CAPÍTULO 12

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Myung Yi le había dado el licor con aquella droga mezclada. Hacia lo que fuera para poder acabar con todo ese infierno. Por su culpa, su padre mato a su familia. Mato a sus padres y fueron separados a muy corta edad. Ryun Yi sabe más de lo que Soo Ah piensa que sabe. Sabe de su pasado, sabe de la existencia de su hermana, sabe de la relación de Donghae y ella. Pero debe callar, debe mantenerse en silencio.

Donghae manejaba a altas horas de la noche hacia la casa de Myung Yi le había dicho que llevara a Soo Ah. De ves en cuando miraba a su lado para confirmar que Soo Ah estuviera tranquila. Al pasar dos horas de camino, Donghae se detuvo en medio de la carretera. Bajo del auto luego de subir la palanca para abrir el maletero, saco una mana grande para colocársela a Soo Ah quien se había dormido en medio del camino. Abrió la puerta con cuidado y le coloco la manta. No pudo evitar contemplar lo hermosa que se había puesto luego de desaparecer. El dinero mueve lo que sea, pero ahora que la miraba bien, a ella eso no la movió. Seguía siendo la misma, lo único, que con miedo. Lo descubrió muy tarde, pero hacia lo que sea por volver a tenerla a su lado.

—No volveré a perderte...— pronuncio mientras la miraba—. Lo juro.

Myung Yi en la mansión Park, aprovechaba que Joon Hee se había quedado totalmente dormido en el sofá de la sala. Se había asegurado que había apagado las cámaras de seguridad de la casa como le había dicho Donghae a ella. Entro a la habitación de Soo Ay comenzó a rebuscar todo, medicamentos, diarios etc. Luego fue por la de Joon Hee, quien encontró documentos de todo tipo, pero algo le causo curiosidad. Una carpeta que decía "CENTERLAB" le llamo demasiado la atención. Abrió la carpeta y le tomo fotos a cada uno de los documentos. Rebusco todos los documentos que allí se encontraban y de repente encontró una foto.

—Jin...— pronuncio sorprendida al ver a su amiga allí.

Tomo esa foto y la guardo en su delantal. Salió de allí y fue hacer exactamente lo mismo al despacho. Tenia que recopilar todo lo posible para hundirlo en la cárcel. Tenia que hacerlo pagar por todo el daño que le ha causado a su familia, y a sus amigas.

Por otro lado Donghae llegaba a su destino. Estaciono el auto en aquella hacienda a las afueras de la cuidad. Se quedo sorprendido al ver lo enorme que era aquella casa. Bajo todas las cosas y las dejo en la sala y luego salió por Soo Ah quien aun permanecía dormida. Abrió la puerta con cuidado y la tomo en sus brazos hasta llevarla hasta la primera habitación quién encontró. La dejo acostada en la cama y la cubro con las mantas.

—Desde hoy se acabo tus días de infierno...— acaricio su cabello—. Si tengo que matarlo para que quedes viuda, lo haré. No dejare que te ponga un dedo encima. Nunca más. No sé que hiciste para casarte con el, y mucho menos por que me dejaste así no mas, pero de una cosa si estoy seguro... Se que hay algo mas detrás de todo esto, tu mirada me pedía a gritos por ayuda. Soy un total imbécil por haber querido ver lagrimas en tus ojos al principio, pero ya no. No puedo verte sufrir, por que si te hago sufrir es como hacerme sufrir a mi mismo.

—A... yu... da...— pronuncio ella dormida.

—Sh... Tranquila...— acaricio su cabello nuevamente—. Yo te voy a regresar tu memoria. Voy a recuperar tu corazón y tu sonrisa.

Kim Soo Ah

Desperté en medio de la noche por un mal sueño. Me lleve las manos al pecho, sentía que mi corazón se quería salir de lugar. Estaba toda sudada, ¿quién no sudaría soñando que te golpean hasta casi matarte? Es aterrador. Mire a mi alrededor y me di cuenta que no sé de donde estaba. ¿Y si Joon Hee nos descubrió? Él solo pensarlo me corre una electricidad por todo el cuerpo, producto del miedo que siento de solo imaginarme que él estará allí afuera, esperando a que salga para golpearme. Me levante lo más suave que pude, tome el florero que había a mi lado y camine hacia puerta. Estaba temblando, no podía controlarlo. Abrí la puerta con suavidad, intentando no hacer ruido. Salí por el pasillo hasta que escuché una voz detrás de mi.

Más allá de tu miradaWhere stories live. Discover now