[ ETERNUM ] (Sett x Aphelios)

Capítulo 06

En el intento de perder de vista a ese grupo de asesinos, Aphelios terminaba en un callejón sin salida. Por dentro se maldijo por su gran error, si tan solo hubiera sido más cuidadoso esto no hubiera pasado.
No había tiempo para beber el pequeño frasco con el veneno de la noctum que cargaba precisamente para un asunto de emergencia, por lo cual tuvo que recurrir a la daga que guardaba entre los pliegues de su ropa.

No iba a ser sencillo, eran cuatro contra uno, pero no era algo nuevo para él. El líder de aquel grupo caminaba rumbo a lunari y mientras los otros lo insultaban y amenazaban de muerte, el líder le hablaba con aires de superioridad, dejando ver un brazalete con el emblema solari.
— Vaya, vaya, la escoria lunari parece ser que tiene asuntos muy lejos de casa. Es una pena que tengamos que matarte, aunque si te entregas y nos dices el paradero de tu gente, tal vez te perdonemos la vida y... — De pronto la voz de otra persona interrumpió la charla del solari y, tanto el grupo de asesinos como el lunari, se quedaron algo perplejos al ver aquel mestizo.

Mientras que el mestizo distrajo a tres de los asesinos, Aphelios aprovechó esa oportunidad para enfrentarse con el líder.
Empuño la daga para mutilar al solari, pero este pudo darse cuenta de la jugada de Aphelios y esquivó el impacto.
Aphelios con suaves y expertos movimientos trataba de acertar el golpe con su daga, pero lo único que lograba era cortarlo, esquivar y recibir un que otro golpe.

Aunque Aphelios, experto en matar, fue víctima de una sucia jugada. El solari impactaba uno de los pies del lunari para que este se tropezara y mermara sus movimientos.
Aphelios sobre el suelo quiso incorporarse en cuanto antes, pero el solari pisoteaba una de las muñecas del azabache, haciendo que este soltara su daga y, tomando dicha arma, tomó con fuerza el cuello de Aphelios para evitar que se incorporaba. Alzó la mano con la daga para querer perforar su corazón, pero antes de que pudiera moverse, las grandes manos de Sett se ciñeron en la cabeza del solari y en un rápido movimiento, Sett quebró el cuello del asesino para asesinarlo.

Aphelios estaba ahí en el suelo, con un gesto sorprendido no por la muerte del solari, sino porque había sido salvado por primera vez en su vida. Nunca antes alguien había metido las manos al fuego para defenderle y eso fue algo totalmente nuevo.
Con desprecio total, apartó el cuerpo inerte del solari para poder ponerse en pie mientras tocia, el solari fue severo con ese apretón en su cuello.

Sett sintió alivio de que aquella persona de preciosos ojos estuviera con vida y que su rescate fue justo a tiempo. Estaba agitado por haber peleado solo contra tres, así que cuando habló soltaba algunos jadeos.
— Senorita, ¿te encuentras bien? — En todo ese rato Sett creía que quien poseía esa hermosa mirada era una señorita en aprietos, hasta que recibió la sorpresa de la verdad.
— ¿A quién llamas señorita? — Mencionaba Aphelios mientras se retiraba el velo que cubría su nariz y boca, dejando ver no solo la marca de media luna de su frente, sino igual una línea vertical que iniciaba en su labio inferior y terminaba en su mentón.

Esa sin duda fue una respuesta que Sett no esperaba, el autor de esos bellos ojos era un hombre y se sintió extraño, era la primera vez que un hombre le erizaba el pelaje de ese modo.
Aphelios al ver la cara de tonto de aquel sujeto al ver que era un hombre, no quiso decir más y por eso enseguida quiso retirarse sin siquiera dar las gracias o volver a ver a ese hombre pelirrojo.