Capítulo 16

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La mañana siguiente Pat despertó en una cama distinta, al abrir los ojos y girar a su izquierda se encontró con una preciosidad caída del Olimpo, no pudo evitar morderse el labio inferior. Recordó todo lo sucedido aquella noche, la piel se le erizaba de tan solo pensar en la idea de haberse conectado literalmente con Aaron. Él seguía durmiendo plácido como un bebé, roncaba un poco, pero eso solo lo hacia más tierno. No quizo despertarlo y se levantó cuidadosamente de la cama, no encontró su ropa por ningún lado, no recordaba dónde la había dejado la noche anterior. Rodeó los ojos, no se iba a dar mala vida por eso, así que se envolvió en una toalla y se fue a la cocina, diablos si que le rugía el estómago. 

El aroma a café recién hecho por la mañana le hizo despertar de su profundo sueño, aquel hombre se sentó y se preguntó si lo ocurrido la noche anterior había sido pura fantasía, solo un sueño húmedo. Se rio al ver que la braga de Pat estaba entre las sábanas. Realmente ocurrió, a menos claro que haya estado con otra mujer pensando en la nieta de su entrenador, lo cual sería muy embarazoso. Temeroso se levantó, se puso el primer boxer que vio y salió de la habitación, se dejó guiar por el olor que parecía provenir de la cocina. Al asomar su cabeza por esos lares logró suspirar tranquilo, si era Pat. Su hermosa Pat.

- Lo siento, ¿te desperté?- estaba envuelta en una toalla blanca que a duras penas lograba cubrirla por completo.

Él movió la cabeza - No hay problema- respondió apoyándose al marco de la puerta - ¿Qué hora es?

- Un cuarto para las siete.

- ¿Siempre te levantas a esta hora?

Pat sonrió mientras ponía los ojos en blanco - Rara vez me despierto a eso de las diez u once.

- Anoche nos pasamos de copas, ¿cierto?- se pasó la mano por su rostro al ver las copas que aún seguían en el fregadero.

Ella rio por lo bajo - Así parece.

El tocino y los huevos estaban ya listos. Pat los sirvió en los platos y junto con Aaron los llevó a la mesa, él preparó el jugo, bueno más bien lo sirvió directo de la caja.

- Así que cocinas excelente- dijo luego de llevar una tira de tocino a su boca.

- Estoy llena de sorpresas- guiñó un ojo picarona.

Ambos estaban un poco inseguros de si tocar o no el tema de lo ocurrido anoche, el ambiente no era tenso ni mucho menos incómodo gracias a las sonrisas y miradas de complicidad que se daban entre ellos - ¿Segura que entre Oliver y tú no pasa nada?- preguntó al recordar la no tan grata sorpresa que se encontró al llegar a la ceremonia.

Pat rodeó los ojos - Anoche te dije un millón de veces que no había nada entre él y yo.

- ¿Segura?

Ella asintió - De lo contrario estuviera arropada de pies a cabeza con una de mis colchas maldiciendo por lo bajo al despertador del abuelo.

Aaron soltó una carcajada.

Terminaron su desayuno en silencio, cada uno llevó su plato al fregadero - ¿Has visto mi ropa por algún lado?

- Debe estar en el cuarto.

- Quizás- se marchó en dirección a la habitación de Aaron, él la siguió y ambos contemplaban desde el umbral de la puerta todo el desastre que había.

- Al parecer un huracán pasó por aquí anoche- bromeó la chica.

- Me gustaría que ese huracán pasara de nuevo.

Ella le miró de inmediato - ¿Incluso si deja tanto desastre?

Aaron se encogió de hombros, le daba igual todo a su alrededor. Tenía a la chica que quería con él, la quería con él y con nadie más. Ella caminó hacia él y le rodeó el cuello con sus brazos, quedó hipnotizada por sus labios unos segundos y luego le besó. Aaron no le dio chance de apartarse y la aferró más a él.

No soportó que la toalla interfiriera entre ellos y se la quitó dejándola desnuda por completo, la cargó y ella entrelazó sus piernas a su cintura. Aaron la colocó contra la pared y la besó como si no existiera un mañana.

- Alguien toca el timbre- susurró Pat con la respiración agitada - ¿Esperas a alguien?

Él no dejaba de tocarla ni un instante - No, nadie me visita- no tenía cabeza para otra cosa que para Pat, lamentablemente ella lo aparto de sí y tomó la toalla para cubrirse de nuevo.

- Ve- le ordenó colocándose la braga que encontró entre las sábanas.

Aaron de mala gana se colocó un pantalón de pijama y dejó la habitación, en sus adentros maldijo a quien fuese que llamara a la puerta, esa no era hora de visitas. 

- Hola hermano- Ozil era el desafortunado dañador de mañaneros.

- Hola, ¿Pasa algo?- intentó despacharlo rápido, de hecho tenía la puerta apenas abierta.

Su amigo de ojos saltones bufó - Si no te conociera diría que me estás echando- !BINGO! Era exactamente lo que él quería, pero sabía que no admitiría.

- Pasa- se echó a un lado y le dejó entrar.

- ¿A dónde fuiste anoche? Te busqué para ir con los chicos al bar después de la fiesta.

- Oh pues...

- Espera- le interrumpió - Ve a ponerte una camisa, tus pechos me están distrayendo- bromeó.

Aaron puso los ojos en blanco y se marchó a su habitación. Al entrar ya no había desorden alguno, buscó a Pat pero no la encontró por ningún lado, ni siquiera en el baño. Abrió la puerta del closet para alcanzar una camisa cualquiera y para su sorpresa ahí estaba ella - ¿Qué demonios haces ahí?

- Shhh- le cayó llevando el dedo índice a la boca y frunciendo el ceño - ¿Quién llegó?- susurró.

- Solo es Ozil.

- !Diablos!

- ¿Qué?

- Si Arsene se entera que dormí con un hombre en vez de pasar la noche con mi mejor amiga como siempre pasa me mata- y se acordó de haber olvidado a su amiga - Rayos, debo llamar a Valetta- pensó.

- Pensé que te gustaba hacerle enojar.

Ella rio - Por supuesto que me encanta hacerle enojar solo que me gusta vivir para ver su reacción.

- Pronto tendrás 22 ¿No crees que estás ya grandecita?

Aquello le gustó a Pat, él no la veía como una niña o una damisela en apuros. La veía como alguien normal y capaz de lograr lo que se propone - No digas cosas así que me pones- le regañó.

Él rio - Esa es la idea- se acercó más a Pat y tomó la camisa que estaba en la parte de arriba del closet.

- Antes de que te coloques la camisa- le jaló del pantalón y lo atrajo a ella para darle un enorme beso.

- Aaron...

See you againWhere stories live. Discover now