Capítulo 07 - REFLEXIONES DE UN HUMANO HETEROSEXUAL

5 0 0
                                    

PREGUNTAS SIN RESPUESTA

Lo primero que nos dieron a conocer durante el siglo precedente al nacimiento de Jesucristo –que como os adelantaba anteriormente fue él quien destapó el sigiloso entramado de la incontrolable pandemia homovírica– vino a ser la filosofía y las preguntas complicadas que hacían que la gente de a pie se sintiese insignificante y se volviese majareta tratando de responderlas. Claros ejemplos de ello son:

– ¿Existe Dios?

– ¿Qué sentido tiene vivir?

– ¿Existo de verdad o soy producto de mi propia imaginación?

– ¿En qué piensan las mujeres cuando están solas?

– ¿Qué pensarán mis amigos sobre mí cuando me ven borracho?

– ¿Por qué cuando pides el borrador de hacienda te lo envían mal calculado, y encima con la devolución siempre a favor del gobierno?

– ¿Para qué coño sirve en realidad mi voto si al final siempre terminan haciendo lo que les sale de los cojones con este puto país?

...y todas esas intrincadas cuestiones que, si existiese Dios, incluso él sería incapaz de resolverlas sin contemplar la posibilidad de que fuesen producto de una magna conspiración intergaláctica. Así pues, las preguntas existenciales y sus diversas respuestas fueron la primitiva forma de dominación que pergeñaron los maricones por tal de someter a la sociedad masculina del planeta Tierra, ya que con éstos no funcionaba su mal lo-grada técnica de seducción que tan sólo era válida para las mujeres.

A partir de entonces el hombre comenzó a hacerse preguntas, y fue la curiosidad instigada por los maricones del espacio el verdadero punto débil que tenían en común los entes heterosexuales por lo que, con mucha habilidad, durante todos estos años han tratado de alimentar y expandir la confusión a través de las religiones, la filosofía, las ciencias políticas, las normas jurídicas o, incluso, el reglamento de deportes tales como el fútbol... contribuyendo así a que cualquier varón en la Tierra fue-se capaz de llegar por sí mismo a la conclusión de que lo que verdaderamente necesita uno para ser feliz es dejarse dar por el culo.

* * *

CHAPARRÓN DE POLLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora