Capítulo XXII: Escúchame

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Cuando llegué a la estación, tomé el primer tren que salía a Manhattan, en ese momento lo único que deseaba era llegar a mi casa y tener a Sara conmigo.

***

Legué a casa poco después de las 3:00 de la tarde y cuando entré fui directo al baño. Mis ojos estaban algo hinchados porque en el camino de New York a Manhattan no pude dejar de llorar. Me lavé el rostro con agua tibia y jabón para que tal vez mi semblante mejorara un poco. Al salir del baño, vi a Sara que salía de su habitación y me saludó sonriente, pero al ver mi cara su expresión se tornó a una de preocupación.

-¡________! ¿Estás bien? ¿Qué pasa?

Nuevamente de mis ojos comenzaron a salir las lágrimas y sin pensarlo me deje caer en los brazos de mi amiga que me abrazó fuertemente brindándome un poco de paz. –Te cuento en un momento, ¿sí? –le pregunté en medio de algunos sollozos y ella asintió.

***

Le conté todo a mi amiga y ella solo sus ojos con asombro, al igual que su boca en contantes ocasiones; de pronto suspiraba y negaba cerrando los ojos. –Y eso fue lo que pasó, Sara. –la miré con los ojos todavía un poco lastimados por las lágrimas, pero ya sin llorar.

-_______, si está algo difícil el asunto pero, ¿no crees que pasó todo muy rápido? Quiero decir, no le diste si quiera oportunidad de que te explicara... -comentó Sara encogiéndose de hombros.

-Lo sé, sé que todo pasó muy rápido, pero en ese momento me sentí muy mal y lo único que quería era salir corriendo. –agaché la mirada.

-Entiendo pero ______, ¿no crees que deberías hablar con él?

Justo cuando iba a responder mi celular volvió a sonar y de nuevo era Robert, al ver la pantalla eché el teléfono a un lado, lo ignoré y Sara bufó. -¿Lo vas a ignorar? –me preguntó a lo que asentí y ella rodó los ojos- ________, ya tienes más de treinta llamadas pérdidas suyas. Solo, habla con él. –me dijo poniendo su mano en mi hombro y suspiré.

-Hablaremos, pero no ahora, no quiero verlo ahora. –dije recostándome en la cama y me tapé con una manta.

Mi amiga soltó un suspiro y volvió a hablar. -¿Quieres que te deje sola?

-Sí, por favor. –hablé levemente y escuché que Sara salió de mi habitación dejándome sola. –No quiero verlo, no ahora. –pensé y me acomodé en mi cama quedándome dormida no sin antes dejar caer unas últimas lágrimas.

Narra Robert

No pude encontrarla, me sentía desesperado y cada vez que le llamaba me enviaba directo al buzón. No sabía dónde estaba, ni cómo se encontraba, si le había pasado algo, ¡nada!

-¡Tonto, tonto, tonto! –me dije a mi mismo mientras pasaba mi mano por mi cabello al hacer otro intento de llamarla y no me respondió- ¡Tonto! ¿Por qué no pusiste la orden de alejamiento contra Miranda desde antes? ¡Ahhhhh, maldita Miranda!

Vi la hora y ya pasaban de las 4:30 de la tarde. –Oh, mi niña, ¡lo siento tanto! –me encontraba de regreso justo afuera del restaurante donde hace algunas horas había pasado todo. Me subí a mi auto y recargando la cabeza en el volante, solté un profundo suspiro y realicé un último intento por llamarla. Un tono, dos tonos, tres tonos, cuatro tonos y al quinto por fin contestó.

-¡________! –dije emocionado.

-¿Qué? –me contestó en un tono bastante cortante.

-Cielo, tenemos que hablar por favor. Déjame explicarte... -intenté seguir hablando pero me interrumpió.

-Robert, ahora no. –contestó simple y su voz sonaba un poco entrecortada.

Hilo rojo del destino. (Robert Downey Jr y Tú) [TERMINADA]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ