- No hay compromisos -

80 16 2
                                    


-¿Te vas a casa?-

Me sobresalté al escuchar la voz de Dom tan repentinamente y le di una suave palmada en el hombro por el fastidio, él rió despreocupado y cuando sus ojos se posaron sobre mí insistían con su pregunta.

-Sí.- respondí.-Sólo espero que me recojan.- le conté.

-Y... ¿harás algo más tarde?- curioseó.

Mi sexto sentido me estaba diciendo que esa pregunta sólo podía ser seguida por una invitación a salir, por lo que me aclaré la garganta. Alcé la vista con una ceja ligeramente arqueada mientras él simplemente esperaba que le contestara, sin verse ansioso o nervioso.

-Tengo planes.- le dije.

-Ah.- asintió.

Dom reacomodó su mochila en su hombro derecho y miró hacia la calle. Varios grados acababan de salir de clases y una pequeña cantidad de chicos y chicas esperaban que pasaran por ellos; la academia estaba bastante alejada de la ciudad y la única manera de llegar allí era en automóvil. Dom y yo esperamos en silencio por unos minutos, o así fue hasta que lo escuché chistar.

-Tengo curiosidad, ¿cuáles son tus planes?- preguntó cauteloso.

-Bueno...- dije, balanceándome sobre mis pies.-Me reuniré con un chico...-

-¿Tendrás una cita?- trató de especificar.

-Sí.- asentí.

-Oh.- dijo, frunciendo el ceño pensativo.

Otra vez guardamos silencio, el cual se sentía bastante incomodo y pesado por alguna misteriosa razón. En realidad era un poco difícil de entender lo que estaba pasando en ese instante, después de todo no era como que hubiera algo pasando con nosotros... sólo habíamos flirteado un poco, y de eso había pasado un buen tiempo. Aún así me sentía inquieta y sin muchas ganas de contarle detalles.

-¿Primera cita?- habló otra vez.

-Eh...- miré la hora en mi móvil, preguntándome por qué Rob se demoraba tanto en recogerme.-No, es la... ¿quinta? más o menos.- admití.

-¿Quinta?- preguntó, esta vez cuando frunció el ceño no fue por confusión.-Vaya... ok, la quinta.- se dijo a sí mismo.

-Lo siento, Dom, pero ¿qué estás pensando?- pregunté, ya impaciente.

-¿Qué pienso?-

-Deja de hacer preguntas, vamos al grano.- solté rodando los ojos.

-Bien.- dijo, irguiéndose un poco.-Me tomas por sorpresa, eso es todo, creí que seguías soltera.- dijo.-Sé que no tienes ningún compromiso conmigo, pero quizás podrías haberme dicho que no tenía ni una oportunidad... no lo sé, para ahorrarme las ilusiones y todo eso.-

-No tengo que decirte nada.- me crucé de brazos.

-Eso no es lo que dije...-

-Fue más o menos lo que dijiste.- le discutí.

-Fue una sugerencia, por cortesía a la otra persona.- corrigió.

Reí sin quitarle los ojos de encima. Lo notaba algo tenso y por la expresión que había en su rostro no lograba adivinar si estaba irritado, apenado o simplemente cansado; me giré lentamente sobre mis pies y mantuve mi vista en él mientras trataba de adivinar qué estaba pasando.

-Bien, quizás no debí corresponderte los coqueteos.- acepté mirando mis zapatos.

-Lo hiciste porque obviamente te gusto, aunque sea un poco.- indicó.

Mi Último AñoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora