-¿A qué se debe tanto cariño, Obanai? -preguntaste mirándolo con el ceño fruncido. -Sí tengo que fingir lo haré, sólo dilo.

-_______, sabes que yo te quiero...

No quisiste responderle, tomaste el arroz para empezar a comer. Tu serpiente amiga se bajó de ti para no molestar tanto y fue con su dueño. La comida sabía malditamente bien pero por el simple hecho de pensar en la posible pelea que habrías tenido con Iguro, se le iba el sabor de la nada. Obanai te tiene mucho afecto; por las circunstancias en que te encontró y como terminaste trabajando con él se habían vuelto muy unidos pero... Hay un problema que une y rompe su relación, un problema muy fuerte y casi difícil de arreglar; amor.

-Cada día que te veo con ese haori me hace pensar que te importo mucho -habló nuevamente mientras te veía.

No respondiste, no querías pelear.

-A pesar de todo lo que me ha sucedido... -hizo una pausa. -Estoy realmente alegre de que estés conmigo.

Soltaste tu plato de arroz, cayó sobre la mesa haciendo un pequeño estruendo y algo de comida cayó. Eso que dijo fue la gota que derramó el vaso, te paraste para después quitarte el haori y aventarselo, él sólo lo atrapó confundido.

-Un carajo contigo... Ve a decirle esas palabras a la... A la... ¡A la maldita tierna, dulce y amable de Mitsuri! Deja de usarme para practicar, tú sabes muy bien que aunque me quieres no me amas. No puedo simplemente acepar tus palabras cuando soy la única aquí que te ha intentado demostrar su amor con intentos fallidos debido a tu "amor verdadero" con la Kanroji.

Después de gritarle todo eso te fuiste corriendo con espada en mano, no intentarías dejar nada que hiciera que tuvieras que volver a verlo. Quizás no pasó mucho tiempo pero ya era de mañana y el sol iluminaba con perfección todos los lugares. Te sentías vacía, te faltaba una carga encima y pese a todo el haori que le aventaste a Obanai, significa mucho para ti aunque eso fuera la única conexión en su ya (casi) rota relación.
Las lágrimas salían de tus ojos, intentabas sonreír y en tu cara solo aparecía una mueca de dolor, tristeza, sufrimiento. Tus manos temblaban y tu corazón hecho todo un lío, parecías tener taquicardia por lo rápido que latía.

Un par de metros más y te echaste a llorar, completamente. Tirada en el piso, echa bolita.

Estabas lejos de la finca, podías asegurar haber corrido tanto que quizás llegaste a la finca de alguien más pero incluso si fue así lo único que te importa ahora son tus sentimientos.

Escuchaste unos pasos por la tierra, oíste como pisaba el pasto y después se agachaba. Era alguien pero no alguien malo, estabas segura de ello.

-¿Estás bien ______? -preguntó él.

Reconociste la voz de inmediato. Cuando abriste los ojos te encontraste con los orbes azules de Giyu, te sentaste mientras limpiabas tus lágrimas, Tomioka te ayudó para después acariciar tu cabello. Desde que empezaste a tener esos sentimientos por Iguro, el pilar del agua y tú se volvieron grandes amigos, solías defenderlo de las bromas de Shinobu e incluso le haces bromas a ella, que se toma con gracia.

-No lo estoy... -Respondiste. -Por fin se lo dije, no me siento bien, me trata como si me amara pero en realidad me quiere.

El azabache suspiró, se sentó a tu lado, en la tierra. Te rodeó con sus brazos, moviéndote para poder abrazarte bien. Estando con él no aguantaste más y te echaste a llorar de nuevo, la calma junto a Giyu... Perfección total.

-¿Estás usando "calma" o algo así? -intentaste bromear pero seguías sollozando.

-Sí eso te ayudará podría hacerlo -respondió acariciando tu cabello. -Puedo quedarme aquí contigo hasta que lo necesites, así como tú lo haces conmigo.

ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.Where stories live. Discover now