Capítulo 23.-Palacio Noir et blanc, parte 1.

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Habían pasado dos semanas desde que Kirito y Alice se habían entregado el uno al otro. Con el Barón todo resultaba igual, siempre estaba de buen humor, ya que le agradaba tener que charlar con Alice durante la noche, así despertara un poco más tarde de lo habitual, pero no importaba mucho para él.

Quien, muy en cambio, tenía problemas a cada momento era Alice. Cuando le tocaba cocinar algo que tuviera un aroma fuerte, como lo sería el pate de hígado de pato, le daban muchas nauseas por el aroma fuerte.

Casi siempre tenía que ir al baño, a pesar de que casi no tomara agua. Eso le era molesto cuando cocinaba o trapeaba, ya que le tocaba volver a hacerlo.

En las tardes, o poco después de que despertaba, tenía un muy molesto dolor de cabeza, la cual no la dejaba en paz. Lo peor era que, cuando sin aviso, ya fuera caminando, o incluso cuando charlaba con Kirito, le daban mareos, teniendo que recargarse en el hombro de su contrario así estuvieran sentados.

Se cansaba más rápido de lo normal. En una ocasión, y puesto que Stacia no le creyó que se encontraba cansada y era pura flojera suya, no la dejó descansar. El resultado: Alice, junto con un mareo, cayó de rodillas mientras caminaba.

Otra cosa que le molestaba muchísimo era que tenía más cólicos de lo normal, ya fuera en la mañana o en la tarde, siendo muy molesto a la hora de servir en la mesa. En una ocasión, un cólico le dio mientras servía jugo a Yuuki. Se dejó caer de rodillas, tomándose el vientre con las manos.

Kirito se asustó muchísimo, incluso se puso blanco como un papel. Egil tuvo que llevarla cargando hasta su habitación. Para empeorar las cosas, y como sus senos estaban muy sensibles, el hecho de que tuviera que tomar del cuello al gran negro, le causaba dolor en ellos.

Parecía que la torturaban más que otra cosa. No tenía ni la menor idea de que pasaba. Quinella ya se empezaba a preocupar de que Alice estuviera enferma de algo, sospechando que era cólera. Incluso le preguntó si ella no tenía diarrea, negando tal hecho.

De cualquier modo, Quinella no podía estar menos tranquila de todos los síntomas que asolaban a Alice, quien yacía en cama, siendo cuidada por Ronye.

-Pobre de usted, señorita Alice. ¿Qué habrá comido para terminar así?

-Ni idea...aunque quiero que termine ya, Ronye. –Alice sonrió débilmente.

Pareciendo todo tan tranquilo, Alice empezó a sentir la saliva de su boca caliente, teniendo un exceso de salivación que no se podía explicar. Cuando sintió algo queriendo salir de su garganta, ella abrió los ojos, poniéndose pálida para levantarse de golpe.

-¡Alice! ¡¿A dónde vas?! –Le gritó Ronye.

Iba con dirección al baño. Tenía las manos en la boca, sabiendo que sucedería. En cuanto llegó a uno de los baños, se dejó caer sobre la tasa, únicamente para vomitar.

Ronye llegó unos segundos después, viendo como Alice no paraba de vomitar. Ella se llevó las manos a la cabeza, sin tener la más remota idea de que hacer en ese momento.

Cuando la pobre Alice dejó de vomitar, tuvo una ahorcada más que no era más seria. Jaló la cadena para que el agua bajara. La tasa quedaba manchada por los vómitos de la chica, la cual seguía recargándose en ella, pareciendo un borracho en los baños de un bar de mala muerte.

-Se-señorita Alice...¿s-se encuentra bien?

-No. –Ella comenzó a llorar. –No sé qué tenga, pero me está comenzado a fastidiar tenerlo. Creo que tendré que ir al doctor, esto ya no es normal.

Saliendo un poco del baño, Ronye miró para ambos lados, cerrando la puerta para que ambas quedaran sin que nadie pudiera escucharlas.

-Por los síntomas que ha tenido...creo que usted puede estar embarazada.

Sword Art Online: Palacio Noir et Blanc (Kirialice)Where stories live. Discover now