Capítulo 4. El medallón del conde.

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-Siendo así, yo te apoyo.

-Gracias George. -dijo Eleanor tocándole el hombro es señal de gratitud y sonriendo tristemente.

No podía dejar que esa mujer se casara con su padre, así secuestrara a la novia antes de la boda, se lo había prometido a su hermana. Y íba a cumplir tal promesa.

....

-¿Que noticias me tienes Hug, has hallado un grupo de ladrones con tales descripciones? -Preguntó Maximilien al soldado que había enviado en busca de los asaltantes que le robaron y humillaron.

-No señor, al parecer son muy precavidos y nadie sabe de ellos.

-Pero debe haber alguna pista!. Seguramente  vendieron mi medallón a algún comerciante, alguien debe saber de ellos.

-Si es así señor, la gente no ha querido hablar, seguramente los ladrones tienen su lealtad.

-¡¡Nadie da su lealtad a ladrones!! -Dijo un exasperado Maximilien poniéndose de pie de un salto. -Es más yo mismo iré a averiguar que ha sido de ellos, y me las van a pagar!.

.

Maximilien llevaba cabalgando durante días de pueblo en pueblo preguntando por los ladrones, y al parecer nadie sabía nada de ellos, excepto el pueblo al que acababa de llegar, la gente negaba haber visto a nadie, pero algunos se notaban nerviosos al ver que en su persona se reflejaba rango y educación.

Una alegre moza se le acercó sonriendo exhibiendo gran parte de sus jóvenes y abundantes senos.

-¿Necesita compañía milord? -ronroneó cerca de su cara.

-Quizás en algún otro momento preciosa. -Murmuró Max. No estaba allí por placer, estaba porque quería dar con los ladrones. Al ver la triste cara de la muchacha al oír sus palabras, pensó que quizá ella supiera sobre los asaltos. No era muy bella, joven tal vez pero él había conocido mejores mozas en mejores condiciones y mucho muy hermosas, pero decidió que no se acostaría con ella, pero  le pagaría de todos modos. Y si ella supiera alguna información, un tanto mejor.

-Creo que lo reconsideraré linda.-Murmuró Max dedicándole una sonrisa. -¿Hay algún lugar privado en el que podamos estar solos?

-Claro Milord, sígame- lo instó a levantarse y lo tomó de la mano hacia las escaleras, con una amplia sonrisa en el rostro.

..

Eleanor estaba hirviendo de enojo al ver al marido de su hermana llegar a la posada y cantina del pueblo. Sabía que estaba buscándola a ella y a sus compañeros, pero curiosamente, no era eso lo que más le molestaba, sino que hubiera subido con Puppi a una recámara o donde fuera que se acostaran. A no dos meses de la muerte de su hermana.

Había acudido a el "Lobo y la paloma" porque necesitaba repartir ganancias con su gente. Había aceptado una cena en agradecimiento por parte de Susan la dueña del local, y Andro su acompañante bebía tranquilamente mientras miraba el escenario.

-Se que estás molesta por el conde, pero vayámonos ahora que ha subido con Puppi. -susurró Andro totalmente despreocupado, al final de cuentas, eran muchos contra uno, y mas le valía al conde no crear problemas, pues de ser así no le íba a ir muy bien.

-No. No me voy a ir solo porque un aristócrata llegó. Dejemos a ver que pasa. -Dijo en voz baja Eleanor levantando su vaso en en señal de brindis sarcásticamente.

..

La muy entusiasmada muchacha le besaba el cuello con tanto ahinco que a Max se le hacía difícil quitársela de encima.

-Muchacha escúchame! -Dijo Maximilien un poco alto para detener a la muchacha.

-¿Que sucede milord?

-No va a pasar nada entre nosotros, -Dijo mirándole a la cara para ver su reacción.- pero estoy buscando algo, y a quien me dé información sobre ello, le daré una buena cantidad.

..

-Maximilien bajaba a duras penas por la escalera, con un fuerte golpe en las costillas, debido a un golpe por parte de la hacía unos momentos ardorosa muchacha. Se había negado a revelarle nada, aunque era obvio que lo sabía, aunque habia aceptado el dinero que le ofrecía por compensación-decía ella- por haberla ilusionado para rechinar el catre-como dijo ella- esa noche.

Maximilien era un hombre con mucha fuerza, pero por su mente nunca pasó golpear a la chica. Una chica que realmente tenía muchas fuerzas.

El conde estaba cansado y sucio. Y la muchacha lo tomó por sorpresa.

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¿Qué crees que pasará con Max?¿Encontrará lo que busca?

Abby Darcy ♥️💕

LA LOBA VINTERIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora