CAPÍTULO 4

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Donghae llegaba a su apartamento. Al entrar tiro la puerta y camino pasó de largo frente a Heechul hasta llegar a su habitación. Heechul lo noto extraño, pero decidió no peguntarle que le sucedía. Lo único que pensó fu que se hombre Park Joon He se arrepintió de darle el empleo. Donghae al entrar en su habitación, removió su chaqueta lanzándola con brusquedad a la cama. Se detuvo y se llevó una de sus manos a la cabeza y la otra a su cadera, disponiéndose a pensar en lo que pasó hace un rato atrás.

Lee Donghae

"Me quede helado cuando la vi parada frente a mi. Esos ojos marrones oscuros, esa piel, ese cabello, ese hermoso rostro. No podía creer lo que estaba viendo, la tenía frente a mi.  Una furia se desató por todo mi cuerpo, no sabía cómo sentirme sobre esto. La tenía frente a mi, mirándome como si nada hubiera pasado.

—¿No es hermosa mi esposa?— dijo el señor Park acercándola más a él.

Aclare mi garganta y respondí, pero tuve que fingir que la conocía, que la conocía muy bien.

—Con todo el respeto que se merece, debo decir que si.

El señor Park me sonrió y ella simplemente amplio un poco sus labios.

"Cínica"

—¿No piensas saludar?— le dijo a ella—. Saluda, no seas descortés.

Básicamente le ordeno a que me saludara, pero ella muy sumisa la descarada me saludo como si no me hubiera visto nunca.

—Es... es un placer— extendió su mano a mi, por unos segundos pensé en no corresponder su saludo, pero luego lo pensé mejor, y lo mejor era fingir que tampoco la conocía."

Estaba sentado en mi cama acordándome de lo sucedido hace un rato. Me daba rabia volver a encontrarla y más en estas circunstancias. A es era una simple mujer que se dedican a pintar cuadros y ahora... Ahora es na mujer millonaria y famosa. ¿Cuándo demonios se volvió famosa? ¿Desde cuándo estaba casada? ¿Desde cuándo me estaba tomando el pelo? Maldita desgraciada, cínica.

—Eres una cínica...— dije entre dientes muy bajo—. Finges no conocerme y m miras con esa cara de tonta.

—Donghae ¿estas bien?— pegunto Heechul fuera de la habitación.

Ni siquiera le respondí. Quería estar solo, tenía que pensar. De na cosa si estaba seguro... La haría sufrir, sufrirá el mismo dolor que yo sentí por su abandono. Ella quería jugar, pues bien, juguemos.

*****

Soo Ah encerrada en su habitación se dentro frente a su escritorio y s dedico a escribir en su diario como todos los días. Como siempre escribía su sentir del día a día. Se sentía sola y desprotegida. No conocía a nadie más que no fuera su empleada, con ha entablado una bonita amistad, pero algo en el fondo de su corazón decía que habían más personas esperándola en algún lado. Al menos eso ella creía.

Donghae por otro lado, se uniformaba para salir a su nuevo trabajo. Aunque no estaba contento del todo. Tenía que proteger, velar, a la mujer que alguna ves amo. ¿Que tan difícil podía ser esto para él? Era realmente complicado. Aunque había prometido hacerla sufrir lo mismo el que sufrió. Una ves listo, emprendió camino a lo que sería su día a día, su trabajo. Pasado 30 minutos, ya estaba frente al portón de la mansión Park. Presentó su identificación y entró. Estacionó el auto, bajo de él y entró a la casa. Justamente al entrar el señor Park estaba bajando las escaleras.

—Señor Lee, que bueno verle temprano— le saludo estrechando su mano.

—Usted me dijo que le gustaban la personas puntuales, pus aquí me tiene. Puntual y fiel a usted.

Más allá de tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora