ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.

ᴄᴀᴅᴀ ᴍɪɴᴜᴛᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ

Viste como Sanemi de nuevo le decía cosas hirientes a su hermano, suspiraste. Fue estúpido pensar que, sólo por estar contigo se contendría un poco con él.

Estabas alejada un metro de él, mientras le gritaba cosas a su hermano te tapaste los oídos, no sucedía siempre pero cuando pasaba era más que irritante y en realidad te molestaba... Más que nada por el pobre chico, Genya no tenía culpa alguna de la furia y "cuidados" extremos de Sanemi. Tragaste saliva, pusiste tus manos en tus costados, con firmeza fuiste a donde los dos.

-¡Nemi! -le gritaste, él se calló. Volteó a verte. -¡Deja de gritarle a tu hermano, no sigas perdiendo tiempo y vámonos!

Hiciste claro énfasis en esa frase; tu hermano. Normalmente habría reaccionado de la misma forma agresiva, pero tratándose de ti... El mayor logro de su vida, su tesoro se pensaba dos veces antes de hablar, es como si estuviera en frente del mismo Kagaya. Volteó dándole la espalda a su hermano, apenas te vio de frente se sorprendió; el rostro normalmente serio que tenías siempre, se vio perturbado por un ceño fruncido, quizás unos ojos iluminados por las pocas lágrimas acumuladas... No eran de tristeza, se trata de rabia.

El peliblanco se sintió aliviado al recordar que lo llamaste "Nemi".

-Vámonos -te tomó de la mano.

Sólo pudiste ver como Genya te miraba de reojo, sonrió levemente.

De nuevo viste a Sanemi, sus labios se movieron, murmuró algo que fue difícil de entender, difícil de comprender pero aquella frase, hizo a tu corazón latir... De nueva forma que jamás olvidarás.

• • •

Tomioka estaba sentado en la cama, recargado en la pared mientras escuchaba con atención lo que estabas contando.

-Por suerte a ti no te pasa lo mismo con Shinobu -dijiste sentándote a su lado.

-Claro, porque yo soy quien recibe los insultos y aparte ella no es mi pareja. -Respondió mientras te tomaba entré sus brazos y empezaba acariciar tu cabello.

-¡Eso es algo diferente! -hiciste un puchero.

-Aparte... Volviste con él, ¿no habría sido más fácil rechazarlo? -te separaste para mirarlo a la cara.

Sus ojos zafiro dieron con los tuyos, tragaste saliva y diste un suspiro. Desviaste la mirada y te acostaste en l cama. Giyu te vio, se acomodó para poder observarte mejor.

-¡Contifo es diferente! Vamos sonríe -te levantaste para poder verlo de frente.

-¿No te gusta mi cara de siempre? Te gustan los chicos malos después de todo....

Reíste.

-No, sólo tengo mala suerte -desviaste la mirada. -Aparte sólo volví con el porque me lo pidió en un momento crítico, no supe que responder y dije lo primero que se me vino a la cabeza, pero... Ahora estoy aquí contigo.

En la cara de Giyu se formó una pequeña, muy pequeña sonrisa. Imitaste su acción y te lanzaste a abrazarlo. Los dos cayeron sobre las almohadas de la cama, quedaste encima de él, te tomo de la cara para que lo miraras, lo hiciste. Sus labios se acercaron a los tuyos en un delicado roce, para después juntarse en un beso. Cuando se separaron, Giyu te envolvió entre sus brazos, recostando tu cabeza sobre su pecho... Podías escuchar sus latidos; relajante.