good ℓιєѕ

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— ¡Déjame!

— SulHee, espera.— el chico apresuró el paso hasta quedar delante de ella, le hizo detener su caminar colocando ambas manos en los hombros de la castaña.

— Suéltame, Jimin.— espetó dolida. 

— No hasta que me digas qué te pasa, por qué estás así.

— Nada, sólo déjame ¿si?— Jimin se debatió internamente sobre irse y dejarla sola, como quería ella, o quedarse hasta saber qué era lo que aquejaba a su mejor amiga.

— SulHee, por favor...— se decidió finalmente por la segunda, buscando unos ojos, que siendo completamente honesto, últimamente no se había dado el tiempo de mirar con atención, como solía hacer tiempo atrás.

— ¡Vete! — la chica se giró dándole la espalda, para que así el rubio no viera la amarga y gruesa gota salada caer por su mejilla.

— ¡¿Qué te hice SulHee?! — pasó una mano por su cabello frustrado, rendido. ¿Por qué ahora le costaba tanto leer a la castaña?— ¡¿Por qué estás tan enojada conmigo?!

— ¡¿Realmente quieres saber?! — SulHee se giró encarando a Jimin, quien se sorprendió y afligió al verla en ese estado, a punto de derrumbarse.— ¿Recuerdas todas las promesas que me hiciste?— hizo una pausa observando a Jimin con enojo.—Las rompiste todas, ¡todas! Ya casi no me diriges la palabra y ambos sabemos el por qué, sólo que tú prefieres pasarlo por alto, ignorarlo y fingir que todo está bien.

— SulHee...— mordió su labio inferior sin saber qué hacer, ¿cómo poder contradecirla? Si todo lo que había dicho era verdad. Se habían distanciado, ya no eran como antes y Jimin lo sabía, pero nunca se había dado el tiempo de analizarlo con profundidad y poder darse cuenta de cómo le habían estado afectando sus acciones a SulHee.

— Se veía venir, Jimin. Sin embargo, te creí.— el dolor en su mirar se clavaron como espinas en la conciencia del chico, quien no podía asimilar todavía la situación.—Creí todo lo que me dijiste: "no te dejaré", "siempre estaré ahí, Hee..."— el nudo en su garganta comenzaba a asfixiarla impidiéndole continuar.

Tomó aire para recuperar el aliento, para por fin sacar todo lo que tenía dentro, guardado y acumulado por tanto tiempo.

— ¿Quieres saber qué es lo peor? Que estabas absolutamente al tanto de cómo me sentía y aún así te apartaste de mi lado; dijiste que siempre estarías para secar mis lágrimas, que serías el hombro en el que me apoyaría, que nunca me fallarías, porque yo era especial, porque era diferente...— disminuyó el volumen de su voz a medida que continuaba era muy doloroso para decirlo en voz alta, recordar todos esos momentos en los que prácticamente tocaba el cielo, ahora no le causaban más que rechazo y culpa por haber sido tan ingenua.

Clavó los ojos sobre el chico, cuyo rostro era indescifrable y reunió el valor para dar por terminada esta charla.

— Te felicito... que buenas mentiras.

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Good Lies || pjm & jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora