Días pasaron desde aquel accidente. No mucho cambió en mi vida la verdad. Tan solo que Kushina fué a visitarnos junto con Deidara un día de estos. Fué un desastre. Mi familia es muy complicada. Deidara e Itachi se dieron un tiempo para pensar las cosas por lo que ahora están separados.
Ah si. Minato salió ileso del hospital, fueron a darme las gracias por todo lo que hice por ellos e intercambiamos números por cualquier problema que ellos tuvieran o que yo tuviera. Kushina se volvió como otra madre para mi. No es que la biológica no me quisiera, se que ella me ama. Pero aún no logro entenderla del todo. Ni siquiera sé si la lograré entender alguna vez.
He pasado encerrado en mi habitación desde que tengo memoria. Mis padres ya se enteraron de mis ausencias al instituto y quieren obligarme a ir. No estoy mentalmente bien como para siquiera levantarme de mi cama. No se cuanto tiempo he pasado sin comer una merienda bien hecha. No es que me importe. Yo elegí estar así.
Mis papás están más que preocupados. No los culpo, yo también lo estaría, pero en serio que no quiero salir.
--Hijo mío...tienes visita--. Habló mi madre desde el otro lado. ¿Quién podría visitarme a mi, si no tengo amigos? --No se quien es, no conozco a nadie mamá--. Dije en un murmuro. --Es Kushina--. Dijo también murmurando.
Al escuchar el nombre de la susodicha, me levanté de golpe de mi cama. Arreglando un poco mi cabello ya que estaba bastante largo y descuidado ya. Cambié mis ropas y abrí la puerta lentamente. Casi torturoso. Por fin entraba la luz del día a mi habitación.
--Vaya que no te has muerto hermanito--. Bromeó Itachi. Rodeé los ojos, ni lo quería ver a el. Ignorándolo, me acerqué a la entrada de mi casa donde se encontraba Kushina. Al verme me sonrió. Le sonreí. --¡Sasuke! Tanto tiempo, venía a invitarte a salir de compras conmigo--. Decía emocionada. Confundido le respondí. --¿De compras?--. --Si, si. Ehhh...bueno si quieres--. Dijo apenada. --No creo que mi hij...--. No la dejé terminar --Si iré mamá. Nos vemos--. Dije saliendo y cerrando la puerta de mi casa.
Suspiré pesado. Luego volteé a ver a la mujer que me acompañaba. Se veía sorprendida, pero luego cambió su expresión a una de enojo.
--¿Pero qué es esa forma de despedirse de tu madre? ¡Despídete bien joven!--. Gritó enojada. Me asusté por el hecho de que nunca nadie me había regañado de esa forma. Con que así era sentirse regañado.
Abrí la puerta de mi casa de nuevo. Entré cabizbajo y solté estas tres palabras,
--Nos vemos mamá--. Dije susurrando. --Hijo...--. Dijo ella y me abrazó. No devolví el abrazo, aún no. --Yo...volveré más tarde--. Dije separándola. Ella solo me vió enternecida y luego llevó su vista a Kushina. --Gracias--. Sonrió.
Caminamos por varios minutos antes de llegar a nuestro destino. Observaba dos figuras a lo lejos. Pero bueno, ya saben. La miopía.
--Oooooi, ¡mamá!--. Gritó una voz joven. Kushina sonrió ampliamente y alzó su brazo saludando a aquel chico que aún no miraba con claridad. --¡Mi Naru!--. Gritó entusiasmada. Al acercarnos más pude indentificar que se trataba de su hijo menor. En persona se miraba más tierno ¿Pero madre mía, qué acabo de pensar? Sacudí mi cabeza quitando todo rastro de aquel pensamiento, ellos me voltearon a ver extrañados. --Oh...¿Huh?--. Ladeó la cabeza Naruto. --Lo siento, me presento, soy Sasuke Uchiha--. Dije nervioso. --Ahh, aquel que salvó a mi padre. Un gusto--. Dijo tomando mi mano y sacudiendola de arriba a abajo. Incómodo con el gesto tan amistoso, sonreí aún más nervioso. --Hijo...creo que estas incomodando al pobre chico--. Habló Minato. --Oh lo siento--. Me sonrió. --¡Bien! Vamos de compras familia--. Exclamó Kushina ¿Familia? --Y Sasuke--. Susurré más para mi mismo que para ellos. Pero alguien me escuchó. --Tu eres nuestra familia también Sasu--. Respondió Minato revolviendome el cabello. --¿Eh, pasa algo?--. Dijo extrañada la mujer. --No, nada cariño,vamos--. Dijo caminando a su lado--. Vamos chicos--. --Claro--. Respondimos al mismo tiempo
La mañana/tarde transcurrió de una manera maravillosa. Hicimos muchas compras, bueno, hicieron, yo solo los observaba reírse todos juntos. Deseaba en lo profundo de mi alma, poder tener una familia como ellos lo hacían. Pero sé que era mucho pedir después de todo.
--¿Te gusta algo de la tienda?--. Me preguntó el chico. --¿Huh? No...--. Dije viendo a otro lado, evitando su mirada. --Mentiroso. Dime que te gusta, no me costará nada convencer a mis papás de que te lo compren. Eres como su tercer hijo--. Rió, de verdad se veía tierno cuando sonreía. Me sonrojé sin querer, al parecer el lo notó y me vió intrigado.--¿Tienes fiebre? ¿Estás bien?¿Quieres comer? ¿Quieres beber algo? ¿Tomar aire fresco?--. Me bombardeó con muchas preguntas. --¡No! O sea...digo...estoy bien. Me gusta ese llavero de allá--. Dije cambiando de tema rápidamente. --¿Pero si es tan simple? ¿Cómo te pueden gustar las cosas tan simplonas?--. Dijo viéndome. Me removí inquieto. Cómo respondía a esa pregunta sin ser tan directo. --Hay veces que las cosas simples, son las más bonitas--. Dije observando al piso. Recordando a mi familia tan complicada y enredada. --¿Quién te enseñó eso? Hablas como si fueras todo un filósofo Sasuke-chan--. Dijo burlandose de mi. --¿Sasuke-chan? ¿en serio?--. Reí levemente. --Dísculpa...e-es que te ves tan frágil--. Murmuró. --No importa, me lo dicen mucho--. Sonreí.--Ven, vamos con tus padres--. Dije tomándolo del ante brazo para que me siguiera, de paso tomé el llavero que quería. Creo que me alcanzaba para comprarmelo yo.
--¡Chicos! Los encontré. Cariño ¿no hay nada que quieras de aquí? ¿Algo que te guste?--. Dijo Kushina dirigiendose a mi. --Llevaré este llaverito, pero lo pagaré yo, gracias de todas formas--. Le sonreí, ella hizo una mueca de decepcion. --Ven, dame eso, yo lo quiero pagar--. Dijo haciendo un puchero. --Pero yo...--. --Pero nada, dame ese llavero, es un regalo de parte mía--. Dijo "molesta" --Está bien...--. Suspiré rindiéndome.
Pagaron las cosas que llevabamos y nos fuimos al auto. Eran mas o menos unas 7 bolsas de compras. La mayoría eran de ropa y tratamiento para el cabello de Kushina. Las sobrantes eran de Naruto y Minato y la pequeña bolsa que yo llevaba en mi mano era mi preciado llaverito. Sonreí feliz. Hace mucho no me sentía así. Hace mucho dejé de sentirme genuinamente feliz.
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Aquí la segunda parte y hasta mañana la tercera y última (si no es que hay algún cambio de planes jsjs)
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