Capítulo 13: Problemas en el paraíso.

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(n/a): estoy estresada(?) luego de dos días, logré entrar a mi cuenta y, bueno, nada, TODOS los fics están en borrador y estuve un rato largo publicando uno por uno los capítulos de quiéreme ;;;; odio la tecnología, srlly. Btw, pido disculpas por este inconveniente y espero que les guste el capítulo.

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Luhan extiende sus dos brazos, estirándose, y se derrumba en el sofá; sus caderas se mueven de izquierda a derecha y prueba de ese modo la comodidad de los cojines color café cappuccino. Ahora sus manos están sobre los costados, una sobre cada uno de los otros cojines, y los golpea. Una sonrisa se extiende a lo largo de su boca y asiente en dirección a Baekhyun.

Está perfecto. —dice—. Además, el color combina, ¿no?

—Sí, está muy bonito. —concuerda ésta vez el menor, con una sonrisa mucho más enorme y destellos de un especial brillo iluminando sus ojos.

Levantándose del placentero sentir que le proporciona aquel sofá, Luhan camina hacia la cocina que se encuentra unida al comedor y se para a pocos centímetros de la mesada, con su mirada clavada en el living mientras lo inspecciona determinadamente.

Un bonito sofá, una pequeña y cuadrada mesa marrón acordando con cuatro sillas a cada lado, un pouf y una alfombra. Bien, Luhan está satisfecho con el resultado de su living. Así que el único problema sería la vacía y para nada agradable a la vista que resulta ser su cocina. No sólo es un espacio de 3x2, sino que no hay nada en el refrigerador y casi no tiene instrumentos de cocina; aun así, Luhan no se hace mucho problema –no es como si necesitase tener todo lo que una cocina necesita cuando él no puede impedir quemar lo que sea con respecto a la comida–.

Luego de un tiempo largo y difícil, Luhan, con ayuda de su madre y los constantes cuidados a Hansol, había conseguido el dinero suficiente para rellenar el vacío material de su departamento, dejándolo como un intento de suite lujosa, aunque es todo lo contrario, se acerca sólo un poco. Su madre no ha sido incapaz de admirar con sus propios ojos el resultado final de, aproximadamente, seis días, por lo que Luhan toma una fotografía con su teléfono móvil y se la envía a ella. Cuando volviese de ese viaje que Sehun y él rechazaron, tal vez conozca el interior.

El timbre suena una sola vez y Baekhyun se sobresalta, alertando a Luhan.

— ¿Estás bien?

—Eh, lo estoy. —asegura el castaño y ríe tontamente, acomodándose en el sofá café capuchino.

Luhan recorre los pocos centímetros que lo distancian de la puerta de salida y entrada, y en ese corto trayecto, sus pensamientos maniobran una espeluznante y, a la vez, soñada idea; la imagen de Sehun del otro lado de la puerta acelera el corazón de Luhan y lo hace abalanzarse hacia ella, para abrirla de un tirón, encontrándose con Kyungsoo y su mal genio -recuerda en ése momento que él mismo había contactado a Kyungsoo para que asistiera a su departamento ese día-.

Pero eso no impide que se vea avergonzado de sí mismo. Desde que ocurrió su pelea tonta y virtual con Sehun, no ha podido mantenerlo fuera de sus pensamientos en ningún momento, y cada vez que la turbia canción del timbre sonaba, los engranajes de su confundido corazón transmitían más potencia a su cerebro para suponer estúpidas ideas de un Sehun llamando a la puerta, en busca de un perdón.

Vuelve a la realidad con un estremecimiento de los pies a la cabeza y se hace a un lado, con una mirada feliz hacia el pelirrojo.

—Qué bueno verte por aquí. —Kyungsoo rueda sus ojos y entra a la sala, con un caminar extraño y divertido al mismo tiempo. Baekhyun lo saluda con un abrazo, saltando del sofá al cuerpo tambaleante del mayor, y en éste se forma una mueca de disgusto—. Kyungsoo, no quiero ofenderte, pero tienes un aura… ¿cómo puedo denominarlo? Un aura que transmite sudor, gemidos y mucho sexo.

Quiéreme. [HunHan]Where stories live. Discover now