Epilogo

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Ocho meses después.

MIA O'CONNER

Me encuentro encima de la cama de esta maldita carcel, leyendo un libro. Levanto la vista y hay dos chicas policías, me miran mientras hablan.

—¿Qué? ¿Me tienen envidia de lo hermosa que soy o simplemente les gusto?—digo cerrando un poco el libro.

—Estamos viendo lo patetica que sos—me dice la pelirroja.

—Ahí, metida entre rejas y leyendo un libro que debe ser muy aburrido. ¿Extrañas la libertad?—me pregunta divertida la otra.

Miro al policía guardia y como siempre esta comiendo, preocupado en su comida.

Típico.

Me paro de mi cama y me acerco a la reja con mi mentón levantado.

—¿Por qué no venis más cerca y me lo decis, Morocha?

Se rie con la otra y se acerca. No la dejo hablar y estiro mi mano para agarrar su feo cabello y así tirar de el. Sus gritos son muy agudos que me rompe el timpano pero a la vez lo disfruto, hace mucho no lo hacia. La otra se acerca a separala de mí, al igual que el guardia y lo terminan consiguiendo.

—Simpre molestando, Daga—me dice el oficial.

—¿Qué puedo decir?, mi especialidad.

—Ojala te pudras ahí adentro—me grita la pelirroja mientras acaricia la cabeza de la morocha llorando.

—Están agregadas a mi lista de muertes. Les aconsejaría que tomen un vuelo lo más pronto a cualquier país alejado de acá, porque si las tengo cerca las mato—digo formando un arma y aputandolas.

—No creo que puedas hacer mucho ahí encerrada.

—Puede que salga antes de lo inesperado—miro mis uñas.

Se ríe de mí.

—Es muy lindo mantener las esperanzas.

—Vos solo espera, y en poco tiempo estoy libre.

De la nada explota una pared. Pierdo el equilibrio y caigo. Abro los ojos una vez en el piso y miro en dirección a ese lugar. Hay mucho polvo y entran varias personas. Me levanto y quedo mirando la escena. Matan a varios policías. Cinco personas vienen hasta mi celda, dos de ellos tienen una motosierra y van cortando la puerta reja para abrirla.

Ok, me van a atacar y yo no tengo nada para defenderme.

Camino para atras pero no puedo hacer mucho ya que choco mi espalda con el limite de la celda.

Terminan abriendo y los dos que la habían abierto se van, solo entran los tres que quedaron. Se aceran a mí, casi que quedamos frente a frente. Se corren un poco la mascara que cada uno tiene puesta, y ahí los reconozco.

—¿Creías que te ibamos a dejar acá, Narco Barbie?

—Chicos—digo sin poder creerlo.

—Por más que me alegre verte, no hay mucho tiempo, hermanita—dice sonriéndome.

—Ponete este chaleco y agarra el arma—me dice Noah entregandome las cosas—. ¿Estás lista para volver al juego?

—Yo nací lista.

Me coloco el chaleco y me preparo. Ellos se volvieron a colcar las mascaras para dispararle a los policías que seguian entrando. Yo me les sumo. Veo como la morocha y la pelirroja ya estan muertas.

Oh, las queria matar yo.

De todas formas le doy a cada una un disparo.

—¿Qué haces?—me pregunta Noah riendose mientras sigue disparando.

—Era por las dudas de que no hayan muerto del todo—me encojo de hombros.

Seguimos disparando hasta que matamos a todos.

—Vamos. Seguron mandan más—grita mi hermano.

Empiezan a salir todos por el hueco, antes de hacerlo me dentengo y miro a la esquina del techo en donde se encuentra una camara de seguridad. Saludo con una sonrisa triunfante y salgo corriendo.

Me subo a un auto con mi hermano y mis dos amigos. A los segundos nos empiezan a seguir patrulleros. Uno de ellos empezó a hablar por un especie de altavoz.

—Daga, por favor. No hagas que esto se vuelva una masacre—se escucha

—Adrik—oigo decir a Liam.

Al principio en la cárcel, Adrik, venia a verme seguido para poder hablar, solo que yo lo ignoraba. Con el tiempo sus visitas eran cada vez menos, siempre me enviaba un mensaje escrito por papel y hacía que alguien me lo entregue.

—¿Hay un celular descartable?—pregunto.

—En la guantera—me dice Noah mientras manejaba.

—Maia ¿tenes tu celular?

—Si.

—Dictame el celular de Adrik.

Me lo terminó diciendo y yo llame.

—¿Mia?—escucho del otro lado.

Seguro ya se hacía la idea al ver que lo llamaba un número desconocido.

—Hola, teñido.

—¿Qué estás haciendo?

—Escapando, ¿no es obvio?

Estas complicando las cosas.

—Aja ¿y por qué?

Por escaparte y matar a mucha gente de la comisaria. Te van a subir los años de condena.

—Yo no voy a volver a pisar ese lugar.

Deja de huir.

—Yo no huyo. Desaparezco. Pero tranquilo, solo por un tiempo.

Volve, Mia.

—No, Anderson. Ahora preparate porque no voy a descansar hasta verte de rodillas y rogando por tu vida, aunque de todas formas te vaya a matar. Yo no me voy a ir de este mundo sin pelear y salir ganando. Sera mejor que corras y te escondas porque te voy a atrapar y solo cenizas van a quedar de vos.

—No la compliques más.

—¿Querias guerra, Adrik?, la tendras. Esto no termino. Recien esta empezando, amor—digo y corto.

Narco Barbie ✔️Where stories live. Discover now