Capitulo 12

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ADRIK ANDERSON

Ya es de noche, me quede averiguando cosas sobre Daga pero al final no encontramos nada.

La canasta con las cosas que contenía estaban libres de huellas y las cámaras mostraban a alguien encapuchado pero no se le ve la cara ni nada. Encima ningún guardia pudo ver nada ya que llegó en el cambio de hora y aprovechó que no había nadie para dejar esa canasta.

Llego al San Nicolás y una vez que dejo mi auto en el estacionamiento me dirijo a mi edificio. Afuera del edificio B esta Mía, sentada en el piso y mirando hacia el cielo. Me acerco a ella.

—Hola—digo y ella se sobresalta.

—Teñido, me asustaste.

—¿Qué haces afuera a estas horas? Tendrías que dormir, mañana hay clases—digo mientras me siento a su lado.

—Si pero no podía dormirme, papá—me dice y me rio—. Vine a tomar un poco de aire—me mira—. ¿Vos de dónde venís tan tarde?

—¿Eso es un planteo?—digo con una ceja levantada.

—Tendrías que avisarme que te vas y que volves tarde ¿no te parece?

—Pero que tóxica—digo sarcásticamente y nos reímos—. Pase la tarde con mi mamá y mi hermanita—miento.

—¿Cómo se llaman?—me pregunta mirándome a los ojos.

—Mi mamá Elizabeth y mi hermanita Emily—sonrío, las extraño hace días que no las voy a visitar.

Ella sonríe también y mierda... que linda sonrisa.

—¿Cuanto tiene Emily?

—Cinco. Creo que tengo fotos con ellas—digo y saco mi celular para revisar mi galería, encuentro una foto de los tres juntos y le doy el celular para que la vea.

—Son hermosas—dice sonriendo a la pantalla—. Y son iguales a vos—me entrega el celular.

—¿Por lo hermoso?—digo sonriendo de costado.

—Mmm no—ríe.

—¿Qué? ¿Vas a negar que lo soy?

—Sos feo, Anderson.

—Oh, vamos, acepta que soy hermoso.

—Está bien, está bien, si lo sos.

—¿Lo decís enserio?—ella me mira y asiente— No es porque no lo crea, o sea se que soy divino—se ríe de mi—. Solo que nunca pensé que saldría de tu boca.

Ella se sonroja. Gente, ¡se sonroja!

—Si bueno, no sé—se da cuenta que esta sonrojada y mira en dirección opuesta a mi.

—Vos también lo sos—le digo.

Ella voltea para verme y nos quedamos mirando los ojos unos segundos. Le miro los labios, veo que esta sonriendo y me es inevitable sonreír yo también.

—Gracias... aunque ya lo sabía—dice ella aumentando su sonrisa y mirando al frente.

Eso me hace reír. Miro al frente al igual que ella y nos quedamos en silencio unos minutos.

Narco Barbie ✔️Kde žijí příběhy. Začni objevovat