[ ETERNUM ] (Sett x Aphelios)

Capítulo 09

A pesar de que Aphelios estuviese tan acostumbrado a ver en la oscuridad, en verdad la oscuridad en esa tumba bajo tierra era otra cosa. Sus ojos muy difícilmente lograban percibir en la oscuridad y de no ser por esa antorcha, los tres chicos estarían en apuros por no poder avanzar.

Pese a los nervios de acero de Sett y que no se inmutaba al miedo, no podía negarse dentro de sí que le asustaría un poco si algo se llegara a mover de la nada. Y finalmente, ahí estaba Travis asustado, queriendo sujetar el brazo de Aphelios, pero no tenía el valor de decirlo. Sin embargo, el sonido de arena cayendo a lo lejos le puso los pelos de punta y no pudo evitar el finalmente afianzarse del brazo del azabache. Aphelios no dijo nada, ciertamente le daba algo de gracia lo miedoso que podía ser su compañero y esperaba que de ese modo pudiera estar tranquilo.

Comenzaba a sentirse algo eterno ese corredor o tal vez eran esos tres chicos caminando a pequeños pasos, pero esos pequeños pasos fueron suficientes para notar que los tres estaban caminando sobre algo muy crujiente. Los tres al mirar hacia abajo, notaron que lo que estaba crujiendo eran los huesos de un par de cadáveres.
Y aunque Sett fuera el valiente del equipo, los tres se echaron casi a correr, en busca del final y finalmente se encontraron en una sala.

Al otro lado de la sala se encontraba una gran puerta y algo brillante a lo lejos. Afortunadamente a los costados de esa gran puerta se encontraban dos objetos metálicos, con vieja madera. Sett soplaba parte del polvo y acercaba la antorcha para poder prender la madera. Era suficiente luz para dejar algo de visión en esa sala.
Ahora con más calma, cruzaron la sala y al atravesar aquella puerta, encontraron otra sala y aunque esta era inmensa, aquella cosa brillante a lo alto de un pedestal era la suficiente luz.

Travis no se había recuperado del susto, por lo cual decidió quedarse esperando a los chicos al otro lado de la gran puerta. Sett quiso discutirle, pero Aphelios lo detuvo, pidiéndole que lo dejara en paz. Lo que estaban buscando estaba ahí y no era necesario forzar a Travis a subir las escaleras rumbo al pedestal.
No le quedaba opción, Sett le encargó la antorcha a Travis y aquel par se dirigió escaleras arriba.

Ambos subieron las escaleras con precaución y, a medida en que avanzaban, ese artefacto brillante se hizo más claro. Su luz radiante en tonos azules era preciosa y su forma de lágrima lo hacía más peculiar.
Llegando ahí arriba, los dos se quedaban casi como unos bobos mirando ese extraño objeto, pero ninguno se atrevía a tomarlo.
— Ah... yo no quiero tomarlo. — Enseguida Aphelios se negó.
— Y-Yo tampoco. — Los nervios de acero de Sett comenzaban a flaquear.
— Tú tienes manos grandes y fuerza, puedes tomarlo más rápido. — Ahora Aphelios comenzaba a discutirle.
— Tu mano es lo suficiente para tomarlo. — Respingaba Sett.