quince.

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Arreglaban los adornos que los mayores habían traído desde el extranjero. Estaban sumamente concentrados en dejar el interior de la casa con un retoque más llamativo. Los cambios siempre sientan bien en cualquier ámbito, por lo que no desaprovecharon el tiempo y se pusieron en marcha para cumplir su objetivo.

Al finalizar fueron al supermercado. Ambos menores de la casa ofrecieron en ir por las compras que hacían falta, por lo que Sophie solamente aceptó y aprovechó de encargarse de unas cuantas cosas.

— Jackson, por cierto vienen los Choi almorzar con nosotros, para que no se tarden mucho, vayan con cuidado —dijo la mayor con una sonrisa ladina.

Ellos eran amigos desde toda la vida con los Wang. Se conocían desde antes de que incluso Jackson naciera, por lo que éste antes mencionado se llevaba bien también con Youngjae. Quién era unos tantos años menor que él.

Durante el camino Jackson no aguantó mucho tiempo para volver a tomar la mano de Mark, echaba de menos esos pequeños actos que ya había estado acostumbrado. No quería ser absolutamente cruel pero... quería de cierta manera volver a estar solo junto con su pequeño para volver a la vida que ambos llevaban y por supuesto que también extrañaban. Aunque en las noches aprovechaban de hacer todo lo que en el día deben de abstenerse, no era lo mismo, necesitaba tener esa libertad que tenía antes, pero trataba de pensar en positivo, pronto su madre con el señor Tuan se irían nuevamente por lo que quedarían solos. Ojalá ese día no tarde demasiado...

Llegaron a un parque, unas tantas cuadras más estaba el supermercado, pero no lo evitó. Llevó al menor hasta una bancas y se sentaron. Se ganó una mirada extraña y llena de curiosidad.

— ¿Porqué estamos aquí, Seunie hyung? Su mamá dijo que fuéramos a comprar rápido, ¿No es así? —preguntó confundido.

Jackson pasó ambas manos en su rostro algo frustrado. Necesitaba salir de la rutina que tenían que volver adaptarse, tomar un poco de aire fresco con la persona indicada era lo único que podía querer con necesidad en estos momentos.

— Dediquemos al menos un breve tiempo para nosotros dos, ¿O soy el único que extraña tus besos durante el día? —bajó el tono de su voz volteándose a ver al menor.

Lentamente fue extendiendo su mano para llegar al rostro ajeno y atraerlo al suyo. Esa mirada que le dedicaba Mark, unos que reflejaban deseo... provocaban que las ganas de comerle la boca fueran intensas.

Estaban a unos cuántos centímetros de distancia, morían por unir sus labios y disfrutar de la mágica sensación que les producía aquello. Pero una voz familiar para el mayor se hizo presente, maldijo en todos sus adentros por no dejarlo al menos unos putos instantes besar a Mark.

— ¡Jackson!

Ambos con cara inexpresiva dirigieron la mirada al dueño de esa suave voz. Jackson se puso de pié junto con Mark y soltaron un suspiro sincronizado.

— Youngjae...no te esperaba por aquí —dijo con asombro, era cierto, no esperaba que lo vería antes de lo dicho y claro...tampoco esperaba esa interrupción que lo dejó hirviendo de rabia en sus adentros.

El castaño sonrió amablemente e hizo un ademán.

— Hoy tú madre nos invitó a tu casa, y por casualidad del destino me encontré a ustedes dos aquí —sonrió ampliamente mostrando su dentadura.

Desde lejos se vió la señora Choi acercándose a dónde estaban ellos, se saludaron amablemente. En realidad a la familia se les destacaba por su gentileza, amabilidad y la gran empatía que siempre demostraban. Tanto Mark como Jackson querían tener sus tiempo a solas, pero al menos no fueron interrumpidos por alguien que detestaban, de todos modos... Youngjae era lo más agradable que podría haber.

𝐻𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑎𝑠𝑡𝑟𝑜 || MarkSon ✓Where stories live. Discover now