Capítulo 20.-Punto culminante.

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(al final se explica por qué publiqué en domingo y no mañana xd)

París, Francia.

Varios comuneros hacían una barricada tras perder un combate en la calle. Entraban a las casas, tiraban muebles por las ventanas o entre dos o tres cargaban algún sillón o cama para sacarlo así de la casa y formar la barricada.

Mientras esa acción era realizada, otros se colocaban entre las paredes de los edificios para darles fuego de cobertura a sus camaradas.

Eugeo se encontraba entre ellos, disparando su rifle con fogosidad, evitando la llegada de los versálleses al punto de reunión.

Los "suyos" se identificaban a sí mismos por una banda roja que tenían en el brazo izquierdo, representando así que eran comunistas-marxistas.

La barricada quedaba hecha, y ya bloqueaba la calle.

-¡Preparen los cañones! –Gritó Eugeo, quien se posicionaba tras la barricada para recargar su rifle. -¡Ustedes dos, disparen! –Ordenó.

Siendo el que tenía mejor puntería de todos, aparte de quien los convocó en una misma unidad de combate revolucionaria (suena bien ma-ma-lón 😎😎☭), se podía decir que él era el líder de los marxistas.

Luchaban hombres y mujeres bajo una misma bandera: la bandera roja.

Cuando terminó de recargar su fusil, Eugeo escaló un poco la barricada, quedando a tiro. Varios soldados de caballería llegaban cabalgando a toda velocidad, siendo frenados por Eugeo, a quien le disparó a uno en el cuello, derribándolo del caballo.

La práctica de los patos y venados le sirvió al momento de tener que matar a sus semejantes, y así liberar a sus iguales del yugo explotador.

-¡Vivan la revolución! –Gritó él, disparando una vez más al que tenía un sombrero estilo Napoleón, causando la retirada de los versálleses en cuanto el cañón disparó.

-¡Bien!

-¡Les ganamos!

-¡Sigamos, quiero a veinte hombres y mujeres resguardando este lugar, vayamos a crear otro foco y alzar más barricadas!

Antes de que los comuneros se fueran corriendo con sus rifles y pistolas, un hombre los detuvo, uno que estaba desarmado.

-¡Esperen! ¡Déjenme fotografiarlos! –En efecto, éste hombre tenía un ayudante y una cámara en las manos.

Todos asentaron con la cabeza, haciendo un gesto de aprobación con la boca.

-¡Foto!

Los comuneros salían posando con sus armas, mostrando la cinta roja que tenían en el brazo. Algunos apuntaban, otros se ponían el rifle en el hombro.

Eugeo, por su parte, se colocó la culata del rifle en la cadera, manteniéndose serio en todo momento, apuntando a la nada.

Unos días después, la foto era mandada por correo al Noir et Blanc. Tieze abría la carta, sabiendo que era de Eugeo. Tenía la fotografía con él en primer plano, aparte de la carta.

No podía ser más feliz de saber que Eugeo era un héroe en la capital del país.

Exactamente no era un héroe, pero sí que daba todo de sí por las creencias que él quería, aspirando a un mundo más justo para todos.

Respecto a otras cosas del palacio, Quinella también tenía una carta de Eugeo en sus manos. Claro que la que iba dirigida para Tieze era con un seudónimo, revelándose quien era el verdadero remitente cuando se abría el sobre.

Sword Art Online: Palacio Noir et Blanc (Kirialice)Where stories live. Discover now