diecisiete.

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Se le formó un nudo en su garganta, automáticamente pensó en todo lo que ocurrirá después de esto, temía a que lo alejaran, pero tampoco había alguna excusa creíble para está situación. Ojalá sólo fuera una simple pesadilla...

Una la cuál recién empezaba.

Dió unos cuantos pasos hacía su madre, entre abrió su boca con la intención de decir algo, aunque no tuviera nada en mente, pero a penas intentó en hacerlo, la pesada mano de Sophie se estrelló en su mejilla con tanta impotencia, claramente podía decirse que estaba descargando la rabia en su hijo.

— ¿Cómo es posible que no les dé vergüenza hacer este tipo de cosas en público? ¡Es del mismísimo demonio, por favor! ¡Además Mark es tú hermanastro! —escupió asqueada — Estoy segura que yo no te crié de está manera, me doy cuenta de lo influenciable que eres, sabía que tus amigos raros son la causa de que te conviertas en este monstruo y no sólo tú, también arrastraste a Mark al mismo camino equivocado, estoy decepcionada de ambos, pero no crean que esto se va a quedar así, voy a tomar cartas en el asunto, haré hasta lo imposible si así logro que sus vidas vuelvan a la normalidad —exclamó hastiada.

Jackson negó frenéticamente y la apuntó con su dedo índice indignado, no podía salirse con la suya. ¡Es que no podía! Maldita sea.

— ¿Porqué mierda debería darme vergüenza? Entiende de una puta vez que no pienso igual que tú, lo que yo haga con mi vida o con quién esté, no es de tú incumbencia, si no eres capaz de entenderlo no es mi problema, es el tuyo y sí, Mark es mi hermanastro solamente porque estás con su padre, pero ni siquiera somos familia de sangre como para que nos vayas a condenar se esa forma —soltó un suspiro y agarró la mano del pequeño, que no duró más de unos par de segundos para que su madre se lo arrebate y así volver a sus casas.

— ¡Basta!

Los tres se dieron la vuelta totalmente sorprendidos por la presencia de Youngjae, que se dirigía hacia ellos a pasos seguros.

— Señora Sophie, ¿En serio es capaz de hacer lo que sea con tal que su hijo viva la vida de la manera que usted quiere? ¿Acaso está loca? ¡Por Dios! ¿Acaso sus estúpidos ideales son más fuertes que el amor hacía su hijo? No puedo creer que esté dispuesta a todo, tan egoísta...veo que le importa una mierda la felicidad de Jackson, qué clase de persona es...la única que está equivocada es usted, no ellos, abra más su mente, ya no estamos en siglos pasados, joder.

Realmente dieron lo mejor para hacerla entender, pese a que ella se haya quedado sin argumentos, porque vamos, todas las respuestas básicas que ella pudiera dar son tan antiguas, sin fundamentos, podían vencerse, pero también intentar cambiar el punto de vista de una persona es díficil, más si es adulta, porque el individuo ya está conformado y actúa a base de lo que cree que es correcto, pero también es increíble el nivel de ignorancia que éstos tenían, y también la maldad, hacen lo que se les da la gana sólo porque ven algo fuera de lo normal ante sus ojos. Y los chicos en sí no quieren hacerla cambiar realmente, sabían cómo era ella y la respetaban, pero que Sophie intente involucrarse en sus vidas no era para nada tolerable, nadie tenía el derecho de hacerlos cambiar o decidir por ellos. Tan sólo querían respeto, y algo como eso no es malo, era lo más justo que pudieran pedirle.

— Ustedes tan solo son unos par de mocosos que no saben nada de la vida, están en una etapa en la cuál creen que tienen la razón y toman desiciones equivocadas, este horrible gusto se les pasará y yo voy a ayudar en ello aunque no lo quieran, luego van agradecerme por no haber permitido que tomen el camino equivocado, fin del asunto —se volteó hacía el frente en dirección a la casa y claro, sin soltar a Mark.

Era tanta la rabia que le invadió, que sus lágrimas salieron sin previo aviso, no pudo hacer nada, y ahora solamente podía dedicarse a ver cómo su madre se llevaba a Mark. No quería que los fueran a separar, ¿Pero quién era él para impedirlo? Si el señor Raymond estaba de acuerdo, se lo lleva lejos...no va a poder hacer nada, aunque lo intentara, su pequeño era menor de edad, mierda, como odiaba eso ahora mismo.

Unas suaves manos tomaron las suyas, desvió la mirada hacía Youngjae, que también observaba a su progenitora alejarse.

— Espero que algún día recapacite, te juro que me contuve en ser grosero con ella desde que le comentó a mi madre sobre ustedes, pero qué más da, la mía piensa igual que la tuya, aún así no pierdas las esperanzas, la vida se encargará de hacerlos felices sin importar las dificultades que se les interpongan en sus caminos —murmuró apenado, algo tenía que hacer o decir a su amigo para consolarlo.

Jackson solto un suspiro y sorbió su nariz, aún con su vista nublada y con el corazón roto, sonrió débilmente.

— Sé que de alguna forma volveré a estar con Mark como quiero, estoy seguro que nuestro cariño es más grande que cualquier otra cosa... —dijo en un hilo de voz.

No iba a rendirse, pese a que no podía hacer absolutamente, las esperanzas era lo que quedaba aún en él y era demasiado rápido como para perderlas, de hecho, no tiene porqué hacerlo.

— Verás que sí.

[...]

Después de un par de horas decidió en regresar a la casa, más firme, dispuesto a tratar de resolver todo, aún si tenía que dejar los tratos cariñosos con el menor por un tiempo, era mejor a que se fueran al extranjero y literalmente lo alejaran de su vida, podía soportarlo si su Mark estaba a su lado.

Pero toda esa confianza que tenía en sí mismo se desvanecieron a penas puso un pié en la casa, su corazón se estrujó al igual que una uva, no, no podía estar pasando...

Las maletas estaban hechas, estaban arreglándose igual cuando decidieron irse la última vez, su pequeño...estaba sentado en el sofá con sus ojitos rojos e hinchados, de seguro estaba horrible, destrozado, decepcionado, al igual como se encontraba él en estos momentos.

— Vamos Mark, se nos hará tarde —demandó Sophie con seriedad.

— ¡¿Era necesario llegar a esto?! ¡¿Realmente tienen que separarnos?! ¡No lo hagan! Mamá, señor Raymond, por favor... —susurró lo último en un suspiro ahogado.

Fue en vano, sus súplicas no estaban haciendo efecto de ninguna manera, los mayores simplemente lo ignoraban, como si no estuviese allí presente y eso provocaba más desesperación en él.

Quedó en silencio al ver que tomaban sus pertenencias y se dirigían a la puerta.

Mark se posicionó frente suyo, no lo resistió más...

Ambos se abrazaron con todas sus fuerzas, no quería mentalizarse que esta iba a ser la última vez que sentirían sus cuerpos, ¡Por la mismísima mierda! Ya no quería nada, ya no...

— Seunie, por favor no se olvide de mí...no voy a soportarlo —se quebró ahí mismo, y Jackson no fue indiferente ante eso.

Querían estar juntos, pero no podían, qué vida más cruel.

Mark sin importarle que estuviera en frente de su madrastra y su mismísimo padre, se lanzó a los labios de Jackson para besarlo, Jackson ya no iba a negarse, así que le correspondió al instante. Y joder, iba a extrañar tanto esos labios dulces y suaves, lo eran todo.

— ¡Basta! —gritó está vez Raymond, separándolos al instante con brusquedad.

Jackson detuvo el brazo de Sophie, negó frenéticamente con su cabeza y calló de rodillas sin importar el dolor que le generó hacer eso.

— Te lo pido, no nos separen, no le hacemos daño a nadie, no puedes hacerme esto —suplicó entre lágrimas y bajó su cabeza.

— No es mi culpa, tú te convertiste en un monstruo, yo no busqué hacer esto —dijo con sequedad, y simplemente salió de la casa dando un portazo en el trayecto.

— Por favor, no...

Necesitaba a Mark, sin él ya nada iba a ser lo mismo, se había acostumbrado a su presencia, y ahora ya no podía verlo más. Lo único que rogaba en lo más profundo de su corazón...

Qué el destino los volviera a unir.




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