Capítulo 12

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El equipo estaba en mitad de calentamiento aquel Martes por la mañana, el cuerpo de Aaron estaba entrenando pero su mente estaba demasiado lejos. Su mente estaba viajando a tráves del espacio tiempo y revivía una y otra vez lo ocurrido el domingo anterior.  El ver a Pat le hizo empezar la semana con el pie derecho, pero el no verla le hacia extrañarle.

- ¿Por qué no fuiste a la Pub el domingo, Aaron? Te estabamos esperando- preguntó Ozil mientras corría para ponerse a su lado.

Aaron le ignoró por completo. Su intención no era ser grosero, simplemente no pudo escucharle.

- !Aaron!- le habló de nuevo.

Él vino en sí de golpe - ¿Qué pasa?

- Eso mismo te pregunto, ¿Qué pasa?

El castaño claro se limitó a esbozar una sonrisa - Nada- mintió.

Ozil movió la cabeza, no le creía - Pues al parecer ese Nada no te dejó darte cuenta que el calentamiento se acabó hace 20 minutos y te quedaste corriendo como un loco solo alrededor de la cancha.

Enseguida Aaron se detuvo y buscó a sus compañeros, solo eran él y Ozil. Su rostro se torno de un rojo como el de un buen tomate en época de cosecha. Caminó a unirse al grupo de lado del alemán, a unos pocos metros de distancia de ellos logró escuchar las risas burlonas y bromas que sus compañeros hacían.

- Ramsey ya mañana no es necesario que calientes, con eso hiciste las de toda una temporada- bromeó Schezny.

Aaron se limitó a sonreír, no estaba enojado.

- ¿Listos para la fiesta de aniversario del club de este viernes?- preguntó Mikel mientras sujetaba sus agujetas.

Todos empezaron a hablar y responder de manera positiva, Aaron no se encontraba muy a gusto con la idea de asistir a esa clase de eventos. No quería ir solo, de hecho, no asistía a uno sin compañía desde hacía ya mucho tiempo. Siempre iba con la chica que le rompió el corazón no hace poco.

- ¿Vas a ir Aaron?- preguntó Monreal.

Él se encogió de hombros.

- Vamos, hombre- le golpeó Podolski en la espalda en señal de camadería.

- Aún no lo sé.

- !La pasaremos genial!- exclamó Jack - Te lo aseguro.


Valetta se estaba tomando la tarde del jueves para visitar a unos parientes al otro lado de la ciudad, prefirió que Pat no la acompañara para que esta se dedicara el día a ella misma y si que lo estaba aprovechando.

Realmente no sabía que ponerse a hacer, no tenía ganas de pintar, de bocetar, de molestar a el Grinch de su abuelo o de ir a coquetear con algún tipo de BBC en Cardiff. Así que se fue sin nada más que el dinero del taxi hasta el Hyde Park, se tumbó sobre la verde grama frente al lago y cerró los ojos, entrando en un profundo sueño del que solo despertó al parecer como tres horas después cuando el sol se empezó a ocultar. Se sentó y se restregó los ojos con los puños de ambas manos. Se tumbó de nuevo sobre la hierba pero con los ojos bien abiertos. Tan abiertos que pudo ver a la distancia una figura similar a la de aquel jugador algo torpe y tierno que parecía acosarle, pero él no la vió a ella.

Pat decidió acosarlo a él esta vez.

Se levantó sin pensarlo y corrió lo más rápido que pudo hasta alcanzarlo y quedar a unos dos pasos detrás de él. Le tocó el hombro y se giró al lado contrario del que él volteó. Luego le empujó hombro con hombro.

Aaron no podía creer que la estaba viendo, que ella se había acercado. Sin darse cuenta una gran y brillante sonrisa se dibujó en sus labios, ella se perdió por unos momentos en la alegría que veía en los ojos de aquel hombre. Algo en él le parecía distinto a los demás.

See you againWhere stories live. Discover now