—¿Podrían velar a Young Jar en lo que lo busco?— le pregunto levantándose de su lugar, inmediatamente todos asintieron—. Gracias.

Antes de salir fue por su abrigo y salió de la casa. Caminaba por cada rincón de la casa por fuera, pero no estaba. Entonces se le ocurrió que tal ves estaría en donde se había desmayado la primera ves. Camino hasta allí y se quedo parada a una gran distancia. Donghae se encontraba llorando, esa escena no pudo soportarla, poco poco se fe acercando a él y lo abrazo con fuerza por su espalda. El sabia perfectamente que se trataba de ella, así que se giro para quedar frente a ella y abrazarla también.

—No te atormentes mas...— le dijo ella mediante el abrazo—. Sé que esfuerce para los dos. Los dos deseábamos tenerlo, pero ya no se puede regresar el tiempo— lo miro y limpio las lagrimas de su rostro—. Para mi...— pronuncio, pero se tuvo que detener, ya que las lagrimas comenzaron a descender sobre sus mejillas—. Para mi es doloroso todo esto, pero no puedo sufrir toda la vida... Tenemos a Young Jae. Ese angelito ya no esta, pero aun sigue estando Young Jae, y él nos necesita— el llanto de Donghae comenzó a ser mas fuerte—. Podemos intentar tener otro...

Donghae ante esas palabras se alejo de ella y se limpio el rostro antes de mirarla.

—No creo poder...— dijo el mirando en otra dirección, no podría ver su expresión al decirle esas palabras.

—¿Por que?— le pregunto con suavidad—. ¿Por que crees no poder tener más?— no se molesto en lo absoluto, era obvio que todo se resumía en miedo.

—Tengo miedo...— le confeso al mirarla con tristeza y esta asintió—. Tengo miedo de que lo vuelvas a perder. No podría soportarlo.

—¿Crees que yo no tengo miedo?— le pregunto y este inmediatamente la miro extrañado, se estaba contradiciendo, pero ¿por que?

—¿Tienes miedo?— le pregunto ahora él,  Soo Ah inmediatamente asintió—. Entonces, ¿por que si tienes miedo, quieres volver a intentarlo?— se cuestiono. Soo Ah se acerco mas y le tomo las manos para luego mirarlo fijamente a los ojos y le dijo...

—Por que ya no hay nada que pueda hacernos daño. Solo somos tu y yo, no hay nada que nos pueda separar— le dijo más segura que nunca, por que tenia razón. Con Park Joon Hee y Park Shin Hee en la cárcel, ya podrían vivir tranquilos.

—¿Estas segura?— le pregunto dudoso.

—Todo mejorara...— llevo una de sus manso a la mejilla de Donghae e inmediatamente el cerro los ojos, concentrándose solo en su tacto, sintiendo su suave piel y sus caricias delicadas—. Estaremos bien.

Pasaron tres meses y Soo Jin aun no había llegado a la hacienda. Se supone que estarían en el tribunal en menos de una hora y ella aun no aparecía. Soo Ah comenzaba a desesperarse.

—¿Por que no llega?— se pregunto preocupada, pero la señora Cho, quien bajaba con su hijo en brazos, la había escuchado.

—Mi niña, ¿buscabas a tu hermana?— le pregunto y Soo Ah sitio.

—Si , la he llamado muchas veces, pero no me responde.

—Amor, el auto ya esta listo— dijo Donghae llegando a donde estaba ella. Soo Ah lo miro y le sonrió—. ¿Te pudiste comunicar con tu hermana?

—No, no me responde.

—Mi niña, ella me dijo que los alcanzaría allá. Dijo que tenia algo importante que hacer antes de ir al tribunal.

— Bueno, si llama, le dices que ya nos fuimos— la señora Cho asintió y le sonrió.

Antes de salir se despidió de su hijo y de la señora Cho, puso que ye Ryun había salido para encontrarse con su madre que había llegado de los Estados Unidos.

Soo Jin llegaba a aquella casa que juro nunca más pisar, pero tenia una promesa que cumplir. Estaciono el auto frente a la gran mansión, apago el motor del auto y bajo de él. Camino hasta la puerta, una ves frente a ella, toco el timbre de la casa. Una señorita bastante joven, abrió la puerta, al parecer era una de las sirvientas.

—¿Usted es la señorita Kim?— pregunto una señora de algunos 58 años vestida de traje negro.

—Si, soy Kim Soo Jin, un placer— se presento e hizo una reverencia al igual que la señora.

Pasaron a la sala de estar y tomaron asiento. Platicaban de lo que seria la vida de Kim Soo Jin como responsable de tomar todo tipo de desiciones sobre la vida de la niña que no tenia culpa de nada de lo que había pasado. Ella era inocente, era una simple niña inocente que no tenia culpa de lo que su madre hizo, no tenia que pagar por las malas desiciones de su madre.

—¿Quiere pasar a ver la niña o prefiere firmar el documento?— le pregunto la señora social.

—Preferiría firmarlos primero.

—Se nota que usted es una buena persona, esa niña ha brincado de hogar estos tres meses, nadie la quiere luego de saber que su madre es una criminal.

—Hice una promesa, y no pienso retractarme. Ella no tiene la culpa de lo que me hizo su madre, ella es inocente. Cuidaré de ella como su fuera de mi sangre.

—Es bueno saber cuales son sus intenciones. Me alegra que sea usted quien la adopte.

Soo Jin firmo el documento y luego paso a ver a la niña. Era muy hermosa, no se aprecia en nada a Shin Hee. Era la viva copia de su padre, aun Soo Jin recordaba el rostro de ese hombre como si lo hubiera visto ayer.

—Hola, preciosa— le saludó Soo Jin con una sonrisa en su rostro.

—Hola— le respondió con una sonrisa de igual manera.

—¿Como te llamas, preciosa?— le pregunto, pero ella ya sabia su nombre, solo quería entablar una conversación con ella.

—Me llamo Mi Suk— dijo muy sonriente—. Mi mami me dijo que iría a vivir con una amiga de ella. Ella vino a buscarme?— le pregunto y esta asintió—. ¿Quién es? ¿Es bonita?— esas preguntas en cierta manera la hicieron reír. Después de todo, es igual de comida que su padre.

Más allá de tu miradaWhere stories live. Discover now