Toma mi mano » Min Yoongi

➳ 10. Construyendo un camino

✧ Narra Min Yoon Gi:

El cumpleaños de Sookie fue un día increíble para ella, no dejaba de jugar con sus amigos, sonreír todo el tiempo por las decoraciones y al abrir los regalos de sus tíos estaba muy emocionada, ellos la conocen bien y evidentemente saben qué le gusta a mi princesa y son generosos con ella. Sin lugar a duda, creo que a veces la malcrían al darles regalos tan grandes y ostentosos. Casi todo fue enfocado en arte; pinturas, sets de acuarelas, marcadores de colores, cintas decorativas, crayones pastel, lápices de colores, lienzos, caballetes, etc. Lo único fuera de ello fue el regalo de Seokjin quién no se rendía a que Sook sea algún tipo de pequeña chef, le dio un hornito de juguete y una máquina para hacer helados.

Amo ver cómo apoyan a mi princesa y la manera en que quieren que luche por sus sueños, sin embargo, soy consciente que debo tener cuidado en no malcriarla. Aunque, mi regalo del karaoke rosado no me ayudó mucho al respecto, ella no dejaba de sonreír por todo y eso me hace más que feliz, algo dentro de mí desea realmente que le guste algo enfocado a la música.

En cuanto a mí, tuve sentimientos encontrados durante su fiesta, me sentía muy presionado por decorar todo a la perfección, por la prisa de acomodar todo de manera pulcra, rasgué un poco el vestido de Hye Sook en la parte del hombro y tuve que cocerlo, afortunadamente no pasó a mayores. Los chicos me ayudaron en todo momento, al azar la carne para los invitados y organizar todo el banquete, siempre son mis salvavidas personales.

No mentiré, al ver llegar a Young Mi me sentí con una tranquilidad indescriptible, no suelo ser muy cariñoso con las personas, a excepción de mi hija obviamente, pero moría por abrazarla todo el tiempo y charlar con ella de todo y a la vez de nada, aunque la conversación que tuvimos después fue un balde de agua helada sobre mi rostro que me hizo despertar y darme cuenta de que no éramos pareja. No me molesté con ella, no tendría derecho a hacerlo porque era una realidad, sin embargo, me sentí rechazado de alguna manera y no salía de mi cabeza que tal vez no estábamos en la misma sintonía y me costó verla a los ojos, aunque era mi pasatiempo favorito, no podía sostener su mirada. Era patético, lo sé.

Afortunadamente, la noche terminó cómo quería, con ella entre mis brazos, besándonos bajo la luz de la luna y sellando nuestra promesa con nuestros corazones unidos, dispuestos a luchar por lo que se viene. Me costó dejarla ir, más aún, después de llorar juntos y besar esos labios rosados y carnosos que se habían convertido en un tipo de placer que me reusaba a dejar.

Sinceramente me sentía seguro de mi decisión y en el equipo tan fuerte que somos juntos, lamentablemente, la cuestión de explicárselo a Sookie era un tanto complicado, sé que la ama, pero el que sea mi pareja es diferente a ser su maestra.

El fin de semana estuvo lleno de actividades domesticas en la casa de los Min, después de la gran fiesta teníamos mucho que limpiar, mi bebé solo me ayudaba a mover las cosas a la cocina o a la basura, pero lo hacíamos juntos y eso era lo importante, el pasar tiempo junto a ella siempre era lo mejor. Además, que no dejaba de hablar de ayer y de describir lo increíble que es su nuevo pez dorado a quién llamó "pato", en honor a la película que había visto recientemente, Lilo y Stitch.

Debo decir que Hye Sook es más responsable de lo que había creído, ha alimentado a pato en sus horarios y ha purificado el agua con unas gotas que convirtieron todo aquello en un mar de agua azul celeste.

Casi no he hablado con Young Mi en todo el día, únicamente le envié un mensaje por la mañana para desearle un lindo domingo. Durante la hora de la cena, llevé a mi princesa a comer bibimbap y kimchi casero en un pequeño restaurant cercano a nuestro hogar, como siempre Sook estaba feliz. Al llegar a la casa la bañé en la tina con una cosa extraña que le regaló la esposa de Nam, era una bola de color rosado que al entrar en contacto con el agua de la tina explotaba y hacía espuma, olía delicioso todo y mi princesa estaba más que encantada jugando con la espuma mientras lavaba su cabello con cuidado, al salir, la arropé para que durmiera tranquilamente. Me di un baño y le marqué a mi preciosa novia, rogando que siga despierta. Sonó dos veces y al tercer timbre escuché su voz.