35. ― 𝘉𝘶𝘤𝘬𝘺 𝘉𝘢𝘳𝘯𝘦𝘴「31.3」

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31.3

BUCKY BARNES

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𝘊𝘈𝘜𝘛𝘐𝘖𝘕 |

― ¿Hay algo que quieras pedirme?

❝― ¿Hay algo que quieras pedirme?❞

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Solía odiar a todo el mundo cada vez que la alarma del Complejo sonaba, y cada mañana gruñía pateando las sábanas mientras se quejaba, pero aquella mañana no.

Bucky salió de la cama relajado, casi sin pereza y sin pronunciar ninguna maldición al aire. Entró en la ducha, dejando que el agua corriese por su cuerpo, mordiéndose el labio en cuanto una idea atravesó su cabeza.

Se vistió deprisa, como un niño impaciente e inquieto. Llegó prácticamente corriendo, llenando su rostro con una gran sonrisa maliciosa. Tomó aire y sujetó el pomo de la puerta.

― ¡BUENOS DÍAS JAMIE ALEXANDER! ― gritó megáfono en mano, tan alto, con tanto escándalo que Jamie estuvo a punto de sufrir un infarto ― ¡ARRIBA! ¡LOS PÁJAROS CANTAN Y EL SOL YA HA SALIDO! ― Bucky siguió gritando, moviéndose como Pedro por su casa por la habitación de Jamie, abriendo las cortinas y la ventana, haciendo que la brisa de la mañana helase su cuerpo prácticamente desnudo.

Jamie maldijo por lo bajo, acordándose de cada antepasado de Barnes.

― Buenos días fetichista ― saltó sobre su cama, moviendo toda la estructura.

― Muérete... ― gruñó hundiendo la cabeza en la almohada. De fondo escucho su risa. Quería matarlo, lenta y dolorosamente.

― Oh cariño he estado a punto de morir varias veces, buena suerte con ello ― sonrió con superioridad, mirando su espalda. Lucía mucho mejor, pero aún estaba herida ― ¿Cómo estás? ― su tono de voz cambió.

― Odiándote con todas las fuerzas que me quedan ― alcanzó a distinguir a través del grosor de la almohada. Sonrió tontamente.

― Creo que tendrías que levantarte. No puedes estar tumbada y encerrada todo el tiempo... tu habitación empieza a oler como una cuadra ― habló tratando de molestarla, de sacar algo de su carácter. Tenía que admitir que tenía cierta diversión provocarla.

― Cállate ― la mano de Jamie se estampó contra su boca, cubriéndola de imprevisto ― ¡Qué asco! ¡Eres un incordio! ― chilló exasperada cuando sintió la lengua húmeda de Barnes sobre su palma. No había cosa más asquerosa que sus babas.

Bucky Barnes  ☰  Steve Rogers  ―  ONE SHOTS  (+18)Where stories live. Discover now