Re-inicio

Plan

—Emma— Gilda susurró desde debajo de la cobija —¿Vamos a estar bien? —Preguntó ella bastante angustiada.

Emma solo sonrió hacía ella, podía fácilmente decir que si, que no se preocupará, pero lo que venía eran cosas bastante duras para ellos.

—Estaremos juntos en esto — Emma acarició su cabello, Gilda asintió comprendiendo sus palabras.

Así fue como comenzó el día de Emma, con la sonrisa de sus hermanos menores mientras se levantaban, con todos ellos persiguiéndola para que jugaran, todos aliviados de que estuviera mejor, Emma sonreía contenta al verlos tan animados, esos habían sido sus recuerdos más felices, y ahora podía apreciarlos más.

El desayuno vino, y después fue la sección de exámenes, la cual fue bastante fácil para ella, aunque se sentía haciendo trampa ya que conocía las respuestas. Después fue el tan ansiado momento en el que todos hablarían. El punto de encuentro fue la biblioteca, mientras Mamá cuidaba a los niños afuera.

—¿Y desde cuándo lo saben ustedes? — Norman no esperó ni un segundo para preguntar aquello, seguramente estaba ansioso por saber toda la información que ellos poseían y realizar un plan acorde.

Ray miró a Emma, y este le sonrió levemente.

—Es una buena pregunta — Ray también se moría por saber como lo había descubierto ella.

—Eso es un secreto — Emma puso su mano frente a sus labios, lo cual frustró bastante al pelinegro.

—Esto es serio, tenemos que hacer un plan, tenemos que ser honestos entre nosotros para que esto funcione — Comentó Norman, Emma soltó un suspiró.

—Yo ya tengo un plan, y estoy segura que Ray tiene un millón en mente — Contestó ella con simplicidad.

—¿Por qué no quieres contarnos? —Norman se puso delante suyo, bastante enojado, ella notaba la frustración y el estrés que le causaba todo este asunto, pero no lo culpaba por tener miedo.

—No puedo revelar todas mis cartas — Ella desvió su mirada, un duelo de egos se estaba alzando.

—Esta bien, entonces lo primero que debemos hacer es reunir la información que tenemos — Comenzó a hablar el albino —Estuve pensando ayer acerca del lugar — Norman tomó un papel y empezó a dibujar un diagrama con la casa en el centro—Solo hay dos salidas posibles, por la puerta o por el bosque —

—Lo más seguro es ir por el bosque — Gilda habló por primera vez — Si vamos por la puerta estarán esos demonios — Norman asintió dándole la razón — Lo primero que debemos hacer es averiguar que hay más allá de la reja —

—No es necesario — Ray intervino — Lo que hay allí es un muro de aproximadamente dos metros — Comentó el pelinegro — Así que lo primero que debemos conseguir es cuerda para poder escalarlo — Gilda y Norman veían a Ray hablar.

—Nuestra primera tarea es conseguir cuerda, mucha cuerda —Esta vez intervino Emma — Pero antes de hablar de esos planes, tenemos que asegurarnos de que mamá no se de cuenta de que sabemos su secreto —

—Estoy de acuerdo con Emma — Concordó Ray con ella — Si ella llega a sospechar tan siquiera un poco, nos sabotearía todos los planes — Ray continuó — Lo otro que tenemos que hablar es, ¿cuántas personas nos acompañaran? — Emma y Gilda se sorprendieron.

—¿Te arrepientes de lo que dijiste ayer? — Cuestionó ella, Ray solo mordió su pulgar algo frustrado.

—No es eso, pero entre más lo pienso más complicado se vuelve alguna ruta —