CAPÍTULO 18

181 20 1
                                    

Soo Ah despertó gracias a un molestoso rayo de luz que atravesó la ventana quien iluminaba todo su rostro. Antes de abrirlos llevo su mano frente a los ojos para que no le molestase al abrirlos. Los abrió con algo de dificultad, aun estaba cansada, pero no de sueño precisamente. No pudo evitar sonreír ante el recuerdo de la noche anterior. Miro a su lado y se encontró con el lado totalmente vacío. Se preguntaba a dónde abría ido a estas hora de la mañana. Se levanto de la cama junto con la sabana blanca que cubría su cuerpo. Se acercaba a la ventana para apreciar la hermosa vista que se veía desde allí, cuando de pronto la puerta se abre con cuidado. Ella sabia que era él, así que no dijo nada. Se limito a sonreír y a sonrojarse de solo pensar en todo lo que hizo junto a él.

—¿Acabas de despertar?— pregunto abrazándola por su espalda.

—Si— respondió. Donghae poso un beso en su cabellera.

Se mantuvieron en silencio y en la misma posición por largo tiempo, disfrutando de su compañía, como los viejos tiempos. Al menos así era para Donghae.

—Hay algo que...

—Sh...— emitió un sonido, dándole a entender que no dijera nada. Donghae sabía perfectamente lo que ella iba a preguntar, por eso la detuvo. No quería arruinar el hermoso momento que estaban pasando—. Luego hablamos de lo que quieras. Por ahora disfrutemos de nuestra compañía.

—Está bien...

Así permanecieron otra rato más. Ambos disfrutaba de la calidez del otro. Soo Ah no podía negarse a sentir cosas que con Joon Hee nunca podría sentir. Habían muchas preguntas en su cabeza, pero se las reservaría un rato más. En su cabeza abundaba una pregunta desde que despertó, y esa pregunta era: ¿como me enamoré de ti en tan poco tiempo?

En la cocina de la casa, rondaba el olor de la comida. Ya eran casi las 12:00 del medio día y aún Donghae y Soo Ah no bajan a comer. Pronto sería el almuerzo, así que la señora Cho subió para notificarle a Donghae y a Soo Ah, pero al no encontrar a Donghae en su habitación, fue directo a la de Soo Ah. Abrió la puerta luego de dar algunos toques y vio que el cuarto estaba hecho un desastre. Se preguntó qué demonios había pasado allí, pero no era su incumbencia. Escucho que la regadera en el cuarto de baño estaba abierta, así que se acercó y dio algunos toques.

—¿Señora?— dijo la señora Cho luego de tocar la puerta—. Señora, el almuerzo está listo. ¿Desea que sirva la mesa?

La puerta se abrió de a poco y el rostro de Donghae fue el que se asomó desde allí.

—Señor Lee...— abrió los ojos muy grandes, la había tomado por sorpresa.

—Disculpe...— Donghae sintió algo de vergüenza por haberlo encontrado en aquellas fachas. Nunca antes había sentido tanta vergüenza.

—No sabía que estaba utilizando el baño de la señora...

—¿Quién es?— preguntó Soo Ah abriendo la puerta un poco más. Se sorprendió de igual manera. Se sonrojó de la vergüenza.

Los tres estaban sorprendidos. Ellos por la vergüenza, pero la empleada doméstica, no lo fue. Simplemente se sorprendió ya que tenía entendido que Soo Ah es casada y estaba con otro que no es su marido.

—Señora Cho...— intento decir Donghae saliendo con la bata blanca puesta.

—No me tiene que dar explicaciones, yo solo soy una empleada, no tengo nada que reclamarle. Son libres de hacer lo que ustedes deseen. Yo solo cumplo órdenes, para eso ustedes me pagan.

—Aun así... le pedimos una disculpa.

—No se preocupe...— les sonrió—. Solo vine a decirles que la cena esta lista y que si quería que les sirviera la mesa.

Más allá de tu miradaWhere stories live. Discover now