вяєαкιиg ρσιит

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¿Por qué sus ojitos tristes no se le borraban de la cabeza?

Sin duda esa escena terminó arruinando lo que, dentro de todo, había sido un día maravilloso para Sulhee. Fue un tropiezo, una mala jugada del destino que provocó su encuentro en un momento poco adecuado. Después de que giró su cabeza y los vio riendo, congeniando como si fuesen conocidos de toda la vida, Jimin supo que no debía bajar la guardia respecto a Haneul, porque se dio cuenta de que en un descuido, alguien podía adelantarse a él y terminaría perdiéndola. 

Después de eso, Sulhee y Jimin no hablaron más de diez mensajes de texto en todo el fin de semana. A pesar de que la chica quiso insistir y tratar de hacer algo para animarlo, decidió no hacerlo; le daría su espacio y su tiempo para procesar la gran decepción, que terminó arrebatándole el sueño.

Sulhee no pudo hacer más que sentirse culpable, pero ¿acaso era su responsabilidad que Haneul y Jungkook salgan? Pues, aunque le daba mil vueltas al asunto tratando de encontrar algún argumento válido para que la respuesta a la pregunta que la carcomía por dentro sea no, no podía encontrarlo. Se tomó ese par de días para analizar las repercusiones de sus acciones. 

Si tan solo pudiera decir que no...

Decirles que no a Jimin y a Haneul... ¿todo esto estaría ocurriendo? 

Aceptar ayudar a Jimin para que conquiste a Haneul fue un acto netamente masoquista, y Sulhee lo sabía. Jungkook, a su manera, también se lo había dicho y aún así había aceptado. Por otro lado, estaba Haneul, quien ponía las manos al fuego por Jungkook y Sulhee, sin saber que iba a quemarse, ya que según ella sentían algo por el otro, ofreciéndose a actuar de casamentera sin saber que la situación era mucho más retorcida y compleja. 

Lo vio entrar por la puerta, su cabello estaba despeinado y su uniforme se veía un poco desordenado. Bajo sus ojos se acentuaban unas bolsas oscuras que apagaban aún más su mirada seria y opaca. Sus manos estaban en sus bolsillos y llegó a su asiento con una actitud apática, prácticamente lanzando su mochila al suelo y tirándose sobre su asiento, todo esto bajo la atenta mirada de Sulhee, quien con una presión en el pecho, se estiró para tocarle el hombro al rubio, pero se detuvo cuando él se removió en su silla, mirando directamente hacia la puerta del salón.

Jungkook entró con sus audífonos a todo volumen mientras sujetaba las correas de su mochila con despreocupación. Tenía un aura distinta y Sulhee, al igual que Jimin sabían perfectamente la razón de su semblante risueño y sereno. El pelinegro se acercó hasta su mesa y tras darse cuenta de que no podía pasar gracias a las piernas de Jimin, le pidió.

— ¿Puedo pasar? — el nombrado giró la cabeza hacia él con una lentitud tal, que Sulhee pudo presagiar que lo que se avecinaba no iba a ser nada bueno. Conocía a Jimin y sabía cuando tenía ánimos de pelear y hoy parecía ser uno de esos días en los que al rubio le irritaba hasta su propia respiración. 

Jimin apoyó ambas palmas sobre la mesa con fuerza, llamando la atención de los que estaban en el salón, quienes se asustaron y sorprendieron por semejante ruido que llegó a hacer eco entre las cuatro paredes color hueso.

— Me gusta este asiento...— ladeó lo cabeza y observó al pelinegro con coraje. Jungkook frunció el ceño sin saber qué estaba haciendo Jimin exactamente — y al parecer, te gustan las mismas cosas que a mí, así que ¿por qué mejor no te sientas aquí? — soltó cada palabra con veneno, fruto de sus celos y la frustración de darse cuenta de que todo lo que había avanzado con Haneul, podría estar desapareciendo, escapándose lentamente de sus manos. Corrió su silla hacia atrás y se acercó a Jungkook, quien había permanecido estático y confundido — ¿O me equivoco? Es más... — sonrió con cinismo — Me atrevería a apostar que nos gusta la misma chica.— el cuerpo de Sulhee tembló, mientras que Jungkook ató cabos con agilidad y entendió a qué se debía todo esto. No retrocedió ni un centímetro cuando el rubio se le acercó con ímpetu.

Good Lies || pjm & jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora