XIV

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—Cariño, te noto algo distraído ¿Qué pasa?

—Mi maestra Meris ya no vendrá más a la escuela. La directora y la maestra suplente, que ahora es la titular, nos contó que ella se fue.

—Sí, sé que estaba teniendo algunos inconvenientes personales.

—Ella era la única que me entendía, que me quería ayudar a estudiar, a aprender más. No siento ningún tipo de conexión con ésta maestra.

—Lo entiendo, Zhanda, los cambios no siempre son bien recibidos, especialmente, cuando tú sentías un vínculo especial con tu antigua maestra. Sé que ella también te apreciaba mucho a ti.

—Ya no quiero ir a la escuela, todo lo que ellos enseñan, ya lo sé o lo puedo aprender solo.

Erit miró a su hijo, y luego asintió con la cabeza.

—De acuerdo, no voy a obligarte a nada, sé que seguirás estudiando por tu cuenta. Pero de todos modos, buscaré un profesor particular, para que te vaya guiando en los estudios ¿Está bien?

—Sí.

—Todo perfecto entonces —sonrió abrazándolo.

—Tu aroma ha cambiado mucho, ma.

—Es porque han pasado más semanas, el bebé está más grande, y ahora también puedes olerlo a él —sonrió suavemente.

Zhanda miró la panza de su madre, y luego hacia el frente.

—Tú dijiste que sabes quién es mi progenitor.

—Sí.

—¿Sabes dónde está él ahora?

—No con exactitud, pero sé que está por aquí, por Kanat'ma ¿Por qué?

—Quisiera verlo.

—¿Conocerlo? ¿O sólo verlo?

—Sólo verlo.

—De acuerdo, me pondré a investigar un poco, y veré si logro encontrarlo.

—No quiero que te contactes con él, ma, sólo que los busques.

—Eso haré, hijo, ¿Pero por qué quieres verlo?

—Sólo quiero saber cómo se ve.

***

Erit sabía que Jeak trabajaba con los oficiales custodiando las fronteras, es por eso que él solía viajar bastante en el mes, sin contar con el tiempo que concurría al perfeccionamiento de oficiales.

El problema, es que no sabía en qué parte de la isla el rubio podía encontrarse, o si seguía en Kanat'ma.

Buscó al muchacho en una de sus redes sociales, y al encontrarlo, abrió el chat para enviarle un mensaje.

"Hola Jeak, soy Erit, te hablo porque..."

Miró el mensaje, y luego lo borró. No, le había prometido a Zhanda que no lo contactaría, él sólo quería verlo, nada más.

Suspiró y se recostó sobre los almohadones de su cama, mirando el chat abierto. ¿Qué debía hacer para contactarse con él, sin exponer las intensiones de su hijo?

Recordó al oficial que hacía días atrás había encontrado en la cafetería, y buscó su cartera, sacando la libreta. Agendó el número, y luego le envió un mensaje.

"Oficial Rael, mi nombre es Erit, la muchacha de Eritma que conoció hace unos días. Tengo una proveedora  que quizás pueda traer vino de Eritma en su próximo viaje, pero antes, me gustaría poder evaluar su situación y la de su mujer. ¿Le parecería juntarnos en un café para hablar? Espero su respuesta."

Esperó unos minutos, tomando un poco de batido de fresas. Si seguía de ese modo, ese bebé nacería rosado, pensó sonriendo divertida, acariciando su pequeño vientre.

"¡Estaba esperando su mensaje! Por supuesto que nos gustaría reunirnos con usted, mi mujer y yo estamos muy ansiosos por poder tener esa charla, y buscar una solución. Amor no falta en nuestra relación, sólo... Algo que nos active ¿Comprende?"

"Por supuesto, lo entiendo. Tengo únicamente los días lunes y jueves disponibles por la mañana para la consulta. Usted acomode sus tiempos, y dígame cual de los dos días podría tomar, y el horario."

Si la situación era real, no les cobraría nada, sólo un poco de información de Jeak.

Si tan sólo le hubiera pedido el número de celular esa noche que estuvo en su casa...

...

EritmaWhere stories live. Discover now