Capítulo 22: Bienvenidos a Pekín.

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  • Đã dành riêng cho Belkuu
                                    

La madre de ambos continúa llorando, temblando y derramando lágrimas que generan lástima en Sehun, pero Luhan mantiene su semblante serio y la mirada fija en ella, observando cada movimiento que haga, oyendo cada cosa que diga.

Hacía unos minutos largos que sus dos hijos le reclamaron respuestas, respuestas sobre su padre y ella, la enorme mentira que les ocultó, las cartas y aún más mentiras. Después de la confesión por parte de los hermanos, la mujer abrió su boca para decir algo y sólo largo disculpas llenas de lágrimas que no dejaban de escaparse de sus ojos, esperando ser abrazada por alguno de sus pequeños, pero se mantuvo un buen rato con el frío de la culpa recorriendo su cuerpo.

Sehun se remueve en su lugar y suspira, observando su reloj; el avión sale en menos de una hora y ellos aún están ahí, con su madre llorando como nunca lloró en su vida y no sabe si sentirse bien con la actitud de Luhan, tan serio y callado que da miedo.

Sólo unos minutos luego, Luhan logra parpadear una pequeña cantidad de veces y se levanta de la silla en la cocina y mira la hora en su teléfono, igualando el suspiro anterior del menor. Pone sus manos en la calidad de sus bolsillos y muerde la pielcita de su labio inferior.

—Te perdono —murmura muy bajo el mayor de los hermanos y ninguno de los otros dos presentes alcanza a oír sus palabras—. Te perdono —repite, esta vez con un tono de voz más alto y la mirada fija en los ojos húmedos de su madre—. Te perdono aunque no debería, lo haré igual —Luhan sonríe y se gira para tomar del hombro a Sehun, levantándolo sin mucha fuerza para que ambos puedan salir por la puerta principal, dejando atrás a su madre.

—Pensé que nunca ibas a perdonarla —le dice Sehun, confundido, cerrando la puerta detrás de él no sin antes lanzar una última mirada a su antiguo hogar y arrastrar el resto de las maletas fuera—. ¿Por qué cambiaste tan rápido de parecer?

—Siempre quise perdonarla, pero estaba tan enojado que me cegué —da una breve explicación y mira nuevamente la hora, sólo para frustrar a su cabeza obsesiva del tiempo—. Me voy a morir si mantengo mucho resentimiento. Y también me voy a morir y te voy a llevar conmigo al jodido infierno si no llamas ahora mismo a ese taxi, ¡estamos atrasados!

—Estaré encantado de arder en el infierno contigo, bebé.

Luhan mira a Sehun con una mueca de extrañamiento y bufa, alterado por los minutos que pasan y ellos siguen en ese maldito sitio. Luego de llamar a un taxi que tarda más de lo prometido, meten las maletas en el interior del automóvil y se suben. Sehun se sorprende por su madre que sale repentinamente de la casa par acercarse con los ojos rojos y la mirada cansada, baja un poco la ventanilla y le pide unos segundos al taxista para hablar con ella.

—Lo hice todo mal, mis cielos, lo sé —dice, arrepentida y secando rastros de lágrimas en su mejilla—. Y lo siento tanto, no tengo justificación, pero los amo con todo mi corazón y no quiero perderlos.

—No lo hiciste —la conforma Luhan y sonríe ligeramente. Cuando ella imita aquella sonrisa aún más grande, Sehun sube la ventanilla y la despide con su mano, mientras Luhan le indica al hombre que acelere al aeropuerto.

~

Luhan se tropieza con sus propios pies cuando comienzan a correr con dirección a la boletería del aeropuerto, pero las maletas de ropa logran amortiguar su caída y puede evitar moretones o alguna lesión. Eso sería, definitivamente, lo que le faltaba para completar su hermosa mañana; no poder viajar a China, luego de pagar tanto dinero, por una estúpida lesión o lo que sea.

Intenta levantarse y Sehun se posiciona a un lado de él.

—Luhan, no te dejaré atrás, ¡jamás, no insistas! —dramatiza con una sonrisa burlona y Luhan se levanta por completo, apoyando sus manos frías en su pecho para empujarlo.

Quiéreme. [HunHan]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ