ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.

Au moderno! Senjuro Rengoku

El menor de los Rengoku estaba teniendo problemas consigo mismo y sus sentimientos. Las cosas con su padre se habían arreglado un poco pero su hermano se fue de casa hace poco debido a su trabajo, no quería dejar al pequeño Senjuro pero tampoco quería que su padre se quedara solo y aunque fue decisión del menor habría preferido quizás irse con Kyojuro.

Aunque sus problemas en cuanto a esto son relativamente pocos, todo empieza a empeorar cuando se trata de ti.

Los dos van en último año de secundaria, apunto de pasar a la preparatoria donde curiosamente irán a la misma.

Te conoció debido a un error tuyo, chocaste con él y tiraste tu comida. Senjuro se sintió culpable pese a no haber tenido la culpa, te ofreció comprarte un nuevo desayuno, pese a que te negaste muchas veces su insistencia fue mucha que él terminó ganado. Desde ese entonces empezaron a hablar y pese a que su corazón se vio conquistado desde el primer momento, aquella vez que le llevaste un postre hecho por ti, como pago por aquella vez que te compró tu desayuno... El corazón de Senjuro quedó flechado en su totalidad, Cupido no tuvo piedad.

—¡_______-san! —te llamó tu amigo cuando te vio en la salida de la escuela. —Esta no es la dirección por la que vas a casa.

—¿Sabes la dirección por la cual me voy? —preguntaste con una sonrisita en el rostro. —Me halagas, Senju-kun. ~

—Ah, ja, ja... Bueno yo —se puso nervioso. —Sólo intento cuidar de ti, ¡perdón si te molesté! No soy ninguna clase de a-acosador, te tengo mucho respeto...

—No, está bien —respondiste tomándolo de la mano. —No me molestaría si me llegaras a acosar...

—¿Disculpa? No escuché lo último.

—¡No es nada! —reíste. —¿Tienes tiempo? Podríamos salir a dar un paseo, antes de volver a casa para que podamos pasar tiempo los dos... Solos.

—Ah... —Senjuro tragó saliva.

No quería rechazar tu invitación pero le preocupaba su padre, su estado de nerviosismo debido al agarre de tu mano era alto así que le costó un poco pensar. Asintió con una sonrisa tímida mientras sacaba su celular para poder mandarle un mensaje a su padre avisándole que llegaría algo tarde, fue difícil escribir con una sola mano, no quería soltarte. Así fue como empezaron a caminar agarrados de la mano, Senjuro estaba avergonzado de tener un acercamiento de ese tipo con su crush, peor aún siendo la primera vez que se enamora.

Tú te veías tan calmada y feliz a su lado, se sintió patético por un momento al estar nervioso de tu cercanía, estaba tan feliz de estar a tu lado...

—Hace tiempo había querido decirte algo —hablaste de repente, ganando su atención. —Pero nunca habíamos tenido la oportunidad de estar solos y somos de grupos diferentes ¡pero ahora que estamos aquí quiero aprovechar la oportunidad que el destino me brindó!

—¿Hay algo que quieras decirme? —ladeó la cabeza confundido.

Soltaste su mano, te pusiste en frente suyo y respiraste hondo.

—¡Me gustas Senjuro! —soltaste haciendo que todo el rostro de él se ruborizara. —Me gustas tanto que mi corazón se acelera como loco a tu lado, no puedo dejar de pensar en ti y me dan muchas ganas de...

Te acercarte un par de pasos a él (debido a que te habías alejado un poco) y pusiste tus manos en su mejilla. Él estaba intentando encontrar las palabras correctas para responder a tu confesión pero su mente casi explota cuando sintió tus labios sobre los tuyos... Un tonto y tímido beso de adolescentes.

Quizás ahí fue cuando inició la perdición de Senjuro.

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