Capítulo 3

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Arsene sacó las llaves de su maletín y se llevó una sorpresa cuando se abrieron las puertas del elevador, se acercó sigilosamente hacía el cuerpo que yacía sobre la alfombra y le miró extrañado - ¿Pat?

Le tocó en el hombro, pero ella ni se inmutó.

Con la punta del zapato le movió las piernas – Levántate, Lázaro.

La chica abrió los ojos y se sentó lentamente, le miró aun soñolienta al hombre que estaba de pie frente a ella.

- ¿Qué pasa?- preguntó enojada.

- Eso mismo me estoy preguntando ¿Qué hacías durmiendo sobre la alfombra?

- Es que no me gustó el colchón y preferí dormir como un perro aquí afuera.

- Deja ese sarcasmo conmigo- le ordenó al tiempo que metía la llave en la cerradura – Entra ya- abrió la puerta.

Ella de mala gana se levantó.

- Te puede dar una neumonía.

- No me vengas a reprender ahora- exclamó Pat – Solo intentaré regresar más tarde que tú, así me esperas dentro y no yo a ti afuera.

- ¿Estás hablando enserio?

Pat asintió.

- Ni loco, si vas a salir debes regresar temprano y vas a buscarles donde mí.

Ella rodeó los ojos – Bien.

- ¿Comiste algo?- preguntó.

- Si, una pizza, ahí te deje una porción en la nevera por si tienes hambre- bostezó caminando hacía la barra de la cocina.

- Gracias.

- No hay de qué- se sentó en una de las altas sillas.

Arsene sacó la pizza y la puso en el microondas.

- ¿Y qué tal tu guardería?- preguntó la chica buscando conversación.

Él frunció el ceño – No es ninguna guardería, es un equipo de futbol.

- Lo mismo da.

- Claro que no, tengo que velar porque estén preparados y den lo mejor en el campo y así lleguemos a ganar.

Ella se puso pensativa – A mí me suena a guardería.

- Llámale como quieras- bufó - ¿A dónde fuiste?

- ¿Por qué? ¿Llamarás a tu hija a darle un reporte?

Arsene suspiró exasperado – No hables así de tu madre.

La chica se encogió de hombros.

- ¿Te reportaste con tus padres?

- ¿Enserio lo preguntas?- se levantó – Hasta mañana- caminó hasta su habitación, cayó rendida enseguida y disfrutó de un sueño plácido.


La alarma sonó como loca por unos minutos, él se levantó y entró al baño de inmediato por una ducha. Se preparó y salió del apartamento. No había tenido una buena noche, y se le veía algo cansado. Tomó un taxi y lo llevó al club. Dejó sus cosas y fue a la cancha, en ella ya estaban Podolski, Per y Jack, sin dudar, se les unió en el calentamiento.

- ¿Cómo les fue anoche?- preguntó uniéndose a la conversación.

- Lo mismo de siempre- respondió per - ¿Y a ti que tal?

Aaron se encogió de hombros – Nada varía.

- Sin ofender- dijo Podolski – Pero tú pareces más el despechado que Ozil.

Todos asintieron con un toque de gracia.            

- No me he sentido bien últimamente, chicos- respondió.

- ¿Es por la lesión?- insistió Per.

Él movió la cabeza – Bueno sí.

- Decídete hermano- se incorporaba Walcott a la práctica.

- La lesión me hizo darme cuenta de que necesito que alguien se preocupe por mí, ¿me entienden?

Todos asintieron.

- Te refieres a estar en una relación- dijo Luka.

- Exacto.

- ¿Por qué Theo no te presenta a alguien?- dijo Per.

- ¿Sabes? Me agradas más cuando estás sentado- bromeó Jack al Per ponerse de pie.

El grandulón le dio una palmaba en la cabeza.

- Por mí no hay problema.

- Lo sé- dijo Ramsey – El problema es que no he estado en una relación por casi dos años, y no quiero que sea algo forzado, sino que venga por si sola.

- Si te pones a esperar quizás nunca llegue- movía la cadera en círculos Luka.

Aaron asintió – Lo sé.

Pat se levantó temprano, cosa que no era habitual en ella. Vio que había en la nevera, pero nada le apeteció de desayuno, decidió comer afuera. Tomó un baño, se colocó lo primero que vio en la maleta y se colgó el impermeable color verde oscuro al brazo y salió del apartamento. Desayunó en una cafetería a unas cuantas calles, el café que se tomó no había sido suficiente, así que pidió otro para llevar.

Se fue a caminar y encontró una tienda de manualidades y arte, entró sin pensarlo dos veces, tomó una canasta y echó en ella todo lo que se encontraba que sabría le sería útil, tomó pinceles, acuarelas, lienzos, lápices, esferos y demás. Salió como con cuatro bolsas, dos en cada mano, con la cartera de adicional. Pidió un taxi y dejó todo a un lado del asiento.

- A la...- recordó que no tenía las llaves del apartamento y no tenía idea de a dónde quedaba el club en el que su abuelo iba a entrenar.

Busca en sus bolsillos el celular, pero encuentra un papel enrollado. Lo abre y tiene algo escrito con la letra de Arsene.

<< Centro de entrenamiento del Arsenal>>

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