See you again

Capítulo 22

Se había terminado la primera mitad del partido cuando todos se reunieron para reposar un rato. Todo iba bien, el marcador estaba 2-1 a favor del Arsenal. Todos estaban jugando en armonía y Aaron jamás se había sentido tan vivo. A lo lejos en la entrada como quien fuera para los vestidores, Pat con lentes de sol le hacía señas para que se acercara, él sin dudarlo corrió hacia ella. Cuando estuvieron fuera de la vista de la multitud él la abrazó fuerte, la cargó y dio muchas vueltas con ella en sus brazos.

- ¿Y a qué se debe tanta alegría, Rambo?

Él sonrió aún más – Pensé que no te vería hoy.

- Discúlpa, es que estaba atendiendo otros asuntos.

- ¿Ah sí? ¿Cuáles?

- Pues estás hablando con la ilustradora del próximo libro para niños de la editorial Umbrella.

Sus ojos brillaron de felicidad - ¿En serio?- la agarró del rostro y la besó – Me alegro por tí, amor.

La chica se puso como un tomate y bajó la mirada con un poco de vergüenza.

- ¿Qué pasa?

Ella movió la cabeza – Primera vez que me dices así.

- ¿Amor?- él rió – Pues si no te gusta te va a tocar acostumbrarte.

- Si me gusta- respondió sin vacilar.

- Está bien... Amor.

Los dos se rieron como idiotas – Date prisa que ya empezará el otro tiempo.

Aaron rodó los ojos – Bueno, pero primero dame un beso de la buena suerte.

El partido había terminado a favor del Arsenal, todos llegaban al vestidor dando gritos de júbilo. Se sentían con la moral para enfrentarse contra el Manchester United la semana entrante - ¡Vamos con toda la otra semana!- exclamó Giroud emocionado. Se respiraba un ambiente de pura alegría entre los jugadores que parecía que nada podría arruinarlo.

- ¡Ramsey, sal!- entró Arsene de golpe con el ceño fruncido sin siquiera entrar. No parecía feliz por la victoria de aquel día. El vestidor se quedó en completo silencio, Aaron tragó saliva, ¿qué había hecho mal? Se preguntaba mientras caminaba fuera del vestidor.

Al salir vio a Pat con los ojos llorosos, ella apartó la mirada al suelo, también estaba de mal humor. No sabía que estaba pasado.

- ¿Qué significa esto?- preguntó Arsene exaltado mientras le colocaba fuertemente un periódico contra el pecho.

Ramsey lo abrió y quedó atónito. Era una foto de él y Pat besándose durante el último entrenamiento. ¿Cómo había sido eso posible? Él mismo se había percatado que nadie los hubiese visto, además los reporteros no podían estar adentro de las instalaciones sin una autorización. Él abrió la boca pero no salió palabra alguna.

Arsene caminaba dando pasos fuertes de un lado a otro - ¿Me puedes explicar qué demonios es eso?- se detuvo en frente de Pat.

Ella lo miró como si se estuviera a punto de desatar el infierno en la tierra – Sabes perfectamente qué es.

Aaron se sorprendió por la respuesta pasivo agresiva de Pat y giró la vista inmediatamente hacia el entrenador.

- ¡Claro que lo sé!- exclamó - ¿Qué pasa si tus padres se enteran de esto? A estas alturas ya deben de saberlo, no te dejarán regresar, es más te mandarán a recoger de inmediato. ¿Crees que quieren repetir tener que lidiar que pases por esto otra vez?

- ¿Tanto le temes a ellos?- le retó – No pueden hacer nada contra mí, no estoy con ellos, ya no dependo de ellos.

- Y muy pronto tampoco de mí.

- Si tanto problema tienes con lidiar conmigo ¿por qué carajos aceptaste lidiar conmigo? Hubieses dicho que no y nunca me cruzaría por tu camino.

Arsene se rió sarcásticamente - ¿Te estás escuchando?

- Pat- intervino Aaron suavemente – Está bien, déjame esto a mí.

En otro momento la chica le hubiese dado una mirada fulminante, pero él no merecía eso. Apretó los puños, respiró ondo y le dio la espalda al viejo Arsene cruzándose de brazos. Arsene se sorprendió al ver que ella no le había respondido a Ramsey de manera abrupta y lo hizo bajar un poco la guardia. Pasó la mano por su rostro y luego de unos segundos se dirigió a Pat – No quiero pelear contigo- dijo en tono paternal – Sé que no me quieres ver ni escuchar de tus padres, así que es mejor que estas dos noches las pases con Valetta- miró a Ramsey – o con Aaron.

Él tragó saliva, pensó que no saldría vivo de ahí. Habiendo dicho todo eso, Arsene se marchó. Pat con la mirada en el suelo se acercó a Aaron y lo abrazó fuerte, este la rodeó en sus brazos mientras besaba delicadamente sus sien – Iré por mis cosas y nos iremos, ¿si?- ella asintió limpiándose las lágrimas. Entró al vestidor, todos intentaron hacer como que no escucharon nada, colgó su morral al hombro y salió sin despedirse.

Pat se la pasó llorando el resto de la tarde, ya estaba anocheciendo y no había querido comer nada. Tenía los ojos hinchados, Ramsey no quería despegarse de ella ni un segundo. Se sentía culpable por hacerla llorar. Sus ojos estaban cristalizados, le partía el alma verla mal a causa de él.

- No sabía que alguien estaba ahí, te lo juro- articuló con una voz entrecortada.

Ella movió la cabeza – Yo me lo busqué, fui yo quien te retó.

- Te estoy causando problemas.

- Aaron, no.

Él guardó silencio y besó los nudillos de la chica.

- ¿Te irás?- preguntó temerosa.

- No no no, claro que no- respondió – No te pienso dejar.

Las lágrimas se iban asomando y ella decidió apartar la mirada – Sabes que puedes hacer- susurró.

- No lo haré.

- Soy yo la que te está trayendo problemas, Aaron.

Él sonrió – Desde que llegaste me haz llenado de alegrías, boba.

- No me digas boba- bromeó haciendo puchero.

Ambos rieron - ¿No quieres dormir un poco?

Ella asintió recostándose en la cama sin soltarle la mano. Aaron se quedó sentado al borde de la cama sobando su cabello, aquella chica le había puesto la vida patas arriba pero no le molestaba en lo absoluto, era el desorden que tanto necesitaba y que le trajo a la vida. Por un momento se indignó al ver que ella creyó que la abandonaría, por supuesto no lo haría, la única forma en la que se alejaría de ella sería solo si ella se lo pidiera.