14. Sacarle provecho.

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Chico misterioso.

Parezco un zombie andando por la calle, me golpeo con la gente que va por la vereda y apenas puedo disculparme. Me siento muy mal y creo que el sentimiento de decepción es lo que me invade a cada momento al solo recordar el golpe de la realidad sobre quién en verdad está detrás del antifaz.

¿Por qué pensé que sería ella?

Entro a un restaurante con la finalidad de tomar un poco de café y ahondar en mis pensamientos aunque sea una tortura. Hay pocas personas en el lugar por lo que tomo asiento en un lugar apartado de todos, miro la carta que está en un servilletero y justo en el otro lado está un espejo, literalmente me veo horrible.

Puedo ver de reojo como una chica se sitúa a mi lado, chaspea para captar mi atención, lentamente subo mi mirada hacia ella y creo que tanto pensar sobre en ella ahora me la imagino sonriéndome y con una libreta en su mano, sacudo mi cabeza pensando que es una alucinación, pero Reina como todos la conocen en las carreras sigue aquí.

—¿En qué te puedo ayudar? — me pregunta ella.

Lo único que quiero pedirle es que me explique como hizo para llegar tan rápido acá y el por qué no está en las carreras.

—Solo café. — es lo único que puedo formular mientras la veo irse para traer mi pedido.

¿Qué tan probable es que ella solo sea un producto de mi imaginación?

— Un solo café a la orden. — ella coloca el pedido al frente mío, pero me es tan inevitable no dejarla de ver.

—Tengo novio... — su repentina oración con tono de reclamo hace que me sorprenda.

—Yo... solo trataba de recordarte en donde te vi.

—Es muy probable que aquí o en el taller de mi novio. — ella ve unos segundos en dirección al mostrador y se sienta frente a mí.

—Pues supongo que sí... — no quiero insinuarla y asustarla diciendo que la conocí hace unos diez minutos.

—Anda anímate, chulla vida y hay que disfrutarla. — su voz es muy diferente a como ella me habló en la calle y llego a pensar que esta es la verdadera. —Por cierto, soy Tatiana.

—Es que siento decepción por alguien que conocí hoy... — trato de tirarle una indirecta aunque en realidad dudo que la capte porque no sabe quién soy yo en realidad.

—¿Déjame adivinar... una cita de tinder­? — sonrío por su ocurrencia.

—Algo así... — su jefe la llama desde la cocina por lo que ella se levanta.

—Yo digo que le des una oportunidad, después de todo puede que él o ella quiera mostrarte su verdadera identidad y al final salga todo bien. — se aleja, pero vuelve a mi mesa y me da una tarjeta. — Es del taller mecánico de mi novio, por si algún momento necesitas de mis consejos puedes encontrarme ahí o aquí. — se acerca para susurrarme. — Eso si no me despiden, adiós. — se despide con la mano no obstante la detengo agarrando su muñeca.

—Solo una cosa más. — ella me mira extraño y pienso que esta pregunta me zafará de algunas dudas. — ¿Sabes conducir un auto?

—No sé porque deseas esa información, asumo que es porque después de tomar café me pedirás una chica de Zhumir para emborracharte y si es ese el caso lo único que puedo hacer por ti es pedirte un taxi porque ni siquiera puedo arrancar el auto sin que se apague por unas tres veces. Ahora sí, chao. — se dirige corriendo a la cocina.

No puede ser, todo esto parece una pesadilla. ¿Cómo que hace tan solo un cuarto de hora ella iba a manejar en la carrera?

Juego con la tarjeta que me dio no obstante quedo petrificado al verla.

Legado/Christopher Vélez/CNCO (COMPLETA)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ