Las Cartas Cambian

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¡Perdón, Perdón, Perdón!

-Nos vemos, mamá- dijo mientras cerraba la puerta del coche

-Adiós hijo, piensa en lo que hablamos- le correspondió la castaña, mirándolo desde el asiento del conductor.

-Claro-

Su madre y él habían hablado sobre muchas cosas el día anterior, pero sabía perfectamente a que se refería.

~~...........~~

Después de tener una charla amena con su madre, había decidido mencionarle acerca del incidente que había pasado con el rizado. Posiblemente le diría que sería una buena idea alejarse de él, pero también podía ser que sólo le dijese que se mantuviera al ras. Ciertamente no lo sabía. Su madre siempre daba sorpresas y este caso no sería la excepción.

-Y… ¿Quieres ayudarlo?- comentó desde el otro lado de la mesa.

-Sí…- le respondió apenado. Claro que no le iba a contar que lo había  besado, pero de alguna manera sentía como si tuviera que hacerlo, o como si ella ya lo supiese.

-Entonces, hazlo, Louis- lo miró seria.

-Mamá, por favor, él necesita de mi… espera ¿qué?- se sorprendió -¿acabas de decirme que lo ayude?- intentó demostrarle su sorpresa, cerrando el entrecejo.

-¡Hey!, no me pongas la carga a mí. Dije que si quieres, que lo hagas-

-Oh… bien, lo haré- Se incorporó de la mesa, dispuesto a irse a su habitación.

-¿Louis…?-

-¿Sí?-

-¿Qué tiene ese chico?- tragó saliva.

-¿a qué te refieres?- trataba de la mejor manera de no lucir nervioso.

-Llevas tres semanas en ese colegio, y es la primera vez, que veo que te preocupas tanto por alguien- mordió su labio. Si su madre supiera –No es la primera vez que pasas por un caso así, pero solías alejarte ¿qué tiene de diferente esta vez?-

-Él… él es especial, mamá- dio un gran suspiro. Vaya que lo era.

-Bien… estaré haciendo arroz con leche, te avisaré cuanto esté ¿si mi cielo?-

-Gracias-

Corrió hacia su habitación y cuando llegó lo primero que hizo fue encerrarse, apagar las luces y meditar sobre todo lo que había pasado. Sería un gran día mañana.

~~...........~~

Suspiró mientras se quedó mirando la entrada del colegio. Se sentía tan nervioso de entrar, de encontrarse con el rizado y que éste ya tuviera todos sus recuerdos del día anterior.

Se adentró al colegio preguntándose ¿por qué demonios, siempre tenían que ser los primeros en llegar todos los malditos días? Sabía las razones y aun así se lo preguntaba, seguramente era por inercia o por necesidad de estarse quejando de cualquier cosa que le pasase, sí, exactamente, se quejaba de cualquier cosa que le pasaba en la vida, que ¿por qué se cayó del columpio?, ¿por qué llegaba tan temprano a las cosas?, ¿por qué llegó tarde? ¿No podía dejar de quejarse alguna vez en su vida?, ¡se quejaba de quejarse!

Cuando llegó al salón se encontró con su peor miedo, sentado en su pupitre de siempre, recostado, como siempre. Comenzó a moverse nervioso y no sabía si entrar o ir a dar una vuelta y después llegar diciendo que se le había hecho tarde, porque pisó una tortuga en el camino y la mató, mejor un perro, sería más tardado y más creíble. Pero no, tenía que tener agallas de entrar, enfrentarlo, decirle que todo fue un error e intentar hacer las paces con él.

Un Roto Para Un Descosido *Mpreg* [Larry Stylinson] [HIATUS]Where stories live. Discover now