5. Grandes esperanzas

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Andy.

Aplico labial color nude en mi labios, es lo último que faltaba para completar mi maquillaje, aplico un poco de perfume detrás de mis orejas, muñecas y en mi cuello. Procedo a colocarme el dije de mamá; en todos estos días lo he estado usando, me hace sentirme cerca de ella.

Tocan la puerta de mi habitación y autorizo la entrada.

— ¿Lista? — pregunta papá. Me levanto de mi coqueta, tomo mi cartera de mano en donde está mi celular, mi labial, documentos, dinero y las llaves de la casa. — Andy. — mi padre me llama y me dedicó a escucharlo. — Independientemente de lo que suceda hoy quiero que sepas que me siento orgulloso de ti y hasta donde has llegado.

—Esto es solo el inicio papá. — le digo interrumpiendo su discurso. — Es la punta del iceberg, no me rendiré hasta conseguir un título en el RaceDay y ese será el de campeona.

—Eres igual de decidida que tu madre, me recuerdas mucho a ella. — sonríe. — Además que llevas su vestido y eres idéntica no solo mental sino físicamente también.

— ¿La extrañas? — me atrevo a hacer esa pregunta que me rondaba la mente hace muchos años.

—Un poco, como te lo dije eres su copia exacta, es como si nada hubiese cambiado y ella no se hubiera ido. Tu mantienes su recuerdo vivo, es por eso que te sobreprotejo mucho, no quiero perderte a ti también.

—No lo harás, papá. — le aseguro. —Además me tienes que soportar por unos cuantos años más. — me da un beso en cabeza y salimos de la habitación para dirigirnos a la sala en donde espera mi hermana y su esposo.

Ella trae un vestido maternal color vino y James va de traje, me es imposible no querer una historia de amor como la de ellos. Se conocieron cuando apenas eran adolescentes, mi abuelo ofreció una cena de bienvenida a la familia de su contrincante por Toyota y luego mejor amigo que casi por veinte años había abandonado el mundo de las carreras por el de la mecánica; se fue de Ecuador hacia Argentina. Su relación de amistad fue increíble que ellos mismos lo denominaban como la fraternidad de los famosos pilotos de fórmula 1 Niki Lauda y James Hunt.

Pero esa noche no solo se retomó una amistad sino que inició otra para en un futuro convertirse en un matrimonio. James venía cada jodido día a las tres de la tarde para hacer las tareas con Merie, dado que cursaban el mismo grado, no faltaba ningún día y siempre puntual. Hasta incluso en las vacaciones nos visitaba y le favorecía vivir cerca de nosotros, a mí me estresaba dichas reuniones pues papá me obligaba a pasar con ellos en la sala espiándolos que no hagan nada malo, ni siquiera me permitía dejarlos solos por un momento. Pero a pesar de los cuidados papá le daba a mi hermana lo innegable sucedió, se enamoraron. Su relación a veces me conmueve que deseo un romance así, James la cuida, protege y ama.

Yo también deseo una persona así.

—Margarita — llama mi hermana a nuestra empleada, una parte más de esta familia. — ¿Nos puedes tomar una foto?

—Claro que sí, señorita. — Margarita agarra el teléfono y me siento orgullosa de que mis clases de tecnología hayan funcionado.

Margarita tiene la mayor parte de su familia en Estados Unidos, me contó que los extraña mucho y que hace años que no los veía. Esa tarde con los ahorros de las carreras clandestinas le compré un celular moderno y de ahí empezaron las clases. A veces quería darse por vencida pero al final solo se sintió agradecida porque por fin podía utilizar el "facisbok" y el "Wasap" como sabe decirlo. Incluso ya se sabe tomar "selfiess".

—Ahora todos una selfie. — yo me encargo esta vez y todos hacemos caras incluso Margarita que hace la famosa mueca de pato.

—Te ves hermosa mi niña. — me dice Margarita cuando todos estamos por salir, me arrebata mi celular, coloca en cámara, me pide que pose y le obedezco. — Ya verás que conquistarás a muchos hombres. — niego, ella está más desesperada que yo para que consiga novio.

Legado/Christopher Vélez/CNCO (COMPLETA)Where stories live. Discover now