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- ¿Qué harás por la mañana? - cuestionó cantarin con una voz suave. Sonreí y solte una leve risa para luego responderle.

- Ir al trabajo como todos los días... - respondí obvia a través de la línea. Escuche como reía levemente mientras yo simplemente sentía mis mejillas calentarse por escucharlo reir.

Algo tan simple como su risa ocasiona una reacción en mi cuerpo.

- Creo que no fue la mejor forma de comenzar una propuesta para una cita... Ahm... - pauso un momento, imaginaba como estaría, mordiendo levemente su labio inferior con vergüenza, ocurria la mayoría de las veces.

- Aja... - insistí a continuar de manera dulce para luego soltar una carcajada que probablemente no lo ayudo mucho.

- Se que soy un chiste para ti, pero no lo hagas tan evidente ¿quieres? - burló irónicamente, yo solo pude reír aún más. A veces creo que pasa mucho tiempo con Massimo, más de lo que me gustaría.

Porque la estupidez de ese rubio teñido se contagia, y más que la peste negra. Por suerte mis padres me vacunaron contra eso, pero ahora creo que se arrepienten.

- Bueno, continuando con mi petición fallida de una cita... ¿Qué te parece si te busco, luego vamos a desayunar y finalmente nos vamos al trabajo? Y lo mejor de esta oferta es que todo lo haremos juntos, ¿Qué dices, la tomas o la dejas? - cuestionó socarrón.

- La tom... - un sonido fuerte y seco interrumpio mis palabras haciendome brincar del susto y dejándome extrañada, me mantuve en silencio tratando de escuchar con atención el ambiente.

Nada volvio a sonar, fue un simple sonido, de golpe y seco. Me inquietaba de gran manera, había sido en mi departamento y la única despierta era yo.

Una voz me saco de mis pensamientos y fue entonces donde me di cuenta de que había dejado de hablar con Luka.

- Oye... ¿Todo bien? - cuestionó con un tono preocupado. Yo me dispuse a salir de mi habitación.

- Si, todo... Luka, te pondré en alta voz. No cuelgues, dame un momento. - encendí la luz de mi habitación y verifique que todo estuviera en orden porqué tal vez algo se calló y no me percate, pero en efecto todo estaba perfectamente ordenado. Como siempre.

Salí de ahí y fui inmediatamente al area principal donde estaba la sala y la cocina, encendí las luces y mi sorpresa fue gigante, aúnque la preocupación y el enojo me invadieron repentinamente. ¿La razón?.

Jade, que se suponía estaba dormida en su habitación se encontraba tumbada boca abajo en el suelo de la cocina y un pequeño charco de sangre junto a su rostro.

- Luka, tengo una emergencia... te llamo dentro de un ra... - fui interrumpida de improvisto por el.

- ¿Qué ocurrió, todo esta bien?... ¿Estás bien? - cuestiono rápidamente, a la vez que yo me acercaba corriendo a la azabache tendida en el suelo.

- Jade creo que esta inconsciente, no sé que sucedio... - explique brevemente.

Posicione su cuerpo boca arriba y coloque su cabeza en mis rodilla manchandome con la sangre que había en el suelo.

- Jade... ¡Oh Dios!... - susurre/exclame preocupada.

- ¿Qué le sucedio? - habló relajandose un poco, pero yo no conteste. Inspeccione de donde provenía la sangre y observe que se había roto la ceja aúnque también por la posición en la que cayó rompió su nariz y de ella también brotaba sangre, aúnque en menos cantidad.

- Jade... Jade... ¡Jade!... ¡Maldita sea, Jade! - la llame y efectivamente estaba inconsciente, su rostro estaba pálido y la ropa (que evidenciaba su salida a una muy probable fiesta) estaba desarreglada. Acerque su rostro al mio y percibí su aliento. Estaba ebria. 

Una canción de amor | Luka Couffaine | ✔Where stories live. Discover now