Capítulo IV: Trabajando juntos

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Sara estaba parada justo al lado de mí mientras yo sentía mis mejillas ardiendo como si no hubiese un mañana.

-¿Te parece si nos vamos? –dijo Robert manteniendo su sonrisa y en ese momento miró a Sara. -¡Hey! ¿No vas a presentarme a tu amiga?

Yo trate de articular alguna palabra, pero nada salía de mi garganta. Por algún milagro divino, pude tomar un poco de aire y tomar a Sara por la muñeca.

-Claro Señor Downey. –dije aclarando mi voz tratando de calmarme un poco- Ella es mi mejor amiga, Sara, -comenté mientras ella formó una tímida sonrisa en sus labios y él estrechó su mano para saludarla, Sara correspondió- vivimos juntas en uno de los apartamentos de este edificio y Sara, él es mi jefe, el Señor Robert Downey Jr. –me extrañe de esa elocuencia que logré formar, dado mi estado de nerviosismo actual.

-Mucho gusto. –contestó el Señor Downey aun estrechando la mano de Sara.

-Oh, créame que el gusto es todo mío. –contestó ella.

-Bueno, ya que ahora conozco a tu amiga, Fisher, -dijo posando su mirada en mí- ¿Nos vamos ya?

-Oh, por supuesto. –contesté rápidamente- Sara, tengo que irme. Avísame cuando llegues al trabajo. –le dije despidiéndome de ella con un beso en la mejilla.

-Claro, no te preocupes. Nos vemos en la noche.

Vi como Sara se fue caminando hasta la esquina y la perdí cuando dobló en ella. En ese instante caí en cuenta y recordé que mi jefe estaba a mi lado. Cuando gire la vista, ya no estaba. Mis ojos lo buscaron hasta encontrarlo nuevamente parado junto a su auto, mientras mantenía la puerta del copiloto abierta.

-¿Vienes Fisher? –yo asentí.

Crucé a paso rápido la calle y logre llegar al auto, me senté en el lugar y es cerró la puerta delicadamente, lo vi rodear el auto y en un parpadeo, ya estaba frente al volante y arrancó.

-Vaya, 7:40 de la mañana, apenas si llegaremos. –dijo mientras doblaba en la esquina.

-Disculpe Señor Downey, tengo una duda muy grande. –él me miró.

-Dime...

-¿Cómo es que sabe dónde vivo? –lo mire extrañada- Quiero decir, apenas nos conocimos ayer, ¿qué pasó? –pensé.

Bueno... -rio un poco- le pedí la información a la chica de Recursos Humanos. Justo unos minutos después de que saliste de mi oficina ayer, ella me llamó para decirme que ya había quedado todo listo, así que baje y le pedí tu dirección y listo. –sonrió.

-Ya veo... -comenté desviando mi mirada al frente- pero ¿por qué vino por mí?

-Bueno, -contestó él con la vista fija en el camino- ¿recuerdas que te hable de un proyecto muy importante para mí? –yo asentí- Pues hoy hay una reunión que también es muy importante para mí con respecto a ese proyecto, una reunión con la persona que está interesada en nuestros servicios y resulta que –se giró al verme, ya que se había estacionado frente a un semáforo en rojo- no escuché la alarma de mi despertador y, se me hizo terriblemente tarde. –dijo recargando su cabeza en el volante y yo no puede evitar saltar una pequeña risa- Y, contestando a tu pregunta, pase por ti porque como desde ahora eres mi mano derecha, prácticamente tienes que venir conmigo a todos lados y, si esperaba a que llegaras a la oficina, probablemente ya no habría reunión. –dijo regresando su vista hacía mí, que aún no podía desaparecer de mi rostro el hecho de que me estaba riendo- ¿De qué te ríes, Fisher? –me preguntó volviendo la vista al camino, ya que el semáforo ahora estaba en verde.

-Ay Señor Downey, lo siento tanto. –contesté y se me escapó una última risa- Lo que pasa es que, creo que hoy nos pasó lo mismo a los dos. –él me miró con el ceño fruncido sin entender de qué hablaba.

Hilo rojo del destino. (Robert Downey Jr y Tú) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora