Capitulo 46

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MIA O'CONNER

Estiro la mano para agarrar mi celular que se encuentra en la mesita de luz. Veo la hora, son las cinco y veinticinco de la mañana, hace seis horas nos habiamos acostado. Me doy vuelta para quedar frente a Adrik y lo empiezo a mover.

—Adrik, Adrik—lo llamo sin dejar de moverlo—. Adrik, ¿estás despierto?

Después de insistir mucho y no ver resultado, me levante de la cama con mi celular en mano.

—Listo—digo cuando escucho que me atendió.

—¿Comprobaste de que esté drogado? No te tiene que ver, Mia.

—Si, Noah. Ya lo movi, le grite, todo y no se despierta.

Bueno, busca su computadora.

Me dirijo al escritorio y ahí estaba. Levanto la pantalla y toco el botón para prenderla.

—Tiene contraseña—le aviso.

—Agarra lo que te di y ponelo en la entrada de USB—me ordena.

Busco mi campera y cuando la tengo bajo el cierre del bolsillo y lo saco, es una especie de pendrive o por lo menos tiene la forma.

—Ya—digo después de hacerlo.

—Mantene apretado las letras Q y N al mismo tiempo.

Hago lo que me dice y se abre un cartel en negro con muchos codigos que no entiendo.

Ahora, escribi los números que te digo.

Me los va dictando y yo los voy poniendo. Despues de apretar la tecla enter, me aparece una cifra de números, se la digo para que él por su computadora me saque la contraseña.

Mientras espero miro atrás mío, a Adrik, que sigue durmiendo. Lo veo y pienso.

Ojalá sea todo mentira. No quiero tener que actuar de alguna forma para salvarme. Algun día podría saber quien soy y meterme presa, si es así, prefiero yo actuar primero.

De la nada me desaparece el cartel de la contraseña y me lleva a la pantalla de inicio.

Listo, cualquier contraseña, ya sea de carpetas o cualquier cosa, se desactivaron. Si necesitas algo más me llamas, voy a estar pendiente al celular.

—Bueno. Gracias, Noah.

De nada, M.

Al escuchar que ya corto dejo mi celular a un costado. Suspiro y me pongo a revisar. Las carpetas de inicio no tienen nombre el cuál pueda identicar, solo números. Entro una por una. Reviso y reviso hasta que me encuentro con una que al abrirla tiene otras carpetas dentro, voy abriendo y veo, leo, escucho todo el contenido que tiene.

Tiro la silla para atrás, quedando separada del escritorio. Me doy vuelta para mirarlo y me quedo varios segundos observandolo. Agarro mi celular y lo vuelvo a mirar.

—Es él, el que persigue a Daga. Dylan decía la verdad—le escribo a Noah.

¿Qué pensas hacer ahora?

—No lo sé. Después te hablo.

Está bien. Descansa.

—Igual.

Bloqueo mi celular y limpio las lagrimas que van cayendo, pero lo siguen haciendo así que no tiene mucho sentido. Retiro la cosa chiquita que me dio Noah y la guardo devuelta en mi campera.

Narco Barbie ✔️Where stories live. Discover now