Capítulo 10: Terceros y últimos síntomas.

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Luhan quiere echarse una de las carcajadas más escandalosas y largas que jamás soltó en su vida al estar en la entrada de Seoul Land, no sólo el primer parque temático de Corea, sino el vivo recuerdo de toda la infancia de Luhan y Sehun.

—No me jodas. —murmura el mayor con emoción acumulada, riéndose de sí mismo por la reacción infantil que está experimentando—. Sehun, no puedo creer que, después de diez años, volvamos aquí.

—De nada.

—Lo peor, es que seguramente acabaste con toda la gasolina de mi auto porque, ¡mierda, Sehun, estamos en Gwancheon! —una risa maniática sale de lo más profundo de Luhan y Sehun, igual de emocionado que él al verlo tan feliz, no puede evitar copiar sus expresiones faciales y pasarle un brazo por los hombros, aprovechando las defensas bajas de Luhan para acercarse más íntimamente a él—. Es que… ¿acaso estás pensando drogarme con algodón de azúcar y golosinas para venderme al extranjero?

— ¿Qué? —la sonrisa de Sehun se esfuma por la incoherencia que Luhan acaba de expulsar por sus extendidos labios y lo mira como si una segunda cabeza le hubiese crecido del cuello.

—Nada, ignórame, estoy…muy feliz.

—Entonces sí valió la pena después de todo. Estás más excitado que Jongin cuando ve a su compañero…—Sehun comienza a decir mientras recupera poco a poco su sonrisa, pero es interrumpido por la repentina expresión seria y confundida de Luhan.

— ¿Jongin?—una mueca de repulsión adorna su rostro y hace un recordatorio mental de hablar con Jongin de eso…no, mejor con el antipático de Kyungsoo, quien sería más directo y no le daría vueltas al asunto como el moreno tiene acostumbrado a hacer. Por el momento, disfrutaría estar ¡en el jodido Seoul Land! y Sehun paga todo, lo que alienta mucho más al humor tacaño de Luhan—. Olvídalo, sólo entremos y ya.

Sehun no dice nada y se encoge de hombros, bajando su brazo a la cintura del mayor, gesto que sólo eriza la piel de Luhan, pero no lo aleja; el contacto de Sehun le gusta y además, eso hacen los hermanos normales, ¿verdad? Tomarse de la mano, abrazarse a las cinturas y hasta lanzarse miradas tímidas mientras caminan en dirección a un parque de diversiones, rodeados de gente que no tienen idea quienes son. No pueden ser juzgados de ese modo. Y Luhan es feliz.

La mano de Luhan se aferra a la de Sehun inconscientemente cuando éste se aleja para pagar.

—Alguien está demasiado emocionado. —susurra cerca de su oído, de forma lasciva, y las vértebras de Luhan tiemblan.

—Tal vez. —masculla el castaño, agachando la cabeza por la mirada curiosa de la chica detrás de la caja. Ésta suelta una risa y le entrega el vuelto a Sehun.

—Se ven muy bien juntos. —dice la muchacha encargada de las entradas, vestida de una formal prenda roja con gorra y hasta maquillaje del mismo color, hasta sus mejillas están coloradas—. ¿Son novios? —pregunta en un susurro, sus ojos brillan momentáneamente, y Luhan debe mirar hacia atrás para procurar que nadie haya escuchado aquello; para su suerte, nadie se encuentra a sus espaldas y sólo son ellos tres en la entrada del parque.

—N…—el castaño comienza un tanto nervioso por confesar que en realidad son hermanos, pero Sehun lo corta inmediatamente con unas palabras que lo asombran y, a la vez, lo asustan.

—Sí, él es mi novio. —el rubio mira a Luhan y le sonríe tiernamente.

—Qué lindo eso. Muchas felicidad, y que tengan una bonita tarde. —la muchacha sonríe tímidamente por su acción anterior y Sehun le devuelve la sonrisa de forma más decidida.

Luhan aguanta el aire hasta que finalmente lo expulsa todo de sus pulmones y mira fijamente a Sehun, coordinando sus pasos como si ambos fuesen dos marionetas iguales siendo contraladas por un ser omnipotente sobre ellos.

Quiéreme. [HunHan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora