Capítulo 10

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Ya cambiada, salió Pat de su habitación, con una blusa azul turquí, unos pantalones de tubo y una chaqueta de jean, a la cintura llevaba amarrado su abrigo impermeable color verde oscuro – Arsene- le llamó caminando hasta la cocina, vio una nota en la nevera.

"Salí a por una reunión, el desayuno está servido."

Pero Pat ya tenía planes, así que guardó el plato en la nevera y solo se tomó el jugo de naranja. Se encontró con Valetta en la entrada del edificio y caminaron hasta una cafetería.

- ¿Qué tal la ceremonia de grado?- preguntó Pat tomando un poco de café.

Valetta se encogió de hombros – Fue igual que en la tuya, solo que más aburrida, no sabes cuanta falta hiciste.

La chica suspiró y asintió con una sonrisa a medio lado – Me hubiese encantado graduarme con ustedes.

- El sentimiento es mutuo- se llevó un pedazo de pan a la boca.

Al terminar de desayunar se quedaron sentadas conversando.

- ¿Y qué tenemos para hoy?- preguntó Valetta pasándose una servilleta.

- La verdad no sé- respondió.

- ¿Cómo que no sabes?- se sorprendió Vale.

- Conozco Londres, pero a la hora de divertirme no sé a dónde ir, pero no tienes de qué preocuparte.

- ¿No?

Ella movió la cabeza, metió la mano en el bolsillo del bolso y sacó una libreta.

- ¿Qué onda con tu libreta?

- Le pedí prestada al abuelo su agenda y copié los números de los nombres que me parecieron conocidos o de personas que sabrían divertirse- la colocó sobre la mesa y se la alcanzó – Tú decides quien será nuestro guía hoy.

- ¿Cómo sabes que aceptarán?

- No lo sé- respondió – Pero supongo que lo harán, ¿Quién no ayudaría a dos extranjeras tiernas?

Ambas rieron – Estás en lo cierto.

Valetta ojeó la libreta varias veces – Hay tantos.

-Lo sé.

- ¿Podrá Ozil?- preguntó mordiéndose el labio inferior.

Su amiga se aproximó a la mesa, arqueando una ceja – Sabía que preguntarías por él.

- ¿Tan predecible soy?

Pat rió – Lamentablemente no puede.

- ¿Por qué?

Ella se encogió de hombros, al parecer saldrá con Giroud.

- ¿Qué te parece Aaron?

- No- respondió de inmediato.

- Niña, no lo pensaste ni dos veces.

Pat sonrió nerviosa – Lo siento, es solo que él no.

Ramsey se había vestido para salir, ya eran casi las cinco de la tarde, pero prefirió tumbarse sobre la cama. No tenía nada planeado por hacer, durmió como bebé por lo que no estaba cansado del partido del día anterior, pero aún seguía intrigado y a la vez entusiasmado por la práctica de mañana ¿Iría ella? Nada era seguro, a pesar de su actitud a él le agradaba la chica, había algo en ella que se le hacía irresistible. No podía sacársela de la cabeza, se había convertido en una especie de droga, una especia de nicotina, una que ni siquiera había probado y ganas no le faltaban de hacerlo. Se levantó de repente y tomó las llaves, manejó hasta el apartamento de Arsene, estacionó una calle antes y caminó hasta la entrada. No recordaba la última vez que estuvo ahí, y no sabía que estaba haciendo en esos momentos, pensó que se estaba volviendo loco. Pensaba regresarse, y casi lo hacía de no ser que ella apareció.

- ¿Aaron?- le llamó ella dudosa.

Él volteó y le sonrió de inmediato. No estaba sola, al parecer estaba con una amiga – Hola Pat, ¿Quién es tu amiga?

- Soy Valetta, pero puedes llamarme Vale- se presentó extendiendo la mano.

Aaron se la estrechó – Mucho gusto, Aaron.

- Lo sé- respondió.

Él le miró sorprendido - ¿Lo sabía?- pensó dirigiéndole una mirada a Pat. Al parecer había estado hablando de él, lo que podría ser buena señal dependiendo del concepto en que ella le tuviese.

- Es gunner- aclaró Pat como si le hubiese leído la mente, en su mirada se podía ver un "Ni lo pienses".

- Me alegro- respondió – Entonces estuviste ayer en el estadio.

Valetta movió la cabeza – Vine ayer después del partido- se  lamentó.

- Que mal- susurró – Pero está el sábado de más arriba.

- Eso le comenté- irrumpió Pat – Por cierto, ¿Qué haces aquí?

- Vine a ver a Arsene- mintió, la quería ver a ella.

- No está.

Él asintió, se sentía un completo idiota – Creo que será mejor que me vaya.

Valetta miró a Pat y le hizo puchero para que lo detuviese, ella puso los ojos en blanco y se rindió ante la petición de su amiga – Ramsey- le llamó.

Él giró con una mirada de cachorro, el corazón se le derritió a Pat en esos momentos, se veía tan tierno, tan sano y tan... no tenía palabras para explicarlo – P-Podrías- tartamudeó por un momento – Si no tienes nada que hacer, podrías hacernos el favor de llevarnos a un buen lugar para, ya sabes, divertirnos.

Aaron sonrió – Creo que sé de uno- sonrió – Esperen aquí mientras voy por el auto.

Ambas asintieron.

- Tiene buen trasero- comento la rubia.

- ¡Valetta!- le reprimió Pat.

- ¿Qué? Es verdad.

Ella rodeó los ojos riendo – Eres cosa seria.

See you againOnde histórias criam vida. Descubra agora