Baekhyun y Chanyeol se conocieron cuando sus padres se casaron. Desde ese momento, ambos se adentraron a una relación tóxica donde se lastiman mutuamente, rompiendo y reuniéndose de nuevo, discutiendo y durmiendo juntos, pero las cosas comienzan a c...
Baekhyun salió de la ducha con su pijama puesto, secando su cabello negro con una toalla. Tenía sueño. Se sentía somnoliento y quería tirarse a la cama para dormir durante horas. Caminó por el pasillo para dirigirse a la habitación y se detuvo, oyendo el traqueteo en la puerta principal. Se sintió tontamente asustado. Desde que había llegado, tenía el presentimiento de que había alguien más por allí, pero no estaba seguro. Quizás estaba imaginándolo. Se acercó a la puerta entonces, asegurándose de que estuviera correctamente cerrada con llave y dio un vistazo por la mirilla, para corroborar que no había nadie fuera de esta que quisiera entrar a su casa. Sin embargo, algo se sentía extraño aunque el corredor se viera vacío ante sus ojos y el silencio abrumador lo acaparara. Respiró con dificultad pegando la espalda contra la puerta. La sensación de miedo y temor no salía de su sistema.
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Tomo el celular de su bolsillo entonces, buscando en los contactos. El número de Chanyeol fue el primero que apareció, y entonces recordó el día que se mudó.
~ • ~
-Te dije que no es seguro que vivas por tu cuenta. Solo vuelve a mudarte con tu madre.
Baekhyun miró al pelirrojo que estaba detrás de él, mientras se ocupaba de abrir una caja.
-Pero tú vives por tu cuenta también.
Chanyeol bufó.
-Sí, pero eso es diferente.
-El edificio tiene un sistema de seguridad en el primer piso, además, difícilmente le di mi dirección a alguien. Nadie sabe dónde vivo, aparte de ti- contestó tranquilamente, entusiasmado sacando sus pertenencias para comenzar a acomodar su nuevo hogar.
-Ese es el problema, Baekhyun... ¿Qué, si algo te pasa? ¿Quién vendría para ayudarte?
Se volteó, mirándolo de nuevo.
-Tú vendrías- aseguró- tú vendrías por mí.
~ • ~
Esas palabras, esos sentimientos... se sintió idiota por pensar que las cosas siempre serían de esa manera. Ahora lo extrañaba tanto, que se odiaba. El dolor en su estómago estaba ahí mientras lo recordaba. Observó el nombre del pelirrojo junto a su número, inseguro de llamar o no. Su dedo titubeante, deteniéndose. Chanyeol era dueño de su mente, de su corazón. Y simplemente no podía evitarlo, aunque intentara cubrirlo con su miseria.
[...]
Yukhei tragó saliva y sonrió con sorna, mientras Chanyeol lo tenía sujetado bruscamente del cuello de su camiseta contra la pared.
-Te dije... que sería de tu gusto esta vez- soltó, burlón.
Recordó entonces la noche del restaurante. La misma sonrisa y mirada divertida, casi con burla junto a sus palabras.
