cerré la puerta detrás de mí. Sabía que no tenía derecho de estar allí y mi pulso se aceleraba con cada paso que daba. En una esquina, un pequeño librero descansaba. 

Bingo. 

Habían un par de libros y uno en particular llamó la atención. Era un libro de Historia escolar común y corriente, excepto que no contaba la historia de los humanos, sino de Los Silas. 

Empezaría por ahí. 


Nuevo cap! Espero que les haya encantado. 

Que creen que descubrirás Luna? 

No olviden votar-comentar y seguirme<3

Los quiero un mundo Diamantes 

DD

Sin Mirar AtrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora