Capítulo 2: Segundos síntomas.

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—Así que Sooyeon, ¿no? Interesante. —murmuró el mayor, intentando sonreírle a Sehun, una sonrisa que es incapaz de aparecer en la comisura de sus labios. Una mueca un tanto triste se formó en sus labios, la cual ocultó al pelinegro apartando su rostro.

—Ella lo es. En verdad, es muy linda y agradable. —Luhan asintió y Sehun mostró una sonrisa encantadora, una que Luhan creía que solo él podía causar. Al parecer, otra tiene el mismo efecto en el menor, lo que desalentaba soberanamente a Luhan—. Me gusta mucho, en serio.

Luhan se atragantó cuándo sorbió la sopa del Galbitang y su rostro se tornó rojo, mientras su garganta comenzó a arder por las fuertes tosidas. Su hermano, al notarlo, se estiró y dio palmadas a su espalda, con constantes ¿estás bien? saliendo de su boca.

—E-está b-bien, Sehun…déjame, ¡estoy bien! —Luhan empujó las manos de Sehun y se  levantó de la mesa exasperado.

—Luhan, ¿qué te ocurre? Últimamente estás tan…tan así.

El mayor no respondió, se mordió la lengua para no hablar y negó con su cabeza, asegurándole de ese modo al menor que todo estaba bien. Sin más, salió de la cocina y dejó a un confundido Sehun en ella.

La cabeza de Luhan estaba jodida. Muy jodida.

~

 

Decir que su primer año en la universidad estaba siendo el mejor de todos sería mentir con descaro. Sí, a Luhan le gusta la forma en que los profesores le explican, la forma en que su lapicera escribía en su libreta, la calidad de la comida en la cafetería, la manera en la que sus compañeros de clases lo trataban y hasta la suavidad de sus sábanas en su cama y su habitación. Pero lo que no le gusta es Sehun y Sooyeon.

No le gusta esa combinación para nada.

Es lo único defectuoso en ese año. Lo único. Y es que Luhan no comprendía por qué Sehun estaba con aquella chica cuando tenía la palabra zorra escrita en la frente. Era la primera vez en su vida que sentía odio y envidia pura, y no entendía. No lograba entenderlo.

Cansado de estar tan confundido y fuera de sí, Luhan se había prometido a sí mismo dejar oficialmente de lado ese extraño sentimiento cariñoso por Sehun para disfrazarlo de uno que tuviese más que ver con la hermandad; nada incestuoso, nada homosexual. Un sentimiento de amor sano y normal, porque eso era lo que era ¿no? Es decir, Luhan lo quería como un hermano y nada más, no sentía celos de aquella zorra…chica, de aquella chica y él era perfectamente heterosexual. Punto final.

Sonrió convencido y entonces pensó que sería bueno volver a su habitación para ver cómo se encontraba su compañero; luego de saber que Sehun tenía una novia con quien se besaba, abrazaba y posiblemente, follaba, había dejado a Minseok abandonado como si fuese un perro sarnoso. Y no lo era; era un buen amigo que merecía ser tratado como uno.

Luhan cada día se había convencido más y más de que su mente no estaba del todo bien.

~

 

Es con el paso del tiempo que Luhan se da cuenta, mirando desde lejos y escuchando lo que Minseok le dice, que Sooyeon era una zorra con todas las palabras, no había duda y no era necesario confirmarlo con una segunda mirada; realmente era una zorra.

Minseok la conocía bien; cuando Luhan le contó sobre aquella muchacha de apariencia inocente e interior ligero, el mayor le contó que era la hija de Kim, un multimillonario de los típicos que trabajaba en la industria del banco y tenía más poder que cualquier otro famoso. Según lo que Luhan escuchaba y entendía, el tío de Minseok había trabajado como el asistente del señor Kim y habían sido buenos amigos hasta que su tío falleció en un accidente; Minseok tenía alrededor de nueve años y jugaba con Sooyeon, pero luego de aquella pérdida, no volvió a ver a la castaña hasta el primer día de clases, sólo que la chica no recordaba para nada al mayor.

Quiéreme. [HunHan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora