Capítulo 25

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La idea original de Hua Cheng era ir solo a Lotus Pier.

Por un lado, sentía la extraña necesidad de querer saber más sobre la vida de Wei WuXian, y por el otro, sabía que de esa manera podría hayar la fuente de su sufrimiento, lo cual sería una clave fundamental para ayudarlo a volver más rápido a su forma original. Por lo tanto, saldría beneficiado de una u otra manera.

Sin embargo, no estaba preparado para cierto encuentro.

Fue realmente inesperado.

Hace tan solo unas horas atrás no le había sido difícil infiltrarse en Lotus Pier, a pesar de que sus puertas estaban cerradas y la única manera de acceder era comprobando que no cultivabas el camino demoníaco, su entrada había resultado todo un éxito.

Al igual que su encuentro con el líder de secta. Esperó pacientemente el momento adecuado para acercarse y, tomándolo por sopresa, golpeó sus puntos de acupuntura para que se durmiera. Luego, solo bastaría la ayuda de sus mariposas espectrales para ver sus recuerdos y más tarde, borrar de sus mememorias el encuentro reciente. Al momento de despertar no recordaría haber visto a Hua Cheng y solo estaría un poco confuso.

Cuando acabó, salir de allí sería mucho más fácil que entrar, así que tampoco se preocupó.

Ahora, la noche ya había caído y Hua Cheng estaba consciente de que llevaba mucho tiempo caminando.

Su cabeza revuelta, tratando de procesar y analizar todo lo que había visto.

Esa persona, Jiang Cheng, aunque había mostrado odio y rencor hacia Wei WuXian en vida, ¿por qué los días posteriores a su muerte lloraba en soledad?

Todos los días iba al salón ancestral y aunque a veces dudaba, nunca se olvidó de mostrar sus respetos frente a la tabla donde estaban grabadas el nombre de 'Wei Ying'.

Entonces, en realidad no odiaba, ¿no?

Los pasos de Hua Cheng de pronto se detuvieron.

Aunque el repentino sonido que captó su atención era lejano todavía, su audición era bastante buena.

Sus cejas se juntaron cuando las frunció e inconscientemente aceleró el paso. Pidió prestada la luz de sus mariposas y se adentro en un bosque profundo y oscuro.

Por una desconocida razón sus manos habían comenzado a temblar mientras más se acercaba al suave, pero distorsionado sonido.

Más adelante había un río con una cascada. El sonido del agua era armonioso y el viento soplaba con sutileza.

La apariencia de Hua Cheng no podría ser vista por mortales, por lo tanto se acercó sin preocupaciones.

A un costado del río había un hombre.

Estaba vestido con largas y elegantes túnicas blancas, haciendo constraste con su pálida y delicada piel. Una cinta en su frente ondeaba cuando el viento soplaba en su dirección.

Estaba sentado con las piernas cruzadas junto a unas enormes rocas tras su espalda.

Sobre sus piernas había un Guqin en mal estado. Tenía algunas cuerdas ligeramente sueltas e incluso habían otras que ya estaban rotas. La madera que parecía ser de buena calidad estaba gastada y sucia.

Pero esto no fue lo más sorprendente.

Lo que más llamó la atención de Hua Cheng fue el horrible estado de las manos de esa persona.

Podría asegurar que se trataría de una hermosa y delicada piel con largos dedos e impecables uñas. Pero ahora, solo habían heridas y rastros de sangre, al igual que en el instrumento frente a él.

Hua Cheng cerró los ojos por unos segundos.

Esta melodía era la misma que había escuchado hace mucho tiempo atrás.

También conocía su nombre.

"Inquiry." Susurró para sí mismo, después de todo, nadie más podría escucharlo.

Dio un salto ligero y cruzó el río. Con pasos suaves, lentos y por alguna razón, tenebrosos, se acercó a la persona de blanco que continuaba tocando a pesar de que nadie respondía.

Hua Cheng lo vio. Vio la desesperación en sus ojos, la frustración en sus labios que eran constantemente mordidos como si estuviera reprimiendo algo, y la determinación en cada acorde.

En ese entonces, la mano de Hua Cheng ya se había estirado. No supo por qué, pero hizo sonar las cuerdas.

"¿A quién buscas?"

Los ojos claros de ese hombre se abrieron de par en par y se iluminaron.

Inmediatamente Hua Cheng se arrepintió.

Quiso huir, de repente, tuvo miedo, no quería saber la respuesta. Pero antes de que tuviera tiempo de hacer algún tipo de movimiento, esa respuesta llegó a sus oídos.

No podía equivocarse, sabía muy bien cómo interpretar los acordes.

Él había dicho, ¿Wei Ying?

Miró un poco más de cerca y se dio cuenta de que había visto a esta persona dentro de los recuerdos del líder de la secta Jiang. Había estado presente durante la Campaña para Derribar al Sol, siempre intentando detener a Wei Ying, pero... Wei WuXian en ningún momento le había hecho caso.

Hua Cheng apretó sus manos en un puño. No quería contestar.

Y así pasaron varios segundos, el hombre al no recibir otra respuesta volvió a preguntar.

Hua Cheng seguía negándose a contestar su llamado y el hombre comenzó a desesperarse; preguntó lo mismo una y otra vez, a pesar del mal estado del Guqin, a pesar de lo dañada que estaban sus manos:

'¿Conoces a Wei Ying?'

¿Quién era esta persona? ¿Qué era Wei Ying para él?...
¿Qué era él para Wei Ying?

El hombre frente a él parecía no querer detenerse. Hua Cheng apartó la mirada, no quería ver la expresión de su rostro, pero podía oír perfectamente los sollozos.

La rasgadura de una cuerda sonó y de inmediato se cortó.

Lo siento...

Hua Cheng se dio la vuelta.

No puedo entregártelo, no ahora, no aún.

Había querido irse lo más rápido posible, pero sin darse cuenta ya se había vuelto hacia aquella persona que sollozaba. Su cabeza estaba inclinada hacia atrás, contra la roca a su espalda, sus ojos cerrados mientras silenciosas lágrimas caían por sus mejillas.

Hua Cheng se inclinó. Todavía quedaban dos cuerdas del Guqin y era suficiente para él.

Deslizó los dedos y la respuesta sonó. Clara y fuerte.

Inmediatamente el hombre abrió los ojos y una sonrisa forzada iluminó su demacrado rostro antes de que se cubriera la boca con una mano y su llanto se hiciera más agudo.

Durante el camino de vuelta, la mente de Hua Cheng estaba más confusa que antes.

Las manos ensangrentadas y las uñas rotas de la persona de antes no se iban de su cabeza.

¿Qué tan especial tendría que ser Wei Ying para llegar a tales extremos?

Recordó sus lágrimas y Hua Cheng sonrió.

La repuesta era más que clara.

"Cuidaré bien de él."

Fue lo que había dicho antes de irse.

FUGAZ [Wei Ying x Hua Cheng]Where stories live. Discover now